Cuando El choque de risas es generacional
Por: Eduardo Chapellín
«Lo complicado para escribir este texto fue entrelazar todo lo que son las anécdotas de un choque de vehículos y luego, al mismo tiempo, poder contrastar dos generaciones que no hablan el mismo lenguaje. Es poner a estos personajes a entenderse desde dos puntos totalmente distintos», señaló Bladimir Aguilera, quien escribió y produce El choque, una comedia protagonizada por Tania Sarabia y Valentina Garrido, que estará este fin de semana en el Centro Cultural BOD de Caracas.
Agregó que «para nadie es un secreto que en nuestro país vivimos cosas que son únicas en el mundo. Las cosas que enfrentamos en el día a día las distintas generaciones. Quería contrastar de alguna manera esas generaciones donde Tania Sarabia es la generación mayor. Esa generación que nació entre finales de los cuarenta y principio de los cincuenta. La hija de Tania es una generación X igual que yo. mientras sus nietos son la generación Z».
En esta obra se contrasta las frustraciones y realidades de dos generaciones de mujeres: «También quería contar cosas sobre la autoestima de la mujer en Venezuela. Yo siento que aquí hay una sobrevaloración del tema del Miss Venezuela, hay una especie de idealización donde todo gira a este tema. Si tú sigues una miss, no importan lo que hayan hecho y han pasado treinta, cuarenta años y te vuelven a entrevistar y te vuelven a preguntar cómo fue la experiencia en el Miss Venezuela”.
Enseguida acotó que “la mujer venezolana es muy bella por fuera y por dentro. Puede trabajar mucho más la autovaloración. Una mujer no necesita llegar a ser miss para ser una mujer completa e integral, el poder desarrollarse en distintas áreas. No tiene que cumplir con ese parámetro de una miss para ser bella. Una mujer puede ser bella con unos kilitos de más, no tiene por qué tener las medidas, los ojos azules, tender el cabello de una determinada manera».
Cuenta con las actuaciones de Sarabia y Garrido, cuyos personajes compiten por usar un incidente vehicular a su favor, en el ambiente burocrático de una inspectoría de tránsito en Venezuela.
Por cierto, la joven Garrido reconoció que en una primera etapa de su carrera hizo «personajes muy fuertes, muy profundos, pero poco a poco con el tiempo me fui diversificando. La idea no es quedarse siempre en algo, porque primero me aburro muchísimo. Y segundo, porque representa un reto en mi carrera, en mi vida. Hay que buscar la variedad y no quedarme estancada en un tipo de personajes».
Sobre el dirigir y actuar a la vez en esta pieza, precisó: «Yo estudié dirección con grandes maestros y ahora la dirección me volvió a picar (risas). Vengo de dirigir Negro y mi idea es seguir haciendo cosas nuevas».