Sociales

La Madre Tierra: Nuestra Amazonía venezolana

En el marco del Día Internacional de la Madre Tierra, el proyecto Gestión Integrada de Paisajes Sostenibles para la conservación del bioma forestal Amazonas, que ejecutan el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo (MINEC) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con el apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés)  reafirma su compromiso con la protección del bosque amazónico venezolano y de sus comunidades; principios fundamentales de esta fecha.

Este proyecto conjunto, que inició en febrero de 2025, busca mejorar el estado del ecosistema del sur de Venezuela; y generar un impacto positivo para la conservación del bioma amazónico y el bienestar de los Pueblos Indígenas -los guardianes del bosque-, y en definitiva para la salud del planeta.

Los Pueblos Indígenas, según la FAO, representan el 6,2% de la población mundial, pero salvaguardan gran parte de la biodiversidad que existe en el planeta; principalmente a sus sistemas alimentarios y de conocimiento, los cuales se encuentran entre los más antiguos, resistentes y sostenibles del planeta.

Entre los resultados que se prevén alcanzar con el proyecto destacan: beneficiar al menos a 12.400 personas, 5.000 mujeres y 7.400 hombres. También, al disponer de información actualizada de los bosques y otros ecosistemas del estado Amazonas, y de propuestas de ordenamiento territorial elaboradas con las comunidades indígenas, se espera alcanzar más de 10 millones de hectáreas de áreas terrestres protegidas bajo gestión mejorada.

Además, se realizará la restauración de 1.500 hectáreas de ecosistemas degradados, a través de establecimiento de plantaciones, sistemas agroforestales y restauración pasiva; así como la mejora de 50 hectáreas de paisaje fuera de áreas protegidas, mediante la realización de actividades agrícolas sostenibles, sistemas agroforestales, ecoturismos, entre otras.

Según datos de la FAO, la Amazonía posee la mayor extensión de bosque pluvial tropical del planeta, los cuales son fundamentales para la regulación del clima mundial y para la prestación de otros servicios ecosistémicos, como la purificación de agua y la absorción de carbono. La Amazonía es considerada el pulmón verde de la Tierra. Gracias a las inmensas extensiones de árboles en esta zona del planeta se forman los “ríos voladores”, que son corrientes masivas de vapor de agua (causadas por la evapotranspiración de la selva) que se desplazan a través de la atmósfera, transportando humedad a grandes distancias. Este fenómeno es crucial para el ciclo del agua y la meteorología de Suramérica.

La Amazonía, además, alberga más del 50% de las especies de animales terrestres, plantas e insectos; y es territorio habitado por alrededor de 33 millones de personas, entre las cuales se encuentran 420 comunidades indígenas, que dependen de manera directa de la biodiversidad allí existente.

Según el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), en la Amazonía se genera entre el 16% y el 20% del agua dulce de todo el planeta. También, este bosque selvático es un inmenso sumidero de carbono a través de su proceso fotosintético, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) estima que almacena cerca de 90 a 140 mil millones de toneladas métricas de carbono en su densa vegetación y suelos ricos en nutrientes, lo que se traduce en una acción natural fundamental para la mitigación del cambio climático a nivel global.

La salud del planeta está vinculada al cuidado y protección de la Amazonía, lo cual convoca al despliegue de medios de vida sostenibles, conservación y restauración de los ecosistemas de diversidad biológica, ordenamiento de los Áreas Protegidas Bajo Régimen de Administración Especial, así como el fortalecimiento de instituciones y comunidades indígenas para la gestión integrada del bioma amazónico.

Con la ejecución de este proyecto, en Venezuela contribuimos al cumplimiento de varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030: ODS 2 (Hambre Cero): Mediante la promoción de medios de vida y producción sostenibles, así como prácticas agrícolas resilientes; ODS 13 (Acción por el Clima): A través de la mitigación de emisiones de GEI y el fortalecimiento de capacidades para afrontar el cambio climático; y al ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres): Para conservar los ecosistemas boscosos amazónicos y promover su uso sostenible. Con estos aportes, se promueve una mejor nutrición, mejor producción, mejor ambiente para una vida mejor para todas y todos. 

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