Francisco “Morochito” Rodríguez siempre en el recuerdo
Francisco “Morochito” Rodríguez recorrió los espacios que tanto lo vieron compartir y sobre todo, celebrar la vida.
“Una noticia bastante dura, bastante triste la partida de “Morochito”, nuestro gran campeón olímpico, y significa mucho al movimiento olímpico venezolano, al mundial. Todas las organizaciones deportivas de la región se han manifestado. Es muy sensible la pérdida que hemos tenido y honraremos su memoria como siempre lo hemos venido haciendo. Valorando cada una de las cosas que nos entregó en el escenario deportivo y por supuesto, lo que significa, para Venezuela”, afirmó María Soto, presidenta del Comité Olímpico Venezolano.
Soto acompañó la capilla ardiente del primer venezolano medallista de oro en Juegos Olímpicos, junto a las autoridades deportivas del país, Mervin Maldonado, ministro de Juventud y Deporte y Ninoska Clocier, presidenta del Instituto Nacional de Deportes. Atletas, entrenadores, dirigentes, glorias deportivas y fanáticos, se mezclaron en el emotivo recorrido en la sede del Ministerio de Juventud y Deporte. La parada final, se llevó a cabo precisamente en el salón que lleva su nombre y que celebra en gráficas la histórica vida del boxeador.
Medallistas olímpicos, campeones mundiales y la Selección Nacional, junto a los entrenadores de boxeo, compartieron el adiós de la figura del mentor de muchos, “es una mayor motivación para mí, buscar esa medalla en los Juegos Olímpicos. Es algo que siento. Una deuda con él. Voy a luchar y a demostrar que sí Podemos, como él nos demostró a todos nosotros.”, dijo Jesús Cova, clasificado olímpico a París y oriundo de Cumaná, estado Sucre como el campeón olímpico de México 1968.
“Desde el Comité Olímpico Venezolano y su Junta Directiva, junto al entorno de todas las federaciones deportivas nacionales, quisimos crear la Beca ‘Morochito’ Rodríguez. Así, que siempre tendremos ese legado y ese nombre que vamos a honrar a través de los años, mientras nosotros estemos también aquí en vida”, sostuvo Soto.
“Cada vez que teníamos la visita de Morochito Rodríguez, recordando o celebrando su cumpleaños, el aniversario de su medalla. Siempre que entraba por la puerta, era hacernos reír, sacarnos una sonrisa con sus ocurrencias. Una persona sumamente alegre. Nunca lo veías molesto. Una jovialidad que siempre contagiaba. Siempre ponía un ambiente muy festivo. Siempre había que celebrarlo”, rememoró Soto para aliviar la difícil sensación de no contar ya con la presencia de “Morochito”.