La versatilidad y resiliencia del Mijo brindan oportunidades a Venezuela
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela llevaron a cabo el foro Año Internacional del Mijo 2023, Oportunidades para Venezuela, con el propósito de promover e impulsar el uso y consumo humano de este cereal en el país.
El evento, que se realizó el pasado 7 de diciembre en el Auditorio de Economía Agrícola de la facultad, contó con la presencia del rector de la UCV, Dr. Víctor Rago, la decana de la Facultad de Agronomía, Aída Ortiz, y el señor Alexis Bonte, Representante de la FAO en Venezuela.
“Esta actividad se encuadra en la carta de intención que suscribió la universidad con las Naciones Unidas, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. El propósito de este foro fue dar a conocer diversos aspectos del cultivo del mijo, que es poco conocido en el país”, señaló el Dr. Rago.
En el foro se trató al mijo (o sorgo, como se le conoce en Venezuela) desde diferentes aristas con ponencias diversas, que confirmaron la versatilidad, conveniencia y resiliencia de este cereal, muy popular y consumido en África y Asia.
El cultivo del sorgo, alternativa sostenible para Venezuela, fue la presentación de la profesora Ortiz; el Dr. Rago habló de El sorgo como cultivo ancestral, mientras que la nutricionista Hirinoy Frías, ofreció los beneficios alimenticios del mijo con su ponencia Sorgo: alternativa saludable para la alimentación humana. Y Rosángela Lugo, de FAO Venezuela, abordó el tema de Cooperación en sistemas de producción de semillas en Venezuela.
“Este cereal posee características muy favorables para mitigar el cambio climático, por lo que es uno de los cultivos que responsablemente podrían sembrarse ante los aumentos de temperatura y de CO2 atmosféricos, dado que se adapta a estas situaciones”, indicó la profesora Ortiz.
El mijo, al no está muy arraigado en la cultura venezolana, su consumo en personas es escaso, su producción se destina básicamente a la elaboración de alimentos para animales. En el país el mijo puede ser cultivado en una amplia variedad de suelos y ambiente. Las áreas de mayor potencial son Lara, Falcón, las depresiones de los lagos de Maracaibo y Valencia y algunas zonas de los llanos occidentales, centrales y orientales.
“El Mijo tiene alrededor de 8.000 años de presencia en la Tierra, y de cara al futuro sigue siendo muy importante por su capacidad de adaptación a diversos suelos y climas. Además, no requiere muchos insumos para su producción; son por estas razones que estamos trabajando con la UCV para ver cuáles son las oportunidades que tiene en Venezuela, más del consumo animal”, dijo el sr. Bonte.
Desde las Naciones Unidas
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró al 2023 como el Año Internacional del Mijo, con el propósito de crear conciencia sobre sus beneficios nutricionales y de su capacidad de proveer alimentos en zonas áridas. Con frecuencia, se trata del único cultivo que puede cosecharse en temporada seca, por lo que el mijo puede ser una fuente vital de alimentos para las poblaciones vulnerables a la inseguridad alimentaria.
Al igual que otros cereales como el maíz, el trigo o la avena, el mijo se caracteriza por ser muy digestivo, fácil de cocinar y de elevado valor nutricional. Contiene un alto contenido proteico, posee vitaminas B1, B2, y B9 y es uno de los cereales que más cantidad de hierro y magnesio poseen. Además, no tiene gluten, lo que lo hace ideal para las personas celiacas.
Aumentar la producción de mijo puede apoyar los medios de vida de los pequeños agricultores y puede ofrecer empleo decente a grupos vulnerables de la población, como son las mujeres y los jóvenes. Gracias a la posibilidad de contar con cereales saludables alternativos como el mijo, puede mitigarse los riesgos relacionados con las perturbaciones de la producción. Además, puede ayudar a garantizar la seguridad alimentaria en las zonas en las que tiene pertinencia desde un punto de vista cultural.
Eventos como el realizado entre la FAO y la UCV, contribuyen al logro de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, y al alcanzar sus Objetivos de Desarrollo Sostenible 1 (Fin de la Pobreza), el 2 (Hambre Cero), el 3 (Salud y Bienestar) y el 8 (trabajo decente y crecimiento económico).