Acnur: «Desplazados por las guerras son abatidos por el caos climático»
Información IPS Venezuela
Millones de personas forzadas a huir de la guerra, la violencia y la persecución se encuentran cada vez más en la primera línea de la crisis climática global, expuso un informe presentado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en la cumbre mundial de clima en esta capital.
Filippo Grandi, alto comisionado de la ONU para los refugiados, afirmó que “la crisis climática está impulsando el desplazamiento en regiones que ya albergan a un gran número de personas desplazadas por conflictos e inseguridad, agravando su situación y dejándolas sin un lugar seguro al cual ir”.
“Para las personas más vulnerables del mundo, el cambio climático es una dura realidad que afecta profundamente sus vidas”, subrayó.
De los más de 120 millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo, tres cuartas partes viven en países severamente afectados por el cambio climático.
La mitad se encuentra en lugares que sufren el impacto de conflictos y graves amenazas climáticas, como Etiopía, Haití, Myanmar, Somalia, Sudán y Siria.
Para 2040 se espera que el número de países que se enfrentan a amenazas climáticas extremas aumente de tres a 65, de los que la gran mayoría acogen a personas desplazadas.
Del mismo modo, se prevé que la mayoría de los asentamientos y campamentos de refugiados experimenten el doble de días extremadamente calurosos para 2050.
Ese año es considerado umbral por el Acuerdo de París, adoptado por más de 190 países en 2015, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de modo que la temperatura media del planeta no exceda en más de 1,5 grados centígrados el promedio de la era preindustrial (1850-1900).
Acnur presentó el informe “Sin Escape: En la Primera Línea del Cambio Climático, el Conflicto y el Desplazamiento Forzado”, como insumo para las deliberaciones de la 29 Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) en esta capital de Azerbaiyán.
El documento resalta que debido a los conflictos armados, la acentuación de la violencia y el caos climático, millones de personas expuestas a una combinación letal de amenazas y sin la financiación y el apoyo necesarios para resistir y adaptarse.
Un ejemplo es el devastador conflicto entre ejércitos rivales en Sudán, que ha obligado a millones de personas a huir. De ellas, 700 000 han cruzado al vecino Chad, un país que lleva décadas acogiendo a refugiados y que, por otra parte, es uno de los más expuestos al cambio climático.
Al mismo tiempo, muchas de las personas que han huido de los combates, pero han permanecido en Sudán, están en riesgo de verse forzadas a un nuevo desplazamiento debido a las graves inundaciones que afectan al país.
En otro caso, 72 % del millón de refugiados por el conflicto armado interno y la persecución étnica en Myanmar han buscado protección en Bangladesh, donde las catástrofes naturales como ciclones e inundaciones son extremas.
El informe también destaca que la financiación destinada a la respuesta climática no está llegando a las personas refugiadas, sus comunidades de acogida y otros colectivos en países frágiles y devastados por la guerra, por lo que su capacidad para adaptarse a los efectos del cambio climático se deteriora rápidamente.
En la actualidad, los Estados extremadamente frágiles ante el cambio climático reciben solo alrededor de dos dólares por persona en financiación anual para la adaptación, en comparación con los 161 dólares por persona en Estados no frágiles.
Cuando la inversión llega a los Estados frágiles, más de 90 % se destina a las capitales, mientras que otras zonas del país rara vez se benefician.
Grandi dijo que “la emergencia climática representa una enorme injusticia. Las personas obligadas a huir y las comunidades que las acogen son quienes tienen menor responsabilidad en las emisiones de carbono y, sin embargo, están pagando el precio más alto”.
“Los miles de millones de dólares en financiación climática nunca les llegan, y la asistencia humanitaria no puede cubrir adecuadamente una brecha cada vez mayor”, aseveró.
La COP29 discute compromisos y mecanismos para incrementar el financiamiento de la acción climática en los países en desarrollo, incluido un fondo de pérdidas y daños que ayude a amortiguar el impacto de la crisis en esas naciones que han sido las menos responsables del proceso de calentamiento global.