Mundo Diplomático

Fusiones en la ONU para reducir costes mientras sigue búsqueda de nuevas ubicaciones 

Ante una calamitosa crisis de liquidez y un gobierno hóstil en Washington, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sigue fusionando algunas de sus múltiples agencias y trasladándolas fuera de Nueva York, reubicándolas en Europa, África, Asia y Medio Oriente.

Quizás las dos primeras agencias en fusionarse sean ONU Mujeres (creada en 2010) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa, creado en 1967), con algunos miembros del personal trasladados, unos a la ciudad alemana de Bonn y otros a Nairobi, la capital de Kenia.

También el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) podría ser el siguiente en trasladarse a Nairobi.

La ONU también está considerando varias fusiones potenciales, principalmente para reducir costes y mejorar la eficacia, entre ellas la fusión de Onusida (Programa conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/sida) con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la consolidación de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos  con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y la reestructuración del Departamento de Operaciones de Paz y el Departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz.

«Externamente, se ha recibido con entusiasmo el traslado de funciones globales a Nairobi y Bonn de miembros de la familia de las Naciones Unidas como ONU Mujeres (pero también Unfpa yUnicef)», según un informe de las Naciones Unidas.

Las nuevas ubicaciones también podrían incluir Bangkok, Doha, Dubái y Estambul.

En su intervención en la sesión de alto nivel de la 80 Asamblea General de las Naciones Unidas el mes pasado, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, ofreció Estambul como nueva sede, describiendo la ciudad turca como «un excelente centro neurálgico para las Naciones Unidas».

La extenuante crisis de liquidez de las Naciones Unidas, que ha provocado fusiones y traslados, se ha desencadenado por los 2800 millones de dólares que Estados Unidos adeuda, tanto para el presupuesto ordinario como para el de mantenimiento de la paz. Y, hasta la semana pasada, solo 139 de los 193 países habían pagado íntegramente sus cuotas, con 54 países en mora.

Cuando se le preguntó por las últimas novedades sobre el traslado a Nairobi, el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo a los periodistas el 3 de octubre que el complejo de la ONU en Nairobi está creciendo. En la capital keniana tiene ya su sede, desde su creación, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

«La última vez que estuve allí, había obras. Lleva tiempo ampliándose. Creo que varias agencias ya están pensando en trasladarse. Mucho dependerá también del presupuesto y de las decisiones de los Estados miembros», comentó Dujarric.

Sobre la oferta de Estambul, dijo que el traslado de puestos de varias ciudades sede más tradicionales de la ONU a otras es algo que se está estudiando y también algo que ya ha ocurrido.

«Estambul ya alberga varios centros regionales de diversas organizaciones de la ONU. Por lo tanto, es algo que estamos evaluando continuamente», recordó.

Kul Gautam, exdirector ejecutivo adjunto de Unicef y subsecretario general de las Naciones Unidas, afirmó a IPS que el Fondo para la Infancia ha puesto en marcha su propia «Iniciativa de Enfoque Futuro», a fin de aumentar la agilidad, la eficiencia y la eficacia de la organización en respuesta a la disminución de la financiación.

La iniciativa incluye importantes recortes presupuestarios en la sede y las oficinas regionales, el traslado del personal a lugares de menor coste y la consolidación de algunas oficinas regionales.

Como parte de esta medida, dijo, el presupuesto básico de Unicef en la sede y las oficinas regionales se reducirá en 25 %, y alrededor de 70 % del personal de la sede se trasladará a lugares de destino de menor costo, como Bangkok, Nairobi y quizás incluso Doha, Dubái y Estambul, que están más cerca de la mayoría de las oficinas de Unicef sobre el terreno.

«Esta redistribución del personal puede ayudar a racionalizar las operaciones y reducir los costos operativos», consideró.

Gautam señaló que una de las principales misiones originales de muchos organismos, fondos y programas especializados de las Naciones Unidas era proporcionar conocimientos técnicos especializados que no estaban fácilmente disponibles en los países en desarrollo.

«Teniendo en cuenta que muchos países en desarrollo cuentan ahora con profesionales altamente cualificados (muchos de los cuales emigran a países de altos ingresos en busca de mejores perspectivas), las oficinas de las Naciones Unidas deberían considerar seriamente la posibilidad de contratar a más profesionales nacionales en los países en desarrollo con emolumentos considerablemente más bajos que los de los expatriados del Norte global, cuyos costes son muy elevados», analizó.

Recordó que, hace décadas, Unicef fue pionera en la práctica de contratar a un número bastante elevado de profesionales nacionales en sus oficinas en los países.

«Todos los organismos de las Naciones Unidas deberían considerar ahora la posibilidad de emular el ejemplo de Unicef, y la propia UNICEF debería ampliar esta práctica, manteniendo al mismo tiempo el carácter internacional básico de la organización», afirmó Gautam, autor de «Global Citizen from Gulmi: My Journey from the Hills of Nepal to the Halls of United Nations (Ciudadano global de Gulmi: mi viaje desde las colinas de Nepal a los pasillos de las Naciones Unidas)».

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Si bien las burocracias y los intereses creados del personal de la Secretaría de diversas organizaciones son en parte responsables de la proliferación de mandatos y de informes excesivamente complejos y enrevesados, los Estados miembros deben moderar sus exigencias y su apetito por informes indebidamente detallados e innecesariamente frecuentes.

Con la llegada de la inteligencia artificial, ahora existe la oportunidad de consolidar y acortar drásticamente estos informes.

Gautam afirmó: «Incluso la frecuencia de las reuniones de las juntas directivas es excesiva. Actualmente, las Juntas del Pnud, Unicef, Unfpa, ONU Mujeres y PMA (Programa Mundial de Alimentación) se reúnen tres veces al año. Reducir esas reuniones de la Junta a dos veces al año ahorraría muchos recursos sin comprometer la rendición de cuentas de los organismos».

