Rafael Barazarte: “Me decanto por este teatro más naturalista, más cercano”
Por: Eduardo Chapellín
El principio de Arquímides, obra del dramaturgo español Josep María Miró, no es nada complaciente, sino muy crítica… pero eso sí: metiendo al espectador en el dilema de creer o no en la inocencia de una persona, que en esta era de redes sociales pueden terminar de hundir o proteger a ese supuesto inocente… o a lo mejor, sacar la verdad.
La sinopsis nos cuenta de “un profesor de natación que tiene un gesto tierno con uno de los niños de su clase ¿Una simple muestra de cariño o algo más? A partir de una situación aparentemente inofensiva, comienza una ola de suposiciones y de desconfianza, que arrastra al protagonista, a sus compañeros y al mismo espectador a un estado inquietante de sospechas y resquemores. Gestos que parecen inocentes se observan con prejuicio, generando una presión para tomar partido entre lo que se dice, lo que se asume y lo que debería ser”.
Y esta premisa lo logra la puesta en escena del director Rafael Barazarte, quien apuesta “al teatro más realista y natural” con puestas en escena como Animal político o el monólogo Clarissa. La misma se presenta en el Trasnocho Cultural de Caracas hasta el 5 de mayo. Barazarte, también comunicador social conversó sobre este polémico montaje.
– ¿Qué le quítastes al texto original o quedó igual?
– No le quité nada, porque no sentí que debía quitarles cosas, pero si venezolanizarlo un poco para acercar los personajes al día a día, pero realmente este texto se puede montar en cualquier lado por la temática. Si veo que una obra se me cae en algún punto, aprovecho para cortar, pero este no fue el caso. La obra dura una hora y diez. Y lo más importante es que tiene un buen ritmo.
– Se ve que en la escenografía si hubo cambios…
– Sí en la escenografía utilicé un Plan B. De una manera para esta obra uno quiere tener una piscina (risas) y que todo suceda ahí, pero era también limitarnos a ensayar con los elementos, cosa que pasa mucho que uno no ensaya con ciertos elementos y todo se vuelve un ocho. De ahí que me decanté por esta segunda opción, que son estos lockers (del vestuario), que se van de alguna manera se van uniendo, quitándole oxígeno a cada personaje y fue perfecto, de verdad que sí. Anthony (Castillo) me descifró y supo hacer una escenografía movible y que cada uno de los actores lo hiciera sin quitar ritmo a la puesta. Y además están las luces con las que hacemos un contraste bastante interesante. De esta manera el escenario se va deconstruyendo, achicando por la tensión, el ahogo, la asfixia de los personajes.
– ¿Cómo te llegó este texto?
– Me lo propone el productor teatral Douglas Palumbo. Y el dos o tres de enero ya estábamos planificando esta pieza, en conjunto con la Embajada de España. A nosotros nos fue bien con Clarissa de Carlos Be y Palumbo se decanta por este texto (Principio de Arquímides). Y como decía Orlando Arocha, cuando nos daba clases, ‘no es lo mismo hacer un teatro con un texto que te guste, a un teatro con texto que te impongan’. Creo que lo segundo tiene más dificultad, porque tienes que planificar y ver cómo será esa puesta en escena y desarrollarla lo más acertada posible.
– Excelentes actuaciones. ¿Cuál fue tú aporte como director?
– Es una propuesta que estoy trabajando ahorita de lo real, de lo verdadero. En un taller que estoy viendo en el TET con Yuma como profesor, estamos viendo textos de Las Criadas. Y este taller me ha hecho concientizar la importancia de hacer los montajes realistas. Creo que es una escuela bastante interesante, entendiendo que lo real en el teatro es lo que puede comprar la gente cuando ve un espectáculo, que te compre lo que está sucediendo y por eso me decanto por este teatro más naturalista, más cercano.
– A veces las obras son una gritadera…
– Busco propuestas sin tantos gritos, quizás algunos muy puntuales. Con más silencios porque a veces en las tablas vomitamos las palabras y no entendemos lo que están diciendo. Entendiendo pequeños juegos interesantes en cuanto al drama, entendiendo que en el teatro es lejos y no cerca… porque si hay cercanía se hace intimista y entonces es cine. En el teatro el drama tiene que ser lejos para que todo el mundo vea todo y para que se escuche, que es lo que vengo aprendiendo en este taller. En fin, el valor de la naturalidad en el teatro para que se vea y se comprenda, de dramaturgia importante, de realidad para que el mensaje llegue aún más.
– ¿Este tipo de temas se mantienen ocultos?
– Yo no diría que se mantienen ocultos. Creo que hay dramaturgos que están tocando temas difíciles, pero uno no conoce. Más allá de oculto diría que hay una incultura que arropa especialmente a nuestra sociedad.
En el 2011 esta pieza ganó el XXXVI Premio Born de Teatro. El texto ha gozado de distintas puestas en escena alrededor del mundo con gran éxito como San Petersburgo, Puerto Rico, Buenos Aires, México DF, Londres, Madrid, Miami y ahora en Caracas.
En la propuesta a lo venezolano, protagonizan Luis Palmero como Jordi y Marialejandra Martín como Ana, contando además con Henry Soto como David y Egon Ilka como Héctor. Lo más importantes es que todos los personajes son cruciales para el devenir de la obra.
La producción es de Queiroz Publicidad, encabezada por Douglas Palumbo, Maiby Palacios y Miguel Angel Bernal y Alberto García. En el diseño gráfico esta Deiker Daza; fotografía, Anthony Castillo; iluminación, María Teresa Coronado; musicalización, Daniel Jiménez; en la asistencia de producción y dirección, Andrea Álvarez.
La obra se presenta los viernes a las 8:00 pm; sábados y domingos a las 7:00 pm. Más datos por Twitter e Instagram: @trasnochocult; como en Facebook: Trasnocho Cultural.