América Latina llega a la COP28 con ambiciones para sus metas insuficientes
Información IPS Venezuela
A lo largo de 2023, América Latina ha padecido olas de calor, sequías largas e intensas, inundaciones destructoras y huracanes devastadores, fenómenos relacionados con los efectos de una crisis climática derivada mayormente de la quema de combustibles fósiles.
Con ese escenario, la región acude a la 28 Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), a escenificarse en Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, del 30 de noviembre al 12 de diciembre, con planes climáticos inadecuados para enfrentar estos fenómenos y, en paralelo, con demandas a la comunidad internacional para su presunto combate.
Miriam García, directora asociada de Involucramiento Político de la no gubernamental CDP América Latina, evaluó que los planes de mitigación no son adecuados.
La COP28 “deberá definir una meta colectiva y cuantificable de financiamiento. Para cumplir las metas de las NDC, se necesitan seis millones de millones de dólares”, dijo a IPS desde São Paulo.
Como en la mayor parte del mundo, las acciones climáticas voluntarias asumidas por América Latina son inadecuadas o insuficientes, o ambas.
Si bien la mayoría de las naciones de la región tienen planes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), de adaptación a las secuelas de la emergencia climática y de fomento a energía renovable, siguen pegados a la explotación de petróleo y gas, por lo que no bastan para enfrentar el desafío.
“Hay una agenda muy potente. Se trata de buscar posturas uniformes del Sur global, es clave el nexo mitigación-adaptación-pérdidas y daños”: Pilar Bueno.
En el caso de México y Argentina, la plataforma internacional Monitor de la Acción Climática califica las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, en inglés), el conjunto de medidas de mitigación y adaptación de cada país, de “críticamente insuficientes”.
Mientras, considera “insuficientes” los planes de Brasil, Chile y Colombia.
Las NDC son una parte medular del Acuerdo de París sobre cambio climático, adoptado en 2015 y vigente desde 2021, en las que pivota la meta de limitar el incremento de la temperatura a 1,5 grados Celsius, considerado el objetivo mínimo e indispensable contención para evitar catástrofes climáticas irreversibles y, en consecuencia, humanas.
En ellas, las naciones deben establecer sus metas para 2030 y 2050 de reducción de las emisiones de GEI, tomando como línea base un año especifico, la forma de conseguir esas metas, el año pico de sus emanaciones y cuándo lograrían las cero emisiones netas, absorber tantos gases como los que lancen a la atmósfera.
Ruta al desastre
En conjunto, las NDC latinoamericanas, que contienen metas de emisiones netas cero (a excepción de México), llevarían a un recalentamiento global entre 2º y 4º centígrados, al resultar en mayores emanaciones.
De esa cuenta, los GEI de México, el segundo mayor contaminador de la región después de Brasil, ascenderían entre 807 millones y 831 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), el gas generado por la quema de combustibles fósiles y principal causante del aumento del termómetro planetario, en 2030, sin incluir las emisiones provenientes del uso de suelo, cambio de su utilización (deforestación) y silvicultura (Uscus).
“Deberá definir una meta colectiva y cuantificable de financiamiento. Para cumplir las metas de las NDC, se necesitan seis millones de millones de dólares”: Miriam García.
En el caso de Argentina, sus emanaciones, sin Uscus, crecerían a 398 millones de toneladas de CO2 en 2030, aproximadamente 25% más que los niveles de 2010.
Mientras, la emisión contaminante de Brasil llegaría a 1145-1171 millones de toneladas en 2030, entre 25 % y 28 % por encima de los niveles de 2005.
Chile sería el único caso en que sus gases bajarían entre 3 % y 18 % en comparación con 2021, para situarse entre 87 millones y 104 millones de toneladas en 2030. Finalmente, Colombia lanzaría a la atmósfera 199-203 millones de toneladas, entre 41 %-44 % más que en 2010.
Desde 2022, 38 países, entre ellos Brasil, Bolivia, El Salvador, Guatemala, México y Uruguay, entregaron una actualización de sus NDC a la Secretaría de la CMNUCC, mientras que 157 naciones no han revisado sus metas. Ocho países, entre ellos México, no mejoraron su ambición climática.
El reporte Estado de la acción climática 2023, elaborado por varias organizaciones internacionales monitoras sobre el clima, halló que solo el despliegue de automóviles eléctricos, uno de 42 indicadores, ha avanzado, por lo que el planeta está lejos de la meta de contención del aumento de la temperatura de 1,5 grados centígrados del Acuerdo de París