Ensamble Gurrufio celebra 40 años promoviendo la música venezolana con dos conciertos en España
La prestigiosa agrupación venezolana, Ensamble Gurrufio, reconocida por su virtuosa interpretación de la música tradicional venezolana, celebrará sus 40 años de trayectoria musical con un concierto y experiencia memorable en la Sala Galileo Galilei el próximo 11 de septiembre. Este evento marca el inicio de su gira internacional “El Reencuentro”, que llevará su música a diversas ciudades, comenzando en España y continuando en Venezuela y Estados Unidos.
Desde su formación en 1984, Ensamble Gurrufio ha deleitado a audiencias de todo el mundo con su maestría en las diversas formas musicales de Venezuela. Su legado musical ha trascendido fronteras, con más de 100 países visitados, desempeñando un papel crucial como embajadores culturales de Venezuela y manteniendo viva la riqueza de su música tradicional. A lo largo de cuatro décadas, han producido una extensa discografía y ganado múltiples premios y reconocimientos. Su música, caracterizada por la excelencia técnica y la pasión interpretativa, ha cautivado a varias generaciones de oyentes.
Un concierto que promete ser histórico
El concierto en la Sala Galileo Galilei no solo marcará un hito en la carrera del Ensamble Gurrufio, sino que también será una celebración de la cultura venezolana en el corazón de Madrid. Después de 20 años, se reúnen de nuevo sus cinco integrantes fundadores en un mismo escenario: José “Cheo” Hurtado (cuatro), Cristóbal Soto (mandolina), Luis Julio Toro (flauta), David Peña “Zancudo” (contrabajo) y Juan Ernesto Laya “Layita” (maracas), en un reencuentro que promete ser una velada llena de energía, nostalgia y la inconfundible pasión que caracteriza al grupo.
Además de los miembros fundadores, la noche contará con la participación de invitados especiales, entre ellos el reconocido flautista y compositor venezolano Omar Acosta, quien ha sido un aliado cercano del Ensamble Gurrufio a lo largo de su trayectoria. La presencia de estos artistas asegura una celebración aún más enriquecedora y memorable para el público asistente.
Tras su presentación en Madrid, el Ensamble Gurrufio continuará su gira en Tenerife, donde se presentará el 15 de septiembre en el Teatro Infanta Leonor en Arona. Luego, el grupo regresará a Venezuela para ofrecer una serie de conciertos antes de dirigirse a Estados Unidos, donde cerrarán su gira con presentaciones en varias ciudades importantes.
Las entradas para el concierto en Madrid ya están a la venta y se pueden adquirir a través de https://shrtm.nu/KAthc0D . Debido a la alta demanda esperada, se recomienda a los interesados que aseguren sus boletos con antelación para no perderse esta oportunidad única de disfrutar de uno de los grupos más emblemáticos de la música venezolana en su 40º aniversario.
Detalles del evento
Lugar: Sala Galileo Galilei, Madrid
Fecha: 11 de septiembre de 2024
Hora: 21:00
Domingo 15 de septiembre, 19 hrs.
Auditorio Infanta Leonor
Av. Juan Carlos I, 20B-Los Cristianos, 38650. Arona, Tenerife
Entrada: Libre
Tradición y Modernidad
“…Lo que Piazzola hace con el tango, lo hace Gurrufío con joropos, danzas y merengues”.
The Washington Post, EEUU
Largo ha sido el camino que, ha transitado Ensamble Gurrufío, agrupación que gestada en el citadino ambiente caraqueño, se fue transformando en plural y colectivo cimiento del patrimonio sonoro de Venezuela. En este tiempo, el talento y talante de sus integrantes ha trascendido las fronteras de lo local, llevando esta propuesta instrumental a los más diversos lugares del mundo.
1984 marca la época en que, al pulso multiarmónico de la música, entre tertulias de amigos y febriles toques, comienza a escribirse la historia de este grupo.
En ese entorno, fue adquiriendo cuerpo la idea de experimentar con otra propuesta estética y escénica. Esta inquietud abrió paso a un nuevo estilo instrumental venezolano: aquel que tiene como elemento fundamental lo espontáneo y lo inesperado; que da cabida a la improvisación y al virtuosismo de cada uno de sus integrantes, proponiendo ejecuciones únicas e irrepetibles.
Fueron días en los que Cristóbal Soto, Luis Julio Toro, Asdrúbal “Cheo” Hurtado, trio fundador, se unieron a Rayman Seijas, Alejandro Rodríguez y Aquiles Báez para juntar sus instrumentos y sus ganas y buscar el camino profesional con el encanto y encantamiento de quienes desean representar, a través de la música, las diversas formas de ser, hacer y sentir lo venezolano, interpretando y reinterpretando obras tradicionales y otras surgidas de la contemporaneidad.
