La Senda, un sueño cocinado a fuego lento
Hay historias que comienzan con humildad, se cocinan con esfuerzo y terminan dejando un sabor inolvidable en quien las conoce. Ese es el caso de Patricia Ortega, una mujer del Carmen de Bolívar que transformó su historia de vida en un restaurante que hoy es símbolo de superación, identidad y fe: La Senda.
Patricia llegó a Barranquilla en busca de oportunidades. Sin imaginarlo, su camino empezó a trazarse en una casa de familia árabe, donde aprendió desde cero los secretos de una cultura que terminaría marcando su destino. La cocina fue su lenguaje de conexión: entre especias, panes y recetas ancestrales, descubrió que la comida podía ser un canal para unir mundos, sanar memorias y elevar el alma.
Años después, ya con experiencia en restaurantes especializados, decidió dar un paso valiente y crear su propio espacio. Así nació La Senda, un restaurante de comida rápida con alma gourmet, donde lo costeño se mezcla con lo árabe en una fusión deliciosa y única. Su lema, «Sabor de lo alto», no es casualidad. Para Patricia, cada plato es una forma de agradecer, de compartir y de inspirar.
El menú refleja esa unión de culturas y propósitos. Entre sus estrellas está el Perro Sultán, preparado con carne de kafta, crema de ajo, pan árabe tostado, tabule, tahine, queso fundido y salsa de la casa. También destaca el Desgranado Árabe, una mezcla poderosa de bollo, maíz, papa chongo, queso fundido, crema de ajo, kafta y tabule. Y para los amantes de lo callejero, la Salchipapa Árabe eleva lo tradicional con papas francesas, carne de kafta, tabule, queso y salsas artesanales.
Pero La Senda no solo ha ganado seguidores por su sabor: ha brillado en escenarios importantes. En 2023 obtuvo el segundo lugar en el Festival del Mejor Perro Caliente de Barranquilla, participó en el Festival de la Salchipapa 2024, y fue invitada al Festival Nacional de la Hamburguesa “El MacPollo”, representando con orgullo a Barranquilla.
Hoy, La Senda es mucho más que un restaurante. Es un espacio donde la comida se transforma en mensaje, y donde cada cliente siente que detrás de cada receta hay una historia real, tejida con fe, esfuerzo y autenticidad.
Patricia Ortega no solo ha creado un lugar para comer. Ha construido un legado. Y en cada plato, hay una invitación a creer que los sueños sí se cumplen… cuando se cocinan con el corazón.