Papaíto» Candal cambió el estilo de narrar fútbol en Venezuela
Por: Eduardo Chapellín
Más allá de sus frases inolvidables de “¿Y mañana? ¡Aaay mañana!”, “¡Qué angustia!. ¡Qué nervios!. ¡Qué desesperación!” y “¿Qué hicistes papaíto?”, entre otras, la partida física de Lázaro Candal, deja un vacío en la narración del fútbol en Venezuela.
Aunque estaba retirado de estas lides hace años, su impronta perdura en el tiempo. Y no es para menos, ya que irrumpió a comienzos de los setenta en radio y televisión nacional con un estilo jocoso en un mundo lleno de narradores sobrios con frases muy elaboradas o “domingueras”, como una vez dijo.
Nacido en La Coruña, España, un 4 de diciembre de 1931, Antonio Lázaro Candal Bravo llegó a Venezuela en 1960, como corresponsal de La Voz de Galicia, pero enseguida pegó como redactor y columnista deportivo en los diarios Últimas Noticias y El Mundo de la entonces Cadena Capriles (hoy Grupo Últimas Noticias) especializándose en el área del fútbol, pero abierto a cubrir otras fuentes.
Ya en la televisión debutó narrando mundiales en Venevisión, con el de Alemania 1974, televisora donde también estuvo en los de Argentina 78 y España 82.
Para 1986 y al pasar a la extinta televisora RCTV, desde el México 1986, fue cuando su fama se extendió más por toda Venezuela, ya que sus frases se convirtieron en corrillo en los mundiales y eventos futbolísticos internacionales, permaneciendo muchas hasta el sol de hoy.
En general, narró los Mundiales de 1974, 1978, 1982, 1986, 1990, 1994, 1998, 2002, 2006 y 2010. Y también participó en los Juegos Olímpicos de 1984, 1988, 1992, 1996 y 2000.
La fórmula de su éxito se centraban primero, en su continua jocosidad mientras ocurrían las jugadas; y segundo, que nunca perdió su acento gallego durante más de cinco décadas de narrar partidos.
Hasta los niños y jóvenes, fanáticos o no de este deporte, veían las transmisiones para reírse de las ocurrencias de Candal, quien sin quererlo pensamos, acercó a más al venezolano a la práctica del balompié, que en los años sesenta y setenta se centraba profesionalmente en jugadores emigrantes de España, Italia y Portugal.
Su fama lo llevó a trabajar en unitarios y estar varias veces en Radio Rochela de RCTV.
De los unitarios se recuerdan “La raya de cal”, donde el protagonista fue un joven Oswaldo Guillén; y “Mi día de la suerte”. También fue imagen de marcas comerciales.
También escribió tres libros, destacando “El fútbol es risa y poesía” (2003).
Su hijo Alex, también destacado narrador de fútbol radicado en España, fue quien dio la lamentable noticias a través de redes sociales.
“Con un profundo dolor lamento decirles que acaba de fallecer mi padre, se fue en paz rodeado de nosotros. Siento una infinita tristeza, que solo me reconforta saber que ahora está con mamá… Venezuela te amó tanto como tú a ella. El amor vence siempre. Te amo Papaíto”.
Paz a sus restos.