Raúl Valdés: “no he pensado en el retiro, el béisbol es mi vida”
Ángel D. Conde Trujillo | Prensa LMBP
Toda persona conocedora y seguidora del béisbol en el área de caribe, en cada una de las ligas que hacen vida en esta área del continente americano, en algún momento ha tenido que escuchar el nombre de Raúl Valdés, y con razón, pues su nombre es sinónimo de experiencia y trayectoria dentro de la pelota caribeña.
Ya son 45 años de edad y casi 27 de carrera como pelotero profesional desde que inició siendo un novel lanzador en la temporada 1996-97 en su natal Cuba, con el equipo Vaqueros de La Habana. Muchos lustros después, el zurdo aún tiene el hambre y la motivación de seguir lanzando.
Eso lo está demostrando en su primera pasantía en la Liga Mayor de Béisbol Profesional, donde es uno de los nombres de más cartel que ha dicho presente en apenas la tercera edición del circuito, la que para muchos está marcando un antes y un después precisamente por el arribo de jugadores foráneos de gran envergadura, como el caso del antillano.
Su camino hacia La Guaira se labró durante la Serie del Caribe en la que fue campeón con la República Dominicana, siendo esta su séptima participación en el clásico caribeño, y desde ese momento quedó seducido con la oportunidad que llegaba a sus puertas.
“Cuando regresé a dominicana se concretó. Lo que me sedujo fue que la liga se estaba poniendo buena y que los viajes no eran tan largos”, precisó el curtido serpentinero en referencia al porqué decidió venir a jugar con Delfines de La Guaira. “Esa fue una de las razones por la que dejé de jugar pelota invernal en México, por la distancia de los viajes que eran más largos, por eso no jugaba en el verano desde el 2019. Ya en esta etapa de mi carrera no es algo que deseo”.
Su última experiencia en el béisbol azteca fue con Toros de Tijuana, pero su accionar va más allá. En total jugó ocho campañas en las menores, seis en grandes ligas y tres en la pelota japonesa, sumadas a las seis que tuvo en Cuba y las 16 que ostenta a día de hoy en dominicana lo convierten en una especie de trotamundos del béisbol.
En cuanto a la LMBP, en lo que va de temporada Valdés se mantiene invicto al acumular registro de 3G-0P en cinco aperturas y 26.0 entradas lanzadas, con siete boletos y 24 ponches, a pesar de presentar 6.23 de efectividad. Con ese accionar, ha colaborado a que su equipo permanezca en la cima de la tabla de posiciones.
“El equipo está bueno en líneas generales, tiene de todo y lo fundamental es la unidad y la armonía, eso es lo principal”, expresó el antillano sobre lo que ha mostrado la novena salada hasta ahora. “La liga es bastante buena, bastante pareja, y se va a poner mejor mientras pasen los años. Si la temporada que viene me contratan, vendría sin pensarlo”.
Más allá de los números, Valdés tiene un aspecto importante que lo ha hecho sentirse muy a gusto, como en familia, y es el hecho de compartir equipo con el receptor Webster Rivas y el manager José Offerman, ambos dominicanos y viejos conocidos del zurdo con una relación que viene desde la Liga Dominicana, eso hace que esta nueva oportunidad en su carrera sea de bastante provecho.
“Vivir esta experiencia para mí es única ya que es una liga que está tomando fuerza, además me permitió regresar a Venezuela”, comentó. “Aparte que siempre trato de ayudar a los más jóvenes en lo que pueda, me llevo bien con todos y en lo que les pueda decir para que mejoren siempre estaré ahí”.
Con todo el béisbol que ha visto y jugado, con la lista larga de ciudades en las que ha ido a mostrar su calidad como pitcher, con cada oportunidad que ha tenido para subirse al montículo, ganar juegos y títulos, Valdés siente que aún le queda gasolina en el tanque para seguir lanzador unas cuantas temporadas más.
“Nunca he pensado en el retiro”, enfatizó con mucha seguridad. “Siempre que mi cuerpo esté sano estaré en el terreno de juego, eso es lo que me apasiona desde niño, el béisbol es mi vida”.
Así, sin más que agregar, se debe decir que Raúl Valdés es la experiencia en el béisbol hecha persona.