Sobre las planteadas fusiones, Purnima Mane, exdirectora ejecutiva adjunta de Unfpa, dijo a IPS que no es de extrañar que, en el marco del plan de reestructuración 80 de las Naciones Unidas, la organización esté considerando algunas medidas importantes, como la fusión de algunos de sus organismos… y el traslado de parte de su personal de Nueva York a otros países».

La racionalización podría resolver temporalmente la actual crisis de liquidez y el traslado fuera de Nueva York demostraría un avance hacia la descentralización, ambos objetivos loables. Sin embargo, en la situación actual, estas medidas parecen pasos a corto plazo destinados principalmente a reducir costes, sin que haya pruebas de que encajen en una visión estratégica modificada de la ONU, afirmó.

«No está claro cómo estas medidas forman parte de un enfoque estratégico más amplio para que la ONU sea más eficaz en lo que desea lograr», alertó Mane.

A su juicio, «los recortes y las fusiones pueden proporcionar un alivio a corto plazo, pero también pueden crear problemas propios, como la pérdida de los avances logrados a lo largo de los años en las áreas de trabajo de estos organismos y programas, todos ellos fundamentales para el desarrollo».

Esto pondrá en peligro el impacto del trabajo de los programas y comprometerá la consecución de muchos objetivos globales fundamentales, afirmó Mane, quien también fue presidenta y directora ejecutiva de la organización Pathfinder International.

En el caso de la fusión del Unfpa con ONU Mujeres, señaló, se ha argumentado que fusionar los mandatos de promover la igualdad de género en su conjunto con el fortalecimiento de la salud y los derechos reproductivos de las mujeres podría, de hecho, beneficiar a las mujeres.

En teoría, esto suena muy bien, pero la realidad del contexto y la historia de las cuestiones relacionadas con la mujer pone en duda esa suposición.

En un contexto político en el que las cuestiones relacionadas con la salud y los derechos sexuales y reproductivos  son muy controvertidas e incluso rechazadas por algunos Estados miembros, la labor del Unfpa en esas cuestiones podría verse muy diluida como consecuencia de la fusión.

Los compromisos previos contraídos por los países, especialmente en materia de SDSR, corren el riesgo de recibir una menor prioridad, en favor de algunas áreas más aceptables desde el punto de vista político, aunque importantes, en las que se centra ONU Mujeres, como el empoderamiento económico de las mujeres.

Además, una fusión no garantiza que la nueva organización resultante vaya a recibir recursos equivalentes a los que reciben actualmente Unfpa y ONU Mujeres, advirtió.

La fusión podría dar lugar a recortes profundos en los recursos asignados a las cuestiones de género en general, privando así a los países del apoyo necesario en estas cuestiones, a un costo que ignora las loables razones por las que se crearon estos organismos y programas como entidades separadas.

Sin duda, esto supone una llamada de atención a ambos organismos para que desarrollen formas más estratégicas y eficaces de racionalizar y coordinar su trabajo, de manera que no se ralentice el progreso logrado en cuestiones fundamentales para la igualdad de género y las mujeres, al tiempo que se trabaja en la descentralización de sus programas, pero la solución prevista de la fusión probablemente sea muy perjudicial para las mujeres y su situación.

Hablando a título personal y no oficial, Shihana Mohamed, miembro fundadora y coordinadora de la Red Asiática de las Naciones Unidas para la Diversidad y la Inclusión (UN-Andi), declaró a IPS: ONU Mujeres se creó para ser un multiplicador de fuerzas, integrando los derechos de las mujeres en la consolidación de la paz, el desarrollo y los derechos humanos.

Sin embargo, señaló, hoy en día se enfrenta a una falta de financiación crónica, una influencia política limitada y un mandato cada vez más reducido.

«Como defensora de la igualdad de género, me temo que la posible fusión de ONU Mujeres con el Unfpa en el marco del programa de reformas ONU80 podría diluir aún más el mandato específico de ONU Mujeres», dijo Mohamed.

«Si la fusión se precipita o se impone desde arriba, se podrían perder décadas de conocimientos institucionales, experiencia técnica y asociaciones de confianza, construidas por separado por ONU Mujeres y el Unfpa», añadió.

También se corre el riesgo de marginar el liderazgo normativo de ONU Mujeres, debilitar su función de rendición de cuentas y desviar los recursos del cambio estructural a la prestación de servicios. En resumen, podría convertir una agenda transformadora en una tecnocrática, argumentó.

Cualquier reestructuración debe preservar el mandato distintivo de ONU Mujeres. «Los Estados miembros deben aumentar la financiación básica de ONU Mujeres y apoyar su integración en todos los organismos de las Naciones Unidas. El respaldo político debe ir a la par del apoyo retórico», afirmó.

«La creación de ONU Mujeres fue la culminación de años de negociaciones entre los Estados Miembros y la defensa de los intereses del movimiento mundial de mujeres. Por lo tanto, el Grupo de Trabajo de  ONU80 y otros órganos de reforma deben colaborar abiertamente con todas las partes interesadas», insistio Mohamed.

También hizo hincapié «en la necesidad de celebrar consultas significativas con los movimientos feministas antes de realizar cambios estructurales, ya que son los guardianes y visionarios de la justicia de género a nivel mundial».

«Las decisiones que afectan al futuro de ONU Mujeres deben ser transparentes, inclusivas y basadas en los derechos humanos, no solo en la rentabilidad», afirmó Mohamed, actual integrante de varias organizaciones mundiales a favor de los derechos de las niñas y las mujeres.

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