Se fue “El Príncipe de las Tinieblas” Ozzy Osbourne
Ozzy Osbourne, cuya distintiva voz oscura y su apetito por lo extremo lo convirtieron en el líder ideal de la banda de heavy metal Black Sabbath, cualidades que también lo impulsaron a una carrera en solitario aún más exitosa falleció a los 76 años.
Su muerte ocurre apenas semanas después del último toque de Black Sabbath, que tuvo lugar el 5 de julio y recaudó 190 millones de dólares, convirtiéndose en el concierto benéfico más lucrativo de todos los tiempos.
Con Black Sabbath, Osbourne fue incorporado al Salón de la Fama del Rock and Roll en 2006. Los nueve álbumes que grabó con la banda obtuvieron certificación de oro, mientras que cinco alcanzaron el estatus de platino.
Entre sus trabajos como solista se encuentra No More Tears de 1991, que llegó al No. 7 en la lista Billboard 200 y vendió más de 3 millones de copias en Estados Unidos, según Nielsen Music. Siete de sus álbumes en solitario alcanzaron el top 10 en el Billboard 200, mientras que 17 de sus sencillos llegaron al top 10 de la lista Mainstream Rock Songs, dos de ellos al número 1.
Su creación de Ozzfest en 1996, dedicado a su amado heavy metal, se convirtió en una de las giras de festivales más exitosas y duraderas de todos los tiempos, generando eventos asociados en el Reino Unido, Europa e Israel.
Las habilidades de Osbourne como vocalista (timbre excepcionalmente único y su poderosa capacidad pulmonar) le dieron la fuerza para destacarse incluso en las canciones de metal más pesadas, como si fuera una sirena.
Desde que empezó con Black Sabbath en 1970, su voz ayudó a definir lo que llegaría a ser el heavy metal. La imagen que creó en esa época se volvió igual de inolvidable. Al interpretar las letras siempre sombrías de Sabbath, vestido con la característica indumentaria fúnebre de la banda, se ganó el apodo de “El Príncipe de las Tinieblas”
Sin embargo, la seriedad de esa imagen a veces le resultaba de lo más graciosa: “Todos pensaban que vivía en algún castillo bávaro y que a medianoche me salían alas de murciélago y volaba alrededor de las almenas”, señaló la edición británica de GQ en 2004.
MUY INTENSO
John Michael Osbourne nació el 3 de diciembre de 1948 en el área de Aston, en Birmingham, Inglaterra. Fue el cuarto de seis hijos de Lilian, quien trabajaba en una fábrica, y John, conocido como Jack, quien trabajaba como fabricante de herramientas.
En la escuela primaria se ganó el apodo de Ozzy, época en la que ya lidiaba con dislexia no diagnosticada, trastorno de déficit de atención y baja autoestima. Citó unavez: “Nunca me he sentido cómodo en mi propia piel… Por alguna razón, soy un alma asustada”.
Avergonzado por la falta de dinero en su hogar, Osbourne se refugió en la fantasía de la música. Escuchar She Loves You de los Beatles lo inspiró a querer ser músico. Abandonó la escuela a los quince años y trabajó en construcción, fontanería y un matadero. Intentó dedicarse al robo, pero, “no pasaron ni tres semanas antes de que me atraparan. Me sentí muy estúpido”.
Hasta que en 1968 fundó junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Wara la mítica banda inglesa Black Sabbath, de heavy metal y hard rock… El éxito fue inmediato y marcaron pauta en estos géneros… pero las drogas y el alcohol casi acaban con Osbourne y la banda, hasta que en 1979 lo despidieron y lanzó en 1980 su carrera como solista, donde los excesos siempre marcaron la pauta.
Vio su notoriedad dispararse gracias a una serie de actos cada vez más escandalosos y alarmantes, dos de los cuales implicaban decapitaciones. Un ejemplo: durante una reunión en 1981 con los ejecutivos de su discográfica, le arrancó la cabeza de un mordisco a una paloma viva para llamar la atención, mientras que al año siguiente repitió el mismo acto con un murciélago muerto en el escenario, escupiendo la sangre del animal al público por si acaso… Y asi otros más escandalosos.
Sin embargo, la imagen de Osbourne dio un giro inesperado cuando se convirtió en una estrella de televisión curiosamente adorable a principios de la década del 2000. Junto con su esposa y dos de sus hijos, protagonizó la serie de MTV The Osbournes, uno de los primeros reality shows centrados en la familia y uno de los mayores éxitos de la cadena.
El programa, que sirvió como precursor de poderosos realities como Keeping Up with the Kardashians, mostraba a Osbourne como un padre torpe y balbuceante, pero que adoraba profundamente a su familia. Aunque algunos veían esta representación como una contradicción de su imagen diabólica, él lo consideraba parte del mismo paquete: “Soy solo un loco excéntrico. Es todo entretenimiento”.
Y lo fue hasta su último suspiro…