Uruguay va a una reñida segunda vuelta para escoger presidente
Información IPS Venezuela
El izquierdista Frente Amplio de Uruguay ganó la primera vuelta de la elección presidencial el 27 de octubre, con su abanderado Yanamdú Orsi, pero deberá enfrentar el 24 de noviembre, en un balotaje que se promete muy reñido, a Álvaro Delgado, del Partido Nacional y de la actual coalición gobernante.
Orsi obtuvo 43,94 % de los votos, Delgado 16,77 %, y 16,03 % de los sufragios fueron para Andrés Ojeda, del Partido Colorado, que con el Nacional son las formaciones tradicionales de la derecha uruguaya y han sostenido en coalición al gobierno del presidente saliente, Luis Lacalle Pou.
Otros candidatos obtuvieron porcentajes muy pequeños, como Guido Manini, del derechista Cabildo Abierto (2,45 %), y el conjunto de fuerzas de la coalición gobernante reunió 1 141 729 votos, 84 214 más que el Frente Amplio, lo que augura una reñida contienda para el balotaje en noviembre.
Ojeda anunció ya su apoyo a Delgado y los partidos oficialistas efectuaron este lunes una primera reunión para fundir sus programas y presentarse como una sola fuerza, para evitar el retorno al poder de la izquierda que gobernó entre 2005 y 2020.
La figura más destacada de la jornada electoral fue el expresidente (2010-2020) José “Pepe” Mujica, referente de la izquierda latinoamericana, en su juventud guerrillero urbano y quien acudió a sufragar ya con 89 años y su salud muy menguada.
Orsi, un profesor de Historia de 57 años, celebró ante la multitud de partidarios reunidos en la rambla costanera de Montevideo que “el Frente Amplio es el partido más votado del Uruguay”, y pidió “un último esfuerzo, con más ganas que nunca”, para alcanzar 50 %$ o más votos el mes próximo.
En la céntrica plaza Varela de la capital, Delgado, veterinario de formación, saludó a sus seguidores bajo un cartel con la inscripción “Coalición de Gobierno 2030” y dijo que “las urnas hablaron, la coalición es el proyecto político más votado del país”.
Al electorado también se le consultó en plebiscito sobre una reforma a la seguridad social propuesta por la central sindical única, para bajar la edad de jubilación desde los 65 a los 60 años y equiparar la jubilación al salario mínimo nacional, pero no prosperó, al respaldarla solo 38 % de los votantes.
Otro plebiscito, para permitir allanamientos nocturnos de moradas por parte de la policía, apenas rozó 40 % de apoyos y, como en el caso anterior, necesitaba el favor de al menos 50 % del electorado.
Además quedó conformado el Congreso legislativo, integrado por 30 senadores y 99 diputados. En el Senado tendrá mayoría el Frente Amplio, con 16 asientos, mientras que en Diputados la actual coalición oficialista ocupará 49 bancas, el Frente Amplio 48 y Cabildo Abierto tendrá dos.
Las elecciones transcurrieron con tranquilidad, en un clima festivo y demostraciones de vigor de los partidos, una estabilidad política que ya dura cuatro décadas desde el retorno de la democracia en 1985, con voto obligatorio y que de nuevo registró una participación de cerca de 90 % de los 2,7 millones de votantes habilitados.
El nuevo presidente, con un mandato de cinco años, debe asumir el cargo el 1 de marzo de 2025, en este país de 176 215 kilómetros cuadrados y 3,5 millones de habitantes ubicado entre los de “muy alto desarrollo humano” por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
El 27 de octubre también fue una jornada de elección –municipales- en Brasil y en Chile.
En Brasil, las fuerzas de derecha y extrema derecha se apuntaron claras victorias, al ganar las alcaldías de 24 de 26 capitales estadales, incluida Sao Paulo, “joya de la corona” por ser la ciudad más poblada (12 millones de habitantes) y rica del país, frente a solo dos que estarán en manos de la izquierda.
Es un revés para el mandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien está a la mitad de su tercera presidencia (2003-2006, 2007-2010, y nuevamente en el poder desde 2023), aunque se compensa con avances de fuerzas tradicionales sobre las de extrema derecha de su archirrival, el ex presidente (2019-2022) Jair Bolsonaro.
En Chile también salió favorecida la derecha tradicional, en particular con la victoria de Mario Desborde, del partido Renovación Nacional, en el capitalino municipio de Santiago, que desde 2021 estaba en manos Irací Hassler, del Partido Comunista, socio de la coalición de gobierno del presidente Gabriel Boric.
La coalición opositora Chile Vamos, de la derecha tradicional, obtuvo 122 cargos en todo el país, frente a la agrupación oficialista de izquierdas Chile Mejor, que consiguió 111 alcaldías, mientras que en 103 municipios los electores se decantaron por candidatos independientes.
Boric sentenció que “estas elecciones tienen de dulce y agraz para todos los sectores. No hay ninguno que pueda atribuirse triunfos arrolladores. Los pronósticos catastrofistas de uno y otro lado no se han cumplido. Tenemos un país diverso y tenemos el deber de convivir mejor entre nosotros”.