Sociales

Se multiplican los accidentes por el estallido de bombonas de gas en Venezuela

En el país se calcula existen 15 millones de bombonas de gas, de las cuales los expertos en energía indican que solo el 20 % está en condiciones adecuadas para su empleo, argumentan que un alto porcentaje de los recipientes tiene hasta 20 años de uso, sin tener un adecuado mantenimiento.

Desde hace más de una década se han multiplicado los accidentes con las fugas de gas y el estallido de cilindros contentivos de gas licuado de petróleo (GLP) en diversas partes del país. Las muertes y heridos relacionados con estas deflagraciones han aumentado en los últimos años en Venezuela.

En lo que va de año se han presentado una serie de accidentes por estallidos e incendios ocasionados por bombonas de gas en mal estado o por instalaciones defectuosas. El primero tuvo lugar en el día 1 de enero en Puerto La Cruz (Anzoátegui) que dejó dos víctimas y ocho heridos. Posteriormente, en marzo otra explosión acaecida en la Pastora (Caracas), originó otro deceso. El 17 de julio ocurrió otra en el sector José Ángel Lamas de San Martín (Caracas), que dejó dos personas heridas. Asimismo, el pasado 12 de agosto en Petare un nuevo accidente causó 13 defunciones y decenas de heridos. En la primera semana de septiembre se produjo la explosión de una bombona de gas en la parroquia Caricuao de Caracas, suceso que dejó al menos 15 personas heridas y causó el derrumbe de dos viviendas y otra en el Sector La Pradera, en Carrizal, estado Miranda con otro saldo lamentable.

El GLP y la seguridad

Es preciso aclarar que el Gas Licuado del Petróleo (GLP) es un combustible, compuesto por propano y butanos utilizado preferiblemente, en hogares. Está presurizado y se encuentra en estado líquido en los recipientes que lo contienen, y por diferencia de presión se gasifica para su uso. Los recipientes de GLP no estacionario (denominados cilindro o bombonas), son aquellos envases metálicos, con capacidad de almacenamiento de hasta 45 kilos, que permite su transporte hasta hogares, comercios y otros negocios. Las bombonas más comunes son las de 10, 18 y 45 kilos. Los recipientes habituales en algunos edificios son los recipientes de GLP estacionario (salchichas), con capacidad de almacenamiento mayor a 45 kilos y son utilizados para alimentar edificios o a grandes consumidores de GLP. En las viviendas multifamiliares, del recipiente sale una tubería que va a un manifold (colector) desde donde se alimenta a cada usuario.

En Venezuela también se usan los llamados ductos en edificaciones para alojar las tuberías ascendentes del gas y finalmente la Red de distribución: Sistema de tuberías ubicadas en áreas públicas, utilizadas para distribuir gas a los usuarios que llega hasta la válvula de acometida del usuario.

Sin embargo, la gran siniestralidad revela que no se cumplen las políticas, planes y acciones de supervisión tanto de los cilindros como de las redes de gas, que involucran los procedimientos de prevención y resguardo de vidas, propiedades y del medio ambiente. En tal sentido, Gente del Petróleo y La Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo (SVIP) sugieren realizar inspecciones periódicas de las instalaciones de gas por parte de técnicos calificados, no manipular las instalaciones de gas por cuenta propia, reparar inmediatamente cualquier fuga. Asimismo, mantener una ventilación adecuada en los espacios donde se utilizan combustibles gaseosos y usar detectores de gas.

También es importante que los usuarios adquieran los cilindros o las bombonas en lugares autorizados y distribuidores oficiales. Por otra parte, cuando se trata de instalar aparatos que funcionan con gas en casa o negocio hay que respaldarse en el conocimiento de un técnico especializado y cumplir las normas establecidas por la Ley de Hidrocarburos, Enagas y las Normas Covenin.

Para la prevención debe colocarse las bombonas de forma vertical en un lugar fresco y ventilado. En caso de desperfectos no golpear ni intentar reparar el cilindro o la manguera, por seguridad lo apropiado es buscar un técnico certificado en esta actividad.

Finalmente, el Estado debe promover un uso responsable y seguro de las bombonas y sistemas de gas a través de la información, la capacitación, el establecimiento de protocolos y la supervisión constante para evitar los riesgos y los accidentes que menoscaban la vida y el medio ambiente.

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