Arte y Cultura

Andreina Polidor: “Nuestro teatro está en constante movimiento”

Por: Eduardo Chapellín

“Agradezco a todos mis compañeros del Teatro de la Penumbra por apoyarme por decir lo que tengo, lo que yo quiero decir. Tengo ideas que son muy abstractas y ellos me dicen hazlas más abstractas (risas”, comentó la directora teatral Andreina Polidor, luego de ser la ganadora absoluta del XXIV Marco Antonio Ettedgui.

En acto efectuado a casa llena en la Fundación Rajatabla de Caracas, esta joven tiene una obra desde hace quince años como dramaturga, actriz y directora, donde el trabajo físico es el centro de sus propuestas, se notó mucha calidad entre los nominados.

Polidor tiene piezas donde el espectador debe estar siempre pendiente de los detalles y gestos de los histriones, porque esta directora centra sus propuestas en estos factores. En anteriores entrevistas ha comentado que a la hora de crear o versionar, su norte es “presentarle al público, la creación de una versión con el uso intenso del lenguaje físico actoral. De esta forma tenemos el convencimiento de exhibir una propuesta con una perspectiva auténtica, con la característica de haberla adaptado a las inquietudes e incluso a las necesidades de nuestro país en su realidad”.

Su última propuesta fue Coriolano, pieza original del dramaturgo William Shakespeare, en versión libre de esta ganadora. También está su original Ana y la muerteThis is Salem, basada en Las brujas de Salem de Arthur Miller; La Misión, original de Heiner Müller y segundo lugar en el 5° Festival de Jóvenes Directores de Trasnocho 2019; y Arcalión, escrita por Stalin Gamarra, entre otras.

También da clases de teatro en el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas (al lado del Metro Bellas Artes) en Caracas Más datos por @teatrodelapenumbra en Instagram.

Y este viernes 8 de marzo con su grupo tendrán una función especial en el marco del Encuentro de Mujeres Creadores con la pieza, La Vez de la Bestia a las 4:00 pm en el citado Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas.

– Tuviste un 2023 muy intenso. ¿Consideras que el Teatro de la Penumbra se está consolidando?

– Como directora tengo dos vertientes: una es la dirección de obras, donde incide mis decisiones con respecto a la puesta en escena, a la estética, los conceptos y la de trazar una línea investigativa, eso en términos de consolidación, pienso que ya existe una estructura en la que desde hace 8 años hemos ido construyendo para indagar y profundizar en formas artísticas y en un teatro con una resonancia en el trabajo físico. Aunque considero que hemos ido creando un andamiaje medianamente estable, aun creo -como todo trabajo artístico dedicado a la investigación y a la continuidad-   que debemos seguir solidificando esa estructura. Siempre con la idea de que todo es destruible en la necesidad de crear cosas nuevas.

– ¿Y la otra?

– Es la de dirigir y gestionar un grupo de teatro, cumplir con algunas necesidades artísticas es sencillo, de alguna manera, pero cumplir con las necesidades de gestionar un grupo es mucho mas complejo, sobre todo por la situación del país, el desgaste cultural, y la escasa oferta de oportunidades en el ámbito artístico. Igual pienso que es importante la consolidación estética y conceptual, a partir de ese terreno ya hurgado podemos darle estructura a un grupo consolidado como compañía de teatro autosustentable.

– ¿Tienes nuevas propuestas para estrenar este año?

– Este año estará dedicado a esa vertiente que está cojeando en la Penumbra, la de organizar nuestros proyectos y poder ofrecerlos y lograr el objetivo de nuestra compañía sustentable. También para nosotros es importante el tema de la formación, estamos trabajando en un taller montaje llamado Trazos de Shakespeare, se trata de indagar en textos de las obras de Shakespeare desde una relación física, partiendo de análisis de textos, el entrenamiento como principio para la composición, para finalmente un encuentro con la producción y elaboración de elementos que acompañen la puesta desde lo conceptual. Y es importante para nosotros mover nuestras cuatro obras de repertorio.

– ¿Y en lo personal?

– Personalmente considero que necesito un tiempo para replantearme cosas. Tengo desde el año 2016 que no me he detenido a mirar mi proceso, a cuestionarlo, a saborearlo desde la distancia, a devorarlo con ojos hambrientos, asentar, escribir y redescubrir nuevas aristas para sucumbir en otras profundidades.

– ¿Cómo calificas tú dramaturgia hoy en día?

– La dramaturgia escénica, que es la de la puesta en escena, es mi investigación, apuesto por los diferentes tipos de dramaturgia que existen en el teatro más allá del texto dramático. Me gusta escribir, pero no sé si cumpla con la estructura dramática que exigen a la hora de evaluar una posible pieza dramática, lo que lo vuelve una obra dramática es cuando se lleva a una puesta en escena y como los demás elementos crean ese viaje del inicio, desarrollo, clímax y final de una pieza. En nuestro trabajo eso sólo depende de un texto.

– ¿Pensaste que ibas a ganar el Marco Antonio Ettedgui?

– La verdad para mi MAE es un premio muy significativo, no solo porque recalca la trayectoria a los jóvenes artista, sino por lo significativo del trabajo en el que Ettedgui profundizó, su trabajo con las plásticas, el performance, fue punta de vanguardia del teatro latinoamericano postmoderno. Trabajó desde distintos lenguajes, su relación con la poética teatral y la deconstrucción. Considero que mi trabajo con el de Ettedgui tienen similitudes, en algún momento pensé en la posibilidad de ganar ese premio, y ahora es todo un honor.

– ¿Siente que existe talento venezolano joven?

– Existe mucho talento, no dudo de eso, solo que es poco, nos faltan los espacio y disminuye las oportunidades y a partir de allí se nota la escasez de personas. Pensamos que para combatir la ausencia es necesarios espacios de formación y de profundización en estilos y técnicas, la variedad de ciertas formas estudiadas hasta los tuétanos para que pueda existir distintas posibilidades y que las nuevas generaciones puedan escoger que hacer y generar otras oportunidades.

– ¿Cómo ves el panorama actual del teatro nacional?

– En Caracas hay un fuego aún vivo que hace que nuestro teatro este en constante movimientos y con una flameante llama que lo mantiene vivo. Sin embargo, hemos permitido que nos arrebaten espacios que deberían ser nuestros y estar activos. La crisis y la desesperanza nos ha hundido, en mi caso en una idea de trabajar en soledad, alejándonos de la realidad social que nos da con todo, para solo estar en constante hacer, creo que en algún momento eso agota, si no hay las oportunidades y los espacios pertinentes para hacer, llega un momento en que decides partir o parar o dedicarte a algo que nos ayude a subsistir.

– ¿Y tienes alternativas?

– Por eso considero que es un momento de abrirme, mirar el afuera y poder contribuir como creadora para que algo mejore. Igual en el interior esa llama está muy baja, muy poco hacer teatral, menos oportunidades, menos formación, menos visiones y allí es donde queremos entrar como Teatro de la Penumbra con nuestros proyectos de formación, hay una necesidad en el interior de profundizar y conocer nuevas formas de hacer arte.

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