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Pemex desaprovecha el amoniaco verde para fertilizantes

Información IPS Venezuela

En el entorno predomina una sensación de obsolescencia y abandono. Tubos oxidados, estructuras vetustas por doquier y turbinas apagadas llenan la vasta extensión de la mexicana planta petroquímica de Pajaritos, propiedad de Agro Nitrogenados, en un silencio propio de una escena distópica.

La fábrica de urea, situada Coatzacoalcos, en el sudoriental estado de Veracruz y cuyo dueño último es la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), calla desde finales de los años 90 del siglo pasado, debido a las importaciones baratas desde Rusia que la sacaron de competitividad.

Esta historia de decadencia ilustra las vicisitudes de Pemex para la rehabilitación del procesamiento de fertilizantes, un sector esencial en este país latinoamericano por su vinculación con la producción de alimentos.

Pemex se enfrenta a un panorama complicado en la producción de amoniaco para la fabricación de fertilizantes químicos debido al desperdicio de la capacidad instalada, la falta de gas para la operación de las plantas y la indiferencia hacia alternativas con menor impacto ambiental, como el consumo de hidrógeno verde para la obtención de amoniaco sin emisiones.

De cuatro complejos de su propiedad, dos están parados y otros dos funcionan a medio vapor por falta de modernización. Además, la petrolera mexicana carece de un plan para el uso de hidrógeno proveniente de energía renovable para la obtención de amoniaco, lo que ralentiza aún más la descarbonización de su cadena productiva.

Para Adrián Duhalt, becario de investigación del Centro sobre Política Energética Global de la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de la privada Universidad de Columbia, los fertilizantes son uno de los sectores difíciles de descarbonizar, pero el amoniaco verde constituye una opción.

“Es una alternativa que se debería de explorar para producir fertilizantes. Hay un área de oportunidad interesante, porque (Pemex) ya tiene plantas de amoniaco y urea. Ya está la cadena (productiva). Hay partes del país que son competitivas en generación de energía renovable, se puede explorar algo que a Pemex le puede interesar y así mejorar sus credenciales sustentables”, dijo a IPS desde Nueva York.

El amoniaco sirve para su aplicación directa o para la fabricación de urea, ingrediente central de los fertilizantes sintéticos. En la actualidad, se obtiene de combustibles fósiles. Pero una variante consiste en el uso del denominado “amoniaco verde” que se obtiene a partir de la aplicación de una corriente eléctrica (electrólisis) proveniente de energía renovable y que no genera emisiones de dióxido de carbono en su proceso de producción, pues solo lanza vapor de agua.

Como en muchos países en desarrollo, la producción y uso de fertilizantes son un factor fundamental en la industria de alimentos, aunque este consumo ha desencadenado o agravado distintos problemas ambientales, entre ellos la contaminación de mantos freáticos, la presencia de sustancias químicas en alimentos y de materia inorgánica en cuerpos hídricos que ocasionan eutrofización (exceso de nutrientes que ocasiona varios efectos, como la floración de algas nocivas).

A largo plazo

Al ser el único productor con capacidad de almacenamiento de amoniaco y fertilizantes, Pemex puede transitar hacia el uso de hidrógeno verde para el procesamiento del primero.

De hecho, el hidrógeno verde tiene el potencial de contribuir en las industrias más difíciles de descarbonizar, a través de la producción de amoniaco sin emisiones.

Robert Howarth, profesor de la cátedra David R. Atkinson de Ecología y Biología Ambiental de la estadounidense y privada Universidad Cornell, situada en Íthaca, en el estado de Nueva York, recordó que el fertilizante está hecho de hidrógeno y actualmente más de 95 % de ese hidrógeno es obtenido del gas natural.

“De hecho, éste es uno de los mayores usos de gas natural a nivel mundial, después de su uso como combustible de calefacción y para la generación de electricidad. Las emisiones de gases de efecto invernadero de la fabricación de fertilizantes producidos por gas natural son enormes”, explicó a IPS desde Íthaca.

El informe de 2021 “Hidrógeno verde en México: hacia una descarbonización de la economía”, patrocinado por la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), concluye en que Pemex puede emprender esa ruta, a partir de su potencial.

De esa cuenta, la petrolera azteca podría producir 1,34 millones de toneladas de amoníaco proveniente de hidrógeno verde en 2050.

El reporte indica que la paridad de costos con otros materiales es el principal impulsor para el despliegue de hidrógeno verde, lo que ocurriría en 2038, en el caso del amoniaco y fertilizantes.

Todas sus aplicaciones, como la generación eléctrica e inyección en la red de gas fósil, impulsarían la demanda de hidrógeno verde de Pemex a más de 650 000 toneladas por año, con un requerimiento de más de 7,5 gigavatios de capacidad de electrólisis.

Para 2050, México podría satisfacer hasta 60 % de la demanda de amoníaco del país a través de energía, con una necesidad superior a 1,600 megavatios (Mw) de capacidad de electrólisis para producir 140,000 toneladas de hidrógeno verde anuales.

Pero el gobierno mexicano ha gastado más de 400 millones de dólares en la modernización de las plantas, sin una mejora ostensible de los indicadores.

Además, Pemex y sus subsidiarias carecen de planes respecto a hidrógeno y amoniaco verdes, según respuestas a solicitudes de información presentadas por IPS.

Y si bien el Plan de Negocios de Pemex 2023-2027 estipula metas de producción de amoniaco de 1.2 millones de toneladas en 2024 y 1,43 millones en 2027, no hay detalles sobre el uso de alternativas, como el hidrógeno verde.

Así, Pemex empieza a sentir la sombra de la competencia. En julio, la empresa alemana Hy2gen y la mexicana Mexión anunciaron la construcción del proyecto de hidrógeno verde y amoniaco Marengo I, mediante una inversión de unos 1,100 millones de dólares sobre una superficie de 12,000 hectáreas en el sudoriental estado de Campeche.

La instalación, que iniciaría operaciones en 2028, produciría 180 000 toneladas de amoniaco, cuyo destino sería la Unión Europea. La energía provendría de un parque eólico de 415 Mw de capacidad y uno solar, de 230 Mw.

Además, la danesa Copenhagen Infrastructure Partners planea la edificación de una planta de hidrógeno verde para combustible marino en el sureño estado de Oaxaca, aunque no hay detalles específicos de la iniciativa.

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