Deporte

Hace cuatro décadas Carlos Lavado fue campeón mundial

Por: Octavio Estrada Octanopedia/@octano66

Carlos Lavado se disponía a subir al camión que iba a transportar a los tres primeros clasificados del Gran Premio de Inglaterra de 250cc de la temporada 1983, carrera realizada en el velocísimo circuito de Silverstone, cuando el responsable que autorizaba esa vuelta de honor, simplemente apartó al venezolano al no coincidir con los números que le habían indicado desde la dirección de competencia.

Y razón tenía el comisario británico, porque el caraqueño de 27 años de edad, después de 24 vueltas y casi 40 minutos de acción, había cruzado la meta a 310 milésimas del ganador, el francés Jacques Bolle, quien en una Pernod encabezaba el 1-2-3 galo, seguido de Thierry Espié en una Chevalier a 170 milésimas y de Christian Sarron en una Yamaha a 290 milésimas.

Carlos Lavado había quedado cuarto a 20 milésimas de Sarron, viéndose impedido de celebrar en el cajón más bajo del podio, lo que derivó en un calentón monumental para el recién consagrado campeón mundial del cuarto de litro, porque olvidándose que había alcanzado el objetivo más importante, descargó su amargura ante el impasible hombre que no lo dejaba dar la vuelta de honor.

El de 1983 fue el primero de los dos títulos mundiales que Lavado conquistaría en el cuarto de litro, como también el primero para la formación Venemotos-Yamaha en esa cilindrada. La primera diadema para la formación venezolana que entonces tenía su base en la italiana Lugo di Romagna fue la que aseguró el también caraqueño Johnny Cecotto en 1975 en los 350cc. 

“Ese año 1983 era fundamental para mí y sabía que si no quedaba campeón las cosas se iban a poner más difíciles. La FIM había eliminado la 350cc y entonces muchos de los mejores de esa cilindrada se concentraron en 250cc, por lo que el nivel competitivo era altísimo. Gané cuatro de las once válidas, las otras siete se las repartieron otros siete pilotos, apenas sufrí un abandono por un clavo que pinchó un caucho antes de la salida en Francia, pero también hubo varias carreras en las que llegábamos séptimos dando la vida. El jefe Andrea Ippolito ya no estaba con nosotros, ese fue un golpe tremendo porque murió justo antes de empezar el campeonato, pero el equipo Venemotos-Yamaha con Ferrucio Dalle Fusine al frente y todos los demás miembros de la escudería con base en Lugo di Romagna hicieron un trabajo perfecto», recordó Lavado.

Agregó que «tuve como compañero a Iván Palazzese, era su primer año en 250cc después de quedar tercero en 125cc el año anterior; logramos el único 1-2 para Venezuela en Holanda, carrera en la que estoy seguro que El Viejo (Ippolito), me montó otra vez sobre la moto porque cuando iba de líder perdí el control y era una caída segura, pero por alguna razón que ni yo mismo puedo explicar, pude seguir y ganar. El día que gané el campeonato en Silverstone, yo juraba que había quedado tercero y cuando fui a montarme en el camioncito para dar la vuelta de honor, el encargado de autorizar a los que se subían me preguntó mi número y como no era el que estaba en su lista, simplemente me dijo que me apartara porque no subía al podio y eso me enfureció, ni siquiera había asimilado que ya era campeón mundial, lo que quería era subir al podio… Los cinco primeros cruzamos la meta separados por 4 décimas…”.

El cuarto puesto de Carlos Lavado le permitía llegar a 90 puntos, inalcanzable a falta de una carrera para sus perseguidores, grupo liderado por el belga Didier De Radigues, quien en una Chevallier arribaba a 65 tantos tras finalizar noveno en Silverstone, ¡a 2.5 segundos del ganador de la prueba!.

Pero pese a ser el único piloto en obtener más de una victoria esa temporada (las restantes siete pruebas tuvieron siempre un ganador diferente), el camino hacia la consagración para Lavado Jones no fue sencillo, porque en las primeras dos fechas apenas pudo obtener un séptimo lugar en Kyalami (Suráfrica) y abandonar en Bugatti (Francia) debido al deterioro de los cauchos tras sufrir un pinchazo antes de la largada, lo que obligó a montar un neumático de lluvia sobre el piso seco.

Llegó entonces el primero de los triunfos en Monza (Italia), al aprovechar la caída en la última vuelta del venezolano Iván Palazzese y el español Sito Pons, ambos de 21 años de edad, éxito que siguió la segunda conquista de Lavado Jones en Hockenheim (Alemania).

Las siguientes dos rondas se iban a efectuar en Jarama (España) y Salzburgring (Austria), doble compromiso que se saldó con sendos séptimos puestos para el bigotudo caraqueño, por lo que la vanguardia del certamen pasaba a manos de Didier De Radigues con 44 puntos, por 42 de Lavado.

En junio facturaría dos nuevas victorias que le darían al piloto de la moto identificada con el número 5 una importante ventaja en la tabla, renta que ahora tendría que administrar. En Rijeka (Yugoslavia), superó por 8 segundos al futuro subcampeón mundial, el francés Christian Sarron, mientras en Assen (Holanda), tras sortear milagrosamente una caída, Lavado completaba un histórico 1-2 junto al también criollo Iván Palazzese, doblete que lo dejaba más cerca de la coronación a falta de tres rondas.

En la traicionera Spa Francorchamps (Bélgica), Lavado sacó la calculadora y con un tercer puesto llegaba a 82 unidades, manteniéndose con 19 de renta frente al local De Radigues quien lograba su primera victoria de la campaña. Si en la siguiente fecha, la décima, Carlos lograba llegar con 15 puntos de ventaja ante su más cercano perseguidor, la diadema sería suya. Y eso fue lo que logró ese 31 de julio de tres décadas atrás en Silverstone (Inglaterra).

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