Aumento de las Infecciones Ginecológicas en abril
Los genitales externos y la vagina albergan una cantidad de bacterias y hongos que cohabitan en equilibrio, lo que permite incluso obtener las condiciones adecuadas para que ocurra la fecundación.
Durante nuestra etapa reproductiva, cuando los ovarios producen estrógeno y progesterona, la vagina está colonizada principalmente por lactobacilos, llamados así por su capacidad de producir ácido láctico a partir de los azúcares que contienen las células vaginales. Estos lactobacilos protegen contra infecciones vaginales mediante tres mecanismos complementarios: forman una barrera protectora que es impermeable a otros organismos, producen sustancias que evitan el crecimiento de otras bacterias y se alían con otras bacterias, potenciando este último efecto.
La Ginecobstetra Carmen Mantellini, explica “Ese equilibrio puede romperse fácilmente ante diversas circunstancias, facilitando no sólo una condición llamada Disbiosis o Vaginosis bacteriana, sino también la infección por gérmenes de transmisión sexual”.