Con La Máquina, «La Roca” también sabe meterle al drama
Por: Eduardo Chapellín
Por sus orígenes en el mundo de las artes marciales mixtas (MMA) y de su padre, también pionero de este deporte, aparte de un documental sobre Mark Kerr, Dwayne Johnson decidió meterse en el proyecto de La Máquina (“Smashing Machine”), dirigida por Benny Safdie.
Se trata de una biografía en ficción (o docuficción), en homenaje al citado Kerr, una exestrella estadounidense de la MMA y dos veces campeón de la UFC. La historia, escrita por el mismo Safdie, se centra en el ascenso de La Máquina sobre el ring, así como en sus luchas por su adicción a los opioides; amén de una relación de pareja tóxica con Dawn Staples (Emily Blunt).
Lo cumbre es que Kerr, una fiera en los cuadriláteros, fue un hombre muy pacífico y hogareño fuera de los mismos, tal como lo representa muy bien “La Roca”. Johnson aquí no apela a chistes fáciles ni morisquetas, sino a una actuación minimalista y natural, sin estridencias innecesarias.
Como lógica por el tema, la cinta tiene bastante acción, pero como pasa de verdad en los ensogados de este deporte y no como las epopeyas fantasiosas de la saga Rocky. Las actuaciones de “La Roca” y Emily Blunt son muy buenas (en especial, la británica podría ser nominada al Oscar).
También el filme debería ser nominado en el renglón de maquillaje (vean como quedó “La Roca). Y no podemos olvidar el vestuario y la escenografía que nos trasladan a finales de los años noventa hasta el comienzo de este milenio (año 2000 para ser más preciso. Se cuidaron todos los detalles en esta producción.
Eso sí, quienes vayan al cine no esperen los chistes y ocurrencias de Dwayne Johnson, sino una actuación muy seria y digna, porque logró con éxito ser un actor versátil y no encasillado… pero millonario.
