La menopausia al descubierto
Octubre, un mes para la mujer, no solo es el rosa que aumenta la visibilización de la lucha contra el cáncer de mama, sino que además conmemora desde hace ya 24 años, el día y mes de la menopausia.
Cada 18 de octubre se celebra el día mundial de la menopausia, un estado que está cada vez más presente en la medida que ha ido aumentando la esperanza de vida de la mujer, esto es, cada año se suman mujeres en menopausia que merecen un acceso fácil y equitativo a conocimientos y atención médica basados en la evidencia científica, que les permitan tomar decisiones para esta nueva etapa de sus vidas.
Es por esto, que la atención de este año, desde la Sociedad Internacional de Menopausia, va centrada a la Terapia de Reemplazo Hormonal. Todos hemos podido notar cómo ha ido cambiando la narrativa en relación no sólo con la seguridad sino con sus riesgos. Pocas intervenciones médicas han generado tanta controversia y altibajos como la Terapia de Reemplazo, entre ellas aspectos culturales, sociales y de evidencias que salen de algunos ensayos clínicos.
Este año han sido publicados innumerables revisiones, trabajos científicos y muy importantes, la revisión por sus autores, luego de 20 años de seguimiento, del estudio WHI, que, en el año 2003, erróneamente relacionaba a la terapia hormonal con el cáncer de mama. Esa revisión y el consenso internacional declaran la seguridad de la prescripción. Adicionalmente la Sociedad Internacional de Menopausia (SIM) propone 5 preguntas para iniciar la conversación con cada paciente, estas son: Para quién, qué tipo y qué dosis, cuándo iniciarla y cuándo suspender, por qué es importante y dónde puedo acceder a ella.
La Dra. Carmen Mantellini, Ginecobstetra explica “Si bien ya todos manejamos la definición de la menopausia como ese período posterior a 12 meses sin sangrado menstrual, lo cierto es que es mucho más que eso. Sus síntomas inician antes del cese de la menstruación y contempla aspectos muy diversos fuera de la capacidad de tener hijos. En donde sí hay consenso es que sus síntomas están relacionados con la disminución de la producción de estrógenos específicos por parte de los ovarios y como esta disminución interactúa con dos centros en el cerebro, la hipófisis y el hipotálamo”.
Esta disminución progresiva del estradiol, el estrógeno que sintetiza casi exclusivamente el ovario, genera alteraciones en todos los órganos de la mujer, que ella puede identificar mucho antes de la desaparición de sus ciclos. Por ejemplo, el pelo y la piel se van adelgazando y esta última se siente más seca. Hay mujeres que experimentan caídas aceleradas del pelo. Hay cambios de humor que pueden ocasionalmente ser mucho más intensos. El sueño puede dejar de ser profundo o largo y muchas encuentran dificultad en quedarse dormidas, o se despiertan en la madrugada luchando por volverse a dormir.
En otras hay aparición de ruidos en el oído, también conocido como tinitus, ojo seco, resequedad vaginal, dificultad para lubricar o alcanzar un orgasmo en las relaciones sexuales. Los síntomas son muchos más que estos, pero no por ello con menos impacto en la calidad de vida de la mujer que los padece.
Algo más complejo en este período es el reconocimiento de los síntomas y su afectación en cada mujer desde sus pares y del médico que la atiende. Casi 8 de cada 10 mujeres presenta calorones, que es el síntoma más frecuente y reconocido en este periodo final de la transición a la menopausia, para algunas se acompaña de alteraciones del ánimo, sueño e incluso con afectación grave de su calidad de vida cuando se acompañan de crisis de pánico jamás experimentadas por esas pacientes.
Pero los síntomas más severos se presentan en 2 de cada 10, lo que a veces se acompaña de falta de reconocimiento por sus pares que no los presentan, o por especialistas sin formación en este respecto, lo que retrasa e impacta aún más a estas pacientes, al no sentirse escuchadas y no recibir a tiempo la terapia que les devolverá su calidad de vida.
“Frecuentemente es una paciente que ha sido medicada para la depresión, o el pánico, hipertensión y alteraciones del sueño, una polimedicación que muchas veces puede evitarse iniciando la terapia con estradiol. Es reconocido el impacto del tratamiento no sólo en la calidad de vida de estas pacientes, sino en su esperanza de vida, esto es, tendrán una vida longeva y con salud” asevera la Dra. Mantellini.
Cómo planteado en las 5 preguntas de la “SIM”, para quién va dirigida, ¿Se debe prescribir en pacientes sin o con pocos síntomas que no impactan su calidad de vida pensando en la longevidad?, eso queda aún por responderse, lo cierto es que en algunos países está autorizada para la prevención de osteoporosis y estudios sugieren su papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares, que es la principal causa de muerte a nivel mundial.
Teniendo en cuenta esto y tanta evidencia científica que sigue publicándose, la invitación es a conversar con el ginecólogo de confianza sobre la salud y opciones de tratamiento. Para conocer más de este tema, visita las redes sociales @Dramantellini.