Mundo Diplomático

Campaña militar antidrogas de EEUU llega al Pacífico

La campaña militar antidrogas de Estados Unidos, que tiene en ascuas a la región del Caribe, llegó al Pacífico con el anuncio, este miércoles 22, de que una pequeña embarcación señalada de transportar drogas fue abatida la víspera en el oriente de ese océano.

“Ayer, el Departamento de Guerra llevó a cabo un ataque cinético (desde gran altura) letal contra un buque operado por una Organización Terrorista Designada y que realizaba narcotráfico en el Pacífico Oriental”, informó el secretario Peter Hegseth.

Se trata de la octava embarcación -lanchas la mayoría, aunque también un sumergible- abatida desde el 2 de septiembre, luego de que Washington desplegase en el Caribe una fuerza aeronaval con el propósito declarado de liquidar los envíos marítimos de drogas ilícitas desde América del Sur hacia su país.

Hegseth escribió en la red X que “nuestra inteligencia tenía conocimiento de que el buque estaba involucrado en el contrabando ilícito de narcóticos, transitaba por una ruta conocida para el narcotráfico y transportaba narcóticos”.

“Durante el ataque, llevado a cabo en aguas internacionales, se encontraban dos narcoterroristas a bordo. Ambos terroristas murieron y ninguna fuerza estadounidense resultó herida”, indicó el funcionario en un latiguillo que se ha repetido desde la primera operación de su tipo en septiembre.

Hegseth agregó que “así como Al Qaeda libró una guerra contra nuestra patria, estos cárteles libran una guerra contra nuestra frontera y nuestra gente. No habrá refugio ni perdón, solo justicia”.

Expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas, y dirigentes de la oposición demócrata en Estados Unidos, afirman que los ataques y ejecuciones extrajudiciales de los presuntos narcotraficantes contravienen la legislación internacional antidrogas, los derechos humanos y las propias leyes estadounidenses.

También se ha cuestionado el despliegue en el Caribe de una fuerza de tarea militar de envergadura, que incluye nueve buques, 2 cazas F-35, bombarderos y hasta 10 000 efectivos para operaciones contra pequeñas lanchas que podrían ser objeto de persecución y captura por unidades guardacostas.

Con esta octava operación sumarían ya 34 los ocupantes de embarcaciones abatidos. En el séptimo ataque, contra un sumergible, sobrevivieron dos de los ocupantes, heridos, capturados y devueltos a sus países de origen, Colombia y Ecuador.

En los restantes ataques los ocupantes fueron señalados como “narcoterroristas” provenientes de Venezuela, cuyo presidente Nicolás Maduro es acusado por Washington de dirigir un “Cartel de los Soles”, de mandos militares que facilitarían el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, Europa y el Caribe.

Sin embargo, al menos dos de los desaparecidos en un ataque eran pescadores de Trinidad y Tobago, de acuerdo con investigaciones de la prensa trinitobaguense.

Una de las lanchas abatidas salió de Colombia y no de Venezuela, y perecieron humildes pescadores, según el mandatario colombiano Gustavo Petro, quien ha criticado casi a diario el despliegue militar de Washington en el Caribe.

El presidente estadounidense Donald Trump se ha ufanado de que los ataques redujeron casi a cero el tráfico de embarcaciones con drogas por el Caribe, y anunció que las operaciones deberían ahora alcanzar instalaciones en tierra.

Según estudios de la agencia antidrogas (DEA) y de organismos internacionales, la mayor parte de la cocaína sudamericana que va a Estados Unidos viaja en el lado del Pacífico y solo una pequeña parte por el Caribe.

El fentanilo, principal causante de decenas de miles de muertes por sobredosis y complicaciones en Estados Unidos, llega principalmente por tierra a través de la frontera con México, y la llevan sobre todo ciudadanos estadounidenses.

Venezuela considera que el despliegue militar de Estados Unidos usa la lucha contra el narcotráfico como coartada, y en realidad se dirige a atacar al país sudamericano para provocar el derrocamiento del gobierno de Maduro, una tesis que ha compartido también el presidente colombiano Petro.

El gobierno de Trump declaró que Estados Unidos está en un “conflicto armado no internacional” con los cárteles de la droga, invocando una ley de los años 70 del siglo pasado que le potestad para ese accionar sin autorización del Congreso durante 60 días que terminan a principios de noviembre y pueden prolongarse por un mes más.

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