«Cafecito» y «El de La Pica» son dos ex-grandeligas que creen en la familia
A José Alberto Martínez y Eduardo Escobar los sigue uniendo el béisbol. Con menos de un año de edad de diferencia han compartido muchas cosas de las que ambos están orgullosos.
Firmaron el mismo año (2006) con Medias Blancas de Chicago y fueron compañeros de cuarto en la extinta Summer League en Venezuela. Compartieron club house en Tiburones de La Guaira, con los que disputaron una final (2011-2012), 10 años después estuvieron defendiendo a Tigres de Aragua. Hoy estrechan juntos y va uno después del otro en el orden al bate en Centauros de La Guaira.
La Liga Mayor de Beisbol Profesional (LMBP) se vistió de gala cuando se anunció que el actual Jugador Más Valioso de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) formaría parte de Centauros. Meses después, el mismo equipo impactó con la elección de Escobar en el Draft Semanal, quien cuenta con trece temporadas de experiencia en las Grandes Ligas.
Nadie puede juzgar las decisiones de José Alberto y Eduardo José, quienes con 35 años de edad son lo suficientemente responsables de sus acciones, pero que, en esta etapa de sus vidas y carreras, valoran otras cosas, por ejemplo, la familia.
Cafecito ha demostrado a lo largo de su trayectoria (cinco años en MLB y 14 en la LVBP) que no solo es un excelso bateador, también es una persona que supera las pruebas por más duras que sean. Al momento de conocerse que estaría en la LMBP hubo muchos cuestionamientos, por su nivel y por el pasado reciente en invierno, la mayoría pensó que estaría en el extranjero en estas fechas, pero no fue así.
Martínez decidió poner primero su salud y qué mejor cura que la familia. Jugar en el equipo que tiene en el pecho el nombre de la ciudad que lo vio nacer y crecer fue un plus. Con su madre, esposa e hijos viéndolo todos los días. Son cosas que el dinero no puede comprar. Medicina para el alma.
“El factor descanso fue una de las razones. Nada como jugar en tu país, más cerca de tu casa y de los tuyos”, dijo en sus primeras declaraciones con el equipo.
«Especial». Esa es una de las palabras que más utiliza «Café» para describir el momento que está viviendo con Centauros.
EN SU PAÍS
Por otra parte, el de La Pica sostuvo que se siente muy feliz de estar en esta época en Venezuela. Añadió que desde que tenía 15-16 años no estaba en verano en el país.
Escobar estuvo en seis equipos durante 13 campañas en el mejor béisbol del mundo. Destacó al ser un pelotero polivalente, en defensa y con el madero. Según sus propias palabras, al ser dejado en libertad en marzo de este año por los Azulejos de Toronto recibió ofertas de México, pero las declinó y la razón fue entre otras, la misma que las del “Café”: la familia.
“Tenía mucho tiempo sin compartir con ellos. Son las cosas que uno tiene que valorar, gracias a Dios uno se puede mantener jugando y el nivel de esta liga es muy bueno. Hay muchos jóvenes que están destacando y por supuesto los experimentados con los que ya he tenido oportunidad de jugar”, sentenció el toletero de 10 zafras en la LVBP, cuatro de ellas con Tigres, con los que ya dijo iba a estar desde el día uno de la 2024-2025.
Tanto Escobar como Martínez tienen como bandera el respeto. Al juego, al equipo, a sus compañeros y fanáticos. Ese respeto viene acompañado de amor y pasión por el deporte que les ha dado tanto y que solo esperan devolverle, sobre todo a sus más cercanos, pero también a los aficionados.
Ya son unos compañeros de conjunto más, pero al principio hubo muchos gestos de sorpresa por varios jugadores al ver que dos peloteros con dicha trayectoria estuvieran a su lado. Hoy, muchos aprenden de situaciones de juego, pero también de vida. Para algunos son y seguirán siendo ídolos y referentes.
Hoy en día están de moda los noveles jugadores, con un sobresaliente físico y aptitud deportiva. Cada vez más, un pelotero que pase las tres décadas es considerado “viejo”, no pasa solamente en el béisbol; pero están dejando a un lado que la experiencia en momentos de apremio, dentro y fuera del terreno puede ganar juegos y campeonatos.
Lo que pueden aportar en el diamante y en el club house es algo que ni todo el dinero del mundo puede pagar. Y la tranquilidad mucho menos.
El 40 y el 5 de Centauros aún tienen muchos batazos por dar, jugadas que realizar y consejos que aportar. En La Pica, La Guaira y toda Venezuela.