FAO en COP28: La transformación de los sistemas agroalimentarios es clave para la acción climática
La Oficina Regional de América Latina y el Caribe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura finalizó su participación en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) con un llamado a transformar los sistemas agroalimentarios para así lograr soluciones sostenibles, resilientes y bajas en emisiones, para hacer frente al cambio climático.
La participación de la Oficina Regional de FAO en la COP28 –que se realizó entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre en Dubai, Emiratos Árabes- se centró, al inicio-en el trabajo realizado por la Plataforma de Acción Climática en Agricultura en Latinoamérica y el Caribe (PLACA).
El mecanismo, conformado por 16 países de la región, este año atrajo a más de 3.000 participantes, ofreciendo cursos, capacitaciones y talleres de Extensionismo, Adaptación y Mitigación al Cambio Climático. Además, levantó más de 200 soluciones tecnológicas de bajo costo para impulsar la acción climática en la agricultura.
En la instancia, participaron Cesar Saboto, Ministro de Agricultura, Silvicultura, Pesca, Transformación Rural, Industria y Trabajo de San Vicente y las Granadinas; Ana María Loboguerrero, Directora del Área de Investigación en Acción Climática de la Alianza Bioversity CIAT y Directora Senior de Acción Climática del CGIAR; Juan Carlos Mendoza, Director de Medio Ambiente y Cambio Climático de la FIDA; Sol Ortiz García, Directora General de Políticas, Prospección y Cambio Climático de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en México y, actualmente, Presidenta de PLACA; y Kaveh Zahedi, Director de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente de la FAO.
“Fortalecer la acción climática regional en el sector agrícola, fuente de una amplia gama de soluciones que contribuyen a la adaptación y a la mitigación del cambio climático, es urgente. En ese contexto, PLACA se ha fortalecido como espacio de articulación de alto nivel para abordar la contribución de la agricultura a la agenda climática”, explicó María Mercedes Proaño, Oficial de Financiamiento Climático de la FAO para América Latina y el Caribe.
Además, la FAO en colaboración con el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), abordó soluciones basadas en la naturaleza en el corredor seco y zonas áridas de la región SICA. En este contexto, los presentes compartieron estrategias, buenas prácticas y lecciones aprendidas para reducir la vulnerabilidad y fortalecer la resiliencia en estos territorios, destacando, especialmente, la implementación exitosa de la Iniciativa Regional de Agricultura, Bosques y Otros Usos del Suelo, AFOLU 2040, cuyo objetivo central es la construcción de resiliencia agrícola regional en los países SICA. Esta iniciativa tiene como meta restaurar y conservar 10 millones de hectáreas de tierras y ecosistemas degradados al 2030 y alcanzar la carbono-neutralidad al 2040.
En materia de bioeconomía, el evento «Economía Bioamazónica y Transformación Rural Inclusiva” respaldó los esfuerzos de los países para adaptarse y mitigar el cambio climático, garantizando el desarrollo de medios de vida acorde con los conocimientos y preferencias locales, explorando oportunidades y desafíos para desbloquear el potencial de la Amazonia como un camino viable para su desarrollo inclusivo y sostenible, la que supera a Alemania, España, Francia, Italia, Noruega y el Reino Unido en tamaño.
Con 237 millones de hectáreas de bosque, este territorio es vital para nuestro planeta, albergando el 20% del agua dulce y 10% de la biodiversidade mundial, además de ser hogar de más de 50 millones de personas, incluyendo 400 pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes y agricultores.
Finalmente, en el evento “Impulsar la acción climática con cultivos sostenibles: cómo la yerba mate, cacao y café aumentan los ingresos y reducen las emisiones”, se destacó el valioso trabajo con comunidades indígenas del proyecto «Pobreza, Reforestación, Energía y Cambio Climático» (PROEZA), con la planta sagrada yerba mate, y financiamiento del Fondo Verde del Clima. En la instancia se mostró cómo la colaboración con comunidades indígenas puede generar impactos positivos en la lucha contra la pobreza y la protección del medio ambiente.
Un nuevo paradigma
Los sistemas alimentarios deben considerar la producción sostenible, eficiente, baja en emisiones y rica en nutrientes, ya que actualmente no son lo suficientemente sostenibles, degradando, desnutriendo y produciendo de forma limitada.
Para ello, es necesario crear un nuevo paradigma en eficiencia y uso de recursos naturales, los que son cada vez más limitados, siendo menos contaminantes en cuanto a emisiones, uso de plásticos, químicos, restaurando la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, y produciendo alimentos sanos.
“En un ambiente cambiante e incierto, la capacidad de adaptación para la producción es vital, y esto tiene que ver no solo con cómo y cuándo se produce, pero también en predecir lo más certero posible, frente a diferentes escenarios que permitan prevenir riesgos y gestionar catástrofes ambientales”, explicó Hivy Ortiz, Oficial de Agricultura Sostenible de la FAO para América Latina y el Caribe.
«Se deben tener en cuenta elementos biofísicos y de buenas prácticas agrícolas, así como consideraciones sociales como la previsión social, y temas económicos asociados a la inversión en buena tecnología para la transformación, seguros catastróficos para la recuperación ambiental y social, entre otros elementos”, agregó Ortiz.