Así nace Gurrufío Chamber Ensemble, rimbombante nombre con el que, jocosamente, Soto, Toro y Hurtado bautizan su naciente proyecto musical, al que pronto se integra Jesús González en el contrabajo, quien permanece poco tiempo en el grupo. Breve es también el lapso que tarda e consolidarse entre las cada vez más amplias audiencias la denominación que hoy se ha convertido en símbolo de calidad e innovación: Ensamble Gurrufío.
Sin embargo, la original labor de este grupo no puede desligarse de otras búsquedas, de parecido tenor que a lo largo del siglo XX, marcaron huellas imborrables en nuestra memoria musical e involucran lecturas que van desde la etnomúsica hasta la producción comercial.
Así, los años treinta fueron prolijos en la creación de grupos instrumentales de música nacional como Los Cuatro Diablos, el Cuarteto de Lionel Belasco, el Cuarteto Caraquita y Los Cantores del Trópico. Esa época se distingue además, por el enorme impulso brindado al merengue urbano por la radio, principal medio de entonces.
En la década de los cincuenta Aldemaro Romero, con su “Dinner in Caracas”, lleva la música urbana al formato big band, lo que representa un aporte invaluable. En los sesenta, el Quinteto Contrapunto, con Rafael Suárez a la cabeza, labra un nuevo sendero para la polifonía donde el fraseo y la síncopa criolla experimentan relieve protagónico con la inserción de voz y timbre en un mismo discurso musical, en juego y fugas realmente entreverados.
En los setenta, resurge la formación de tríos y cuartetos instrumentales siendo pionero Los Anauco (1976), integrado por Cristóbal Soto (mandolina), Miguel Delgado Estévez (guitarra) y Roberto Todd (cuatro); reforzado luego por Pedro Naranjo (contrabajo). Posteriormente, dos de sus integrantes, Delgado Estévez y Naranjo, unieron esfuerzos para crear El Cuarteto (1979).
Será este último grupo el que, como señala Luis Julio Toro, perfile la inicial propuesta de Ensamble Gurrufío al incorporar instrumentos sinfónicos como el cello, el contrabajo, la flauta o el oboe; con los tradicionales como el cuatro, el quinto, la bandola, la mandolina o las maracas.
Para Cheo Hurtado, esta evolución hacia sonidos más contemporáneos tiene sentido por ser sus impulsores músicos de la ciudad, fieles a uno de los elementos esenciales de la música tradicional: la improvisación. “Más allá de la instrumentación, la magia está en que, respetando las formas fijas de un estribillo oriental o una danza zuliana, por ejemplo, se puedan hacer variaciones que lo hagan sonar distinto siempre”.
Entretanto, David Peña, quien se vincula al grupo en 1989, cuando se termina de consolidar el proyecto, entiende que el respeto a la diversidad y la apertura hacia los aportes de cada integrante, que internamente define a Gurrufío, es otro de los secretos de su éxito. “Siempre buscamos distinguir el valor que en si posee cada género o forma musical que abordamos para, en ese reconocimiento, explorar sus matices y difundir su riqueza como algo muy nuestro, sin perder la esencia del discurso musical”.
En esta línea, la figura de Juan Ernesto Laya -quien se une al grupo en 1998, cuando Cristóbal Soto decide radicarse definitivamente en Francia-,marca hoy el antes y el después en la ejecución de las maracas.
Y es que, aunque con diversa raíz y formación, los integrantes de este cuarteto han logrado ensamblar como grupo el bagaje que individualmente han cultivado y que los ha convertido en referencia obligada en la ejecución de cada uno de sus instrumentos, respeto que han conquistado al hacer de la música venezolana su objeto de trabajo e indagación estética, marcando originales senderos en la exploración de gran variedad de estilos y dando la oportunidad a las nuevas generaciones de músicos, así como distintas audiencias, de amar y explorar la extensa y plural riqueza sonora de Venezuela.
También ha sido notable el esfuerzo de conformar la Camerata Criolla, orquesta de cámara que une a algunos de los mejores músicos de formación académica del país con otros de arraigo popular, para explorar y explotar, en formato sinfónico, los elementos universales de nuestros géneros musicales a través de la ejecución de composiciones de autores contemporáneos.
“Desde su debut en el año 2002, ha servido de plataforma para difundir nuestra música en otro formato y estimular la creación. Obras como El reto: la leyenda de Florentino y el Diablo o Tío Tigre y Tío Conejo: La piedra del zamuro han representado una exitosa muestra de esta iniciativa.
En este aniversario, el relato de la búsqueda de este flexible ensamble proyecta renovadas vías para festejar la vitalidad de su búsqueda: Conciertos en diversas ciudades de Venezuela y el exterior, conjugando presentaciones y el taller “Aprende y toca con Ensamble Gurrufío”, son algunas de las actividades que anuncia para los próximos meses.