Mundo Diplomático

Intimidación al Sudeste Asiático con amenazas arancelarias de EEUU

El presidente estadounidense, Donald Trump, viene utilizando con  éxito las amenazas arancelarias para lograr objetivos económicos, políticos e incluso personales. Estas amenazas, que evocan el colonialismo, han logrado tanto sumisión como concesiones y la región del Sudeste Asiático no ha sido la excepción.

Tras conocer los resultados de las elecciones estadounidenses de 2024, el presidente indonesio, Prabowo Subianto, fue uno de los primeros en felicitar al ganador desde Yakarta.

Meses después, Trump se jactó de su oferta arancelaria a Indonesia a mediados de julio,  halagando efusivamente a su presidente, aunque el exgeneral Prabowo aceptó unirse al grupo Brics después de algunas dudas iniciales y a pesar de la clara desaprobación de Trump.

“Hablé con su gran presidente, muy popular, muy fuerte e inteligente. Y llegamos al acuerdo. No pagaremos aranceles… nos dan acceso a Indonesia… la otra parte es que ellos pagarán 19 % y nosotros no pagaremos nada”, dijo Trump.

Un comentarista indio señaló: “Esas palabras lo dicen todo. Este acuerdo es claramente unilateral y debería preocupar al mundo entero”. Los estadounidenses, no los indonesios, pagarán el precio de esos aranceles sobre las importaciones procedentes de Indonesia.

Estados Unidos es el segundo mayor mercado de exportación de Indonesia, importando ropa, aceite de palma, calzado y cosméticos. Inicialmente, Trump había amenazado con un arancel de 32 % sobre dichas importaciones.

Este arancel se ha reducido a 19 %, ¡casi cuatro veces más que el año pasado! En 2024, las exportaciones indonesias a Estados Unidos estaban gravadas con 5 % en promedio.

El presidente indonesio no se ha quejado, sino que se ha mostrado aliviado.

Indonesia no solo perderá exportaciones, sino también crecimiento y empleo. Como a Trump le gusta presumir, echó sal a la herida al reiterar: “Ellos pagarán 19 % y nosotros no pagaremos nada”.

Ventas garantizadas

Indonesia también comprará 15 000 millones de dólares en petróleo y gas estadounidenses, 4500 millones de dólares en productos agrícolas y 50 aviones Boeing. Pero la tragedia del avión de Lion Air de 2019, de la que el fabricante estadounidense atribuyó rápidamente a los pilotos indonesios, sigue viva en la memoria nacional.

La reputación mundial de Boeing no se ha recuperado tras la investigación del accidente aéreo de Nairobi, que involucró al mismo modelo de avión y que provocó su inmovilización.

Indonesia se encuentra entre los 25 principales socios comerciales de Estados Unidos. El acuerdo garantiza el acceso estadounidense al mercado indonesio, lo que permite la venta de productos estadounidenses sin aranceles.

El año pasado, Indonesia envió productos a Estados Unidos por valor de 28 000 millones de dólares. Se prevé que el aumento de los aranceles reduzca las exportaciones indonesias en una cuarta parte, el crecimiento del producto interno bruto (PIB) en 0,3 % y muchos empleos.

¿Otras lecciones del Sudeste Asiático?

El gobierno filipino de Ferdinand Marcos, llamado Marcos II, es el más proestadounidense del Sudeste Asiático (SE), albergando 11 bases militares norteamericanas.

Sin embargo, fue el único que no recibió una oferta arancelaria estadounidense antes de la visita del secretario de Estado, Marco Rubio, al Sudeste Asiático a principios de este mes. Desde entonces, Filipinas ha recibido una oferta de un nuevo acuerdo comercial con el mismo arancel de 19 %, a pesar de su lealtad a Washington.

El apoyo leal a largo plazo a Estados Unidos,  las 11 bases militares y el hecho de servir como un portaaviones insumergible adicional justo al sur de Taiwán no garantizaron un mejor acuerdo comercial para esta nación insular del SE.

Trump quiere acuerdos comerciales aún más favorables para Estados Unidos que los existentes. Con el vencimiento de los plazos, se espera que Washington anuncie más acuerdos comerciales favorables para sus intereses.

Las amenazas arancelarias han sido más efectivas para Trump, gracias a décadas de liberalización comercial impuestas al Sur global, que han socavado las medidas anteriores de industrialización por sustitución de importaciones y seguridad alimentaria.

Washington ya ha revisado sus exigencias anteriores, a veces no solo una vez, generalmente para disgusto de sus socios comerciales. Inicialmente, se creyó que el líder del Partido Comunista de Vietnam había negociado un mejor acuerdo que otros gobiernos del Sudeste Asiático.

¿Lecciones para otros?

¿Se convertirá la oferta estadounidense a Indonesia en un modelo para otros? ¿O incluso para países de importancia comparable en la economía mundial? Nadie conoce la estrategia de Trump, y mucho menos cómo podría cambiar sus posiciones en las negociaciones.

Quizás comience con la amenaza de aranceles altos, conmoción y pavor. Luego, se ofrece un acuerdo menos doloroso, disfrazado de concesión.

Esto puede ser peor que el statu quo anterior, pero sigue pareciendo preferible a la amenaza original. También se exigirá a las naciones que compren productos estadounidenses que podrían no ser necesarios o que ofrezcan la mejor relación calidad-precio.

Por lo tanto, las ofertas estadounidenses al Sudeste Asiático se están estudiando en todo el mundo para aprender lecciones sobre cómo negociar mejor con Washington. Mientras tanto, Estados Unidos se niega a negociar colectivamente, excepto con la Unión Europea (UE) y tampoco le han funcionado especialmente bien al bloque europeo.

En todo el mundo, los responsables políticos seguirán debatiendo la estrategia de guerra arancelaria de Trump tras el acuerdo del domingo 27 en Escocia con la UE, que incluyó un arancel base de 15 % para la mayoría de las exportaciones del bloque a Estados Unidos.

El acuerdo entre Washington y Bruselas deja claro que Occidente, incluida Europa, nunca se ha comprometido realmente con un orden internacional basado en normas, incluida la liberalización comercial multilateral.

A los consumidores estadounidenses les costarán más caros los bienes importados por los altos aranceles, los socios comerciales de Estados Unidos perderán exportaciones, el crecimiento asociado y empleos. Esto se traducirá en una menor expansión, empleo y exportaciones a nivel mundial, acelerando el estancamiento.

Mientras tanto, la mayoría de los gobiernos del Sudeste Asiático creen que no les queda otra opción que seguir negociando y pactando con Estados Unidos, mientras paralelamente buscan a otros países dispuestos a negociar con ellos en condiciones más favorables, si no más justas, en el intercambio comercial.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *