Johana de Aguilar: «Los valores y principios se crean en casa»
Por: Eduardo Chapellín
«En realidad no tengo religión (convencional). Soy Cristocéntrica, ya que estoy enfocada únicamente en Cristo», recalcó con palabras firmes Johana de Aguilar, quien bautizó su libro «Renacer en mi identidad. Un llamado a la redención y a la claridad», bajo el sello Pan House.
Johana precisó más en su respuesta: «Sin embargo, sí creo en Dios, quien es mi médico, mi juez, mi abogado, mi defensor, mi mejor amigo, mi papá».
La presentación contó con las palabras de la comunicadora social, Endrina Yépez, quien además escribió el prólogo de este texto donde la fe es el primer objetivo: «Es un libro que ofrece esperanza y aliento a todas las mujeres que luchan por encontrar su lugar en el mundo. Johana nos enseña que, a través de Cristo, podemos ser libres de las cadenas del pasado y tener una vida plena y significativa».
Eso sí, la autora Johana no critica otras religiones como la hindú, la musulmana, la judía y otras más: «A todos los respeto. No condeno ni rechazo a nadie que practique otro tipo de creencia u otro tipo de religión».
Esta dama admite que no se ha leído la Biblia completa, pero «si todos los días poco a poco, analizando cada párrafo. Siento que la Biblia es el manual de instrucciones, así como cuando tú compras algo donde la garantía es que sigas el manual de instrucciones, para caminar juntos desde la mano de Dios hacia la verdad y hacía tú propósito».
Como dicen muchos expertos, sean religiosos o pedagogos, recalca que la familia «es sumamente importante. Pienso que es una de las columnas para avanzar, para caminar junto a tu propósito, pero esto no significa que si no tienes familia o el apoyo familiar, tienes que abortar tu proyecto. Puedes seguir caminando, puedes seguir hacia adelante porque tienes el respaldo del que todo lo puede, que es Dios».
Con respecto a nuevas tendencias pedagógicas de las escuelas, donde se choca con algunos conceptos morales para la formación de la niñez, fue tajante: «Yo pienso que es un llamado de atención para la familia. ¿Para qué? Para reforzar la identidad e ir sanando cada herida que le hayan podido hacer a nuestros hijos, que no se distorsione esa identidad y hagan lo que la sociedad quiera que ellos hagan; sino qué hagan lo que tú le enseñas: los valores y principios que estamos claros que se crean en casa. Los primeros maestros somos nosotros como papás, estemos casados, divorciados, nos hayan abandonado o hayamos pasado lo que hayamos pasado».