Gastronomía

El venezolano Álvaro Pérez es designado «Goodwill Ambassador for Japanese Cuisine», por su libro «Mi camino a Japón»

La historia de un venezolano que revolucionó el mundo de los restaurantes.

Primer latino en ser designado Goodwill Ambassador for Japanese Cuisine

El empresario Álvaro Pérez Miranda lanzó su libro Mi camino a Japón, la historia de un venezolano que revolucionó el mundo de los restaurantes. Se trata del relato sincero y profundo de un hombre que a los 17 años decidió emigrar por sus propios medios de su Venezuela natal buscando ampliar sus horizontes, hasta convertirse en un exitoso empresario del mundo de la hostelería a nivel internacional, que ha dirigido más de 70 proyectos gastronómicos, y un reconocido art dealer que habla cuatro idiomas y maneja su propia galería de arte, Black Ship Art Gallery.

 El evento fue un conversatorio dirigido por la periodista Aymara Lorenzo donde el autor compartió con el público y los medios presentes  sus experiencias personales y profesionales a lo largo de un proceso de aprendizaje emprendido durante varias décadas de carrera en Los Ángeles, Florencia, Tokio, New York y Miami. En marzo pasado, Pérez Miranda fue nombrado «Embajador de buena voluntad para la cocina japonesa», reconocimiento que recibió de manos del excelentísimo cónsul de Japón en Miami, Kazuhiro Nakai, convirtiéndose en el primer venezolano y latino en merecer esa distinción.

Desde que concibió la idea de compartir su historia personal y profesional en un libro, el autor que ahora reside en Miami— se propuso, antes que nada, presentarlo formalmente en Venezuela. «Me anima muy especialmente que mis hermanos venezolanos al conocerla, si es posible, encuentren ese rayo de luz que hace falta para encender la esperanza y alumbrar todas esas capacidades naturales que el país nos regala por el simple hecho de haber nacido en su tierra y habernos criado en su suelo», ha dicho Pérez Miranda.

Mi camino a Japón es una historia llena de resiliencia que detalla un camino de retos cumplidos, pero también de reveses de un hombre decidido a superarse. Un testimonio que en todo momento rinde homenaje a la cultura japonesa y busca motivar a todo el que crea que no es posible cumplir los sueños. «Muchos piensan que estoy mal de la cabeza porque sueño con regresar a Venezuela justo cuando seis millones de nosotros han huido del país tratando de escapar del hambre, de la violencia, la persecución, el maltrato y la falta de oportunidades —dice el autor—, pero a mí me ata la esperanza y también la satisfacción de haber podido comprobar, después de recorrer medio mundo, que quiero volver a este hermoso país que me dio la vida, y que es mi deber hacer lo que esté en mis manos para contribuir a que el país salga adelante. Algunos dirán que estoy loco o que soy un iluso soñador, y está bien. Si no fuera así, jamás hubiera salido de San Blas decidido a conquistar el mundo».

Según el autor, otro de los propósitos del libro es honrar uno de los principios sagrados que rigen la cultura japonesa. «Cuando has alcanzado tus metas y has logrado destacar en lo que haces aportando con tu trabajo al bienestar colectivo—dice—, es prácticamente una obligación moral que, en la medida de lo posible, se lo devuelvas a la sociedad, que enseñes a otros algo de lo mucho que has aprendido. Esta es una de las cosas más importantes que me ha dejado la cultura japonesa. Por otra parte, no me canso de decir en todas partes donde voy, que esa hospitalidad nata que tuve desde siempre, y que me hizo destacar en todo lo que he hecho hasta ahora, no es una virtud o un don aislado; es algo que está sembrado en el venezolano, algo que prácticamente viene en su ADN y que lo hace único y especial, receptivo, siempre dispuesto a ofrecer y compartir un cafecito, así sea lo único que tiene para dar; y lo hace con nobleza, desinteresadamente, con alegría y con amor, tanto en una gran ciudad como en cualquier pueblito recóndito del interior del país. Este libro es especialmente inspirado en ese venezolano».

            La producción editorial de Mi camino a Japón estuvo a cargo de la agencia de servicios editoriales MEL Projects Publishing & Entertainment, dirigida por la periodista y escritora venezolana María Elena Lavaud, reconocida por su calidad como miembro de la Asociación Internacional de Autores Independientes (ALLI).

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