Grupo San Simón dice sí a la producción sostenible de aceite de palma
El aceite de palma es el segundo más importante en volumen de producción mundial, luego del aceite de soya. Ofrece infinidad de usos culinarios y sus derivados son utilizados en la alimentación animal y la industria cosmética (labiales, dentífricos, champú, jabones, geles de baño, cremas) e incluso en la producción de biodiésel.
Aunque ya es reconocida por la calidad de su línea de productos lácteos y cárnicos, la empresa agroalimentaria Grupo San Simón, con 80 años en el mercado nacional, está presente en la producción sostenible de aceite de palma a través de su empresa Inversiones El Palmeral, una de las plantas procesadoras más productivas del país.
De acuerdo con su gerente de Logística y Comercialización, el ingeniero Johan Álvarez, la planta cuenta con una capacidad operativa de más de 30 toneladas por hora. “Con un promedio de 20 horas por día, hablamos de unas 600 toneladas diarias o 3 mil 600 toneladas semanales”, puntualiza.
Producción sostenible, propia y certificada
Inversiones El Palmeral recibe una producción propia de semillas de palma, de aproximadamente 30%, mientras que el 70% restante proviene de la compra de fruta a otros productores de la zona en Machiques-Colón, El Cruce, Sta. Bárbara del Zulia, Trujillo, Mérida, entre otras.
Las semillas producidas por la propia empresa, cuentan con la certificación de la Comisión Nacional de Semillas (CONASEM) para su nuez de palma “Catatumbo”, la primera de origen nacional, y ya se adelanta el proceso de Certificación de la Roundtable on Sustainable Palm Oil (RSPO, por sus siglas en inglés), norma internacional que garantiza el cumplimiento de buenas prácticas en la producción sostenible de aceite de palma.
De la fruta al aceite
Sobre el proceso de extracción de aceite de palma y sus derivados, señala Álvarez que se trata de un ciclo que comienza al recibir la fruta fresca en una báscula automatizada para contabilizar el peso bruto de la carga en cada entrega.
La fruta ingresa a las autoclaves y se inicia el proceso de esterilización. El segundo paso es la cocción de la fruta, para luego desgranar los racimos y alimentar las prensas.
“La fruta prensada se somete a un proceso de clarificación, separando el aceite de sus impurezas y así obtener el crudo de palma”, explica el gerente.
La producción implica también el procesamiento de los residuos de racimos: fibras, nueces y almendras de la fruta. Las fibras sirven como combustible para la generación de vapor en calderas de biomasa, y las almendras pasan a un proceso de secado y separación de las cáscaras, para luego prensarlas y obtener aceite y harina de palmiste.
Inversiones El Palmeral cuenta con un capital humano cercano a las 250 personas, conformado por personal administrativo y especialistas en aseguramiento de la calidad, ingenieros industriales, mecánicos y de alimentos, así como expertos en producción agropecuaria.
Buenas prácticas de la A a la Z
Explica Álvarez que las buenas prácticas de producción en Inversiones El Palmeral, comienzan desde el llenado dosificado de los vagones, manteniendo un nivel uniforme y recogiendo el fruto suelto cada hora. Estos controles permiten a la empresa minimizar la pérdida por desperdicio de fruta; establecer un peso estándar para cada vagón; una mayor y más estable eficiencia en la capacidad de planta; aumentar los rendimientos en módulo de extracción y mejorar la etapa de esterilización.
“Nuestro objetivo es producir un aceite con el mejor índice de calidad, al utilizar una fruta que no está sobre madurada, para lograr parámetros de entre 2.5% a un máximo de 4% de acidez, con cero humedades y cero impurezas”, describe Johan Álvarez.
Con Inversiones El Palmeral, el Grupo San Simón asume el liderazgo en la cadena de valor de la palmicultura, y coloca a Venezuela en el mapa mundial de la producción sostenible de aceite de palma.
Para más información, puede visitar el IG de la el empresa @inversioneselpalmeral
Grupo San Simón: construyendo el país que adoramos.