Los camélidos y sus aportes a la seguridad alimentaria
Por Alexis Bonte, Representante de FAO Venezuela
En Venezuela, al oír hablar de llamas, camellos, alpacas o dromedarios, lo primero que viene a la mente es la imagen de cualquiera de los zoológicos del país. Sin embargo, en otras naciones de América, África y Asia, estos animales, pertenecientes a la familia de los camélidos, son mucho más que especies de exhibición.
Estos mamíferos tienen gran importancia económica y cultural en el mundo, pues representan significativos aportes al desarrollo social en más de 90 países; porque son fuente de alimento (carne y leche), vestido (fibra) y animales de carga, en lugares dónde la obtención de recursos primarios es un desafío.
Es por esta relevancia, que las Naciones Unidas estableció al 2024 como el Año Internacional de los Camélidos, con el propósito de dar a conocer las grandes contribuciones que ofrecen a un amplio número de comunidades que se desarrollan en ambientes hostiles.
Los camélidos son un tipo de ganado que se caracteriza por su increíble resistencia y porque optimizan los recursos naturales al máximo, pues no demandan de manera excesiva tanta agua, ni gran volumen de alimento. De igual forma, prosperan en condiciones climáticas en donde muchos otros tipos de ganado ni siquiera sobrevivirían.
Otro de los beneficios que aporta este grupo de animales al ámbito alimentario, es la utilización de sus heces como abono, enriqueciendo los inhóspitos suelos y, por ende, potenciando su capacidad de ser utilizados para la siembra de cultivos indispensables para la alimentación de comunidades enteras.
En Venezuela
Según datos de la Fundación Nacional de Parques Zoológicos, Zoocriaderos y Acuarios (FUNPZZA), organismo adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo, actualmente en Venezuela hay 42 ejemplares de camélidos bajo cuidado humano en centros de conservación ex situ de fauna. Las especies presentes en el país son: dromedarios, camellos, llamas y alpacas, que han logrado reproducirse de manera exitosa con la supervisión de personal veterinario y en condiciones óptimas.
Esta pequeña representación de camélidos en Venezuela confirma que sí es posible criar esta especie en el país. De acuerdo con información de FUNPZZA, las condiciones climáticas del país permiten que estos animales se adapten adecuadamente; y los recursos naturales disponibles hacen que sea viable su alimentación, crianza, mantenimiento.
Hasta ahora en Venezuela la presencia de estos mamíferos es con fines de ornato y educativos, sin embargo, son especies de fácil adaptación y que podrían distribuirse con fines de ganadería, como es el caso de los búfalos, que en estas dos últimas décadas su población en el país ha tenido un gran crecimiento, por las bondades que tiene para la producción de leche y carne, y su alta adaptación al trópico y a las condiciones rústicas de los paisajes venezolanos.
En el caso de los camélidos, en Venezuela existen zonas (rurales y suburbanas) que son aptas para criar llamas, alpacas y dromedarios; donde se podría implementar el uso de camélidos como animales de carga. Adicionalmente, la lana de los camélidos podría aprovecharse en la producción textil artesanal; pues se caracteriza por ser de buena longitud, suavidad, brillo, resistencia y características termoestáticas, lo que la hace muy cotizada.
La masificación de estos animales en el país aportaría distintos beneficios en pro de la seguridad alimentaria y en la generación de medios de vida sostenibles. La crianza y aprovechamiento de camellos, alpacas, vicuñas, dromedarios y llamas, entre otros, ha demostrado ser de gran ayuda a la hora de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sustentable, que adoptó la Organización de las Naciones Unidas en 2015 en el marco de la Agenda 2030, especialmente los relacionados a la lucha contra el hambre (ODS 2), la erradicación de la pobreza extrema (ODS 1) y la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres (ODS 15).
Es por esta capacidad de contribuir al logro de la Agenda 2030 que es fundamental difundir la importante que tienen los camélidos en la seguridad alimentaria, y de promover su cría, no solo en los países donde ya existen y se desarrollan actualmente, sino también en otros territorios.