Sociales

La guerra condena al hambre a 100 millones de personas

Los conflictos armados son un factor clave en la inseguridad alimentaria y causantes directos del hambre padecida por 100 millones de personas en todo el mundo, expuso este martes 23 el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ante el Consejo de Seguridad de la organización.

“La guerra es igual al hambre. Es una aberración. El daño a la infraestructura crítica está obstaculizando la producción y entrega de alimentos, y privando a las personas de agua limpia”, dijo el jefe de la ONU ante el Consejo, que debate el tema de la protección de los civiles durante conflictos armados.

El año pasado más de 117 millones de personas padecieron hambre aguda, principalmente debido a la guerra y la inseguridad, y Guterres cifró en 100 millones el número de quienes abandonaron sus hogares debido a conflictos, actos violentos o violaciones de los derechos humanos, y a la persecución.

“Los combatientes destruyen cultivos y roban ganado; los explosivos contaminan la tierra fértil; los mercados ya no pueden funcionar y los precios se están disparando”, continuó el secretario general.

Puso como ejemplo la invasión rusa de Ucrania, “que ha contribuido al aumento de los precios de los alimentos, la energía y los fertilizantes en todo el mundo”.

Observó que cuando se suma el conflicto a la crisis climática, las cosechas se reducen y la gente pasa hambre, como pudo comprobar durante una reciente visita a Somalia.

Los combatientes destruyen cultivos y roban ganado; los explosivos contaminan la tierra fértil; los mercados ya no pueden funcionar y los precios se están disparando”: António Guterres.

En noviembre pasado, los Estados adoptaron una declaración política destinada a proteger a los civiles, limitando o absteniéndose del uso de armas explosivas en áreas pobladas, recordó el secretario general, e instó a unirse en torno a esta declaración y traducirla en acciones concretas

También pidió a todos los Estados implementar la resolución 2664 del Consejo de Seguridad, adoptada en diciembre, destinada a evitar que las sanciones de la ONU perjudiquen a los civiles y obstaculicen la acción humanitaria.

La resolución también propone excluir las actividades de las organizaciones médicas y humanitarias del alcance de las sanciones y medidas antiterroristas.

Pero a pesar de estas medidas tomadas para mitigar los conflictos, “la triste verdad es que el mundo no está cumpliendo con sus compromisos de proteger a los civiles, los cuales están consagrados en el derecho internacional humanitario”.

Los trabajadores humanitarios “deben tener acceso seguro y los ataques contra ellos deben cesar. También debemos facilitar su trabajo, en particular eliminando obstáculos burocráticos con consecuencias mortales”.

“Es inaceptable que las necesidades básicas permanezcan atrapadas en puertos y almacenes, incluso cuando la gente muere”, agregó

En su reclamo de voluntad política por parte de los Estados, comenzando por los 15 miembros del Consejo de Seguridad, afirmó que “la paz es la mejor forma de protección” y pidió mayores esfuerzos para prevenir conflictos, proteger a los civiles, preservar la paz y encontrar soluciones políticas a la guerra.

“Los Estados que tienen influencia sobre las partes en los conflictos deben entablar un diálogo político y capacitar a sus fuerzas para proteger a los civiles. Los países exportadores de armas deben negarse a hacer negocios con cualquier parte que infrinja el derecho internacional humanitario”, insistió

Dijo que “dondequiera que continúe la guerra, todas las partes deben respetar el derecho internacional humanitario. Los Estados deben transponer el derecho internacional humanitario a su derecho interno e integrarlo en el entrenamiento y las normas militares”.

En ese sentido, “los Estados deben investigar las denuncias de crímenes de guerra, enjuiciar a los perpetradores de esos crímenes y desarrollar la capacidad de otros Estados para hacer lo mismo”, dijo.

Finalmente, “debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para poner fin al ciclo mortal del conflicto armado y el hambre: abordar las causas profundas del hambre fortaleciendo las economías de los países vulnerables y  cumplir los compromisos contraídos con los países que se encuentran en la primera línea de la crisis climática”.

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