Las muertes por hepatitis aumentan porque poca gente es tratada
Información IPS Venezuela
Las muertes por infecciones de hepatitis vírica ya suman 3500 cada día y van en aumento, porque las tasas de cobertura de las pruebas y tratamiento se han estancado, señaló un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgado este martes 9.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la agencia de la OMS, dijo que “a pesar de los progresos a nivel mundial en la prevención de las infecciones por hepatitis, las muertes están aumentando porque muy pocas personas con esas enfermedad están siendo diagnosticadas y tratadas”.
La enfermedad es la segunda causa infecciosa de muerte en el mundo, con 1,3 millones de decesos al año, tantos como la tuberculosis, otra de las principales causas de muerte infecciosa, según el Informe Mundial sobre la Hepatitis 2024 de la OMS.
Aunque se dispone de mejores herramientas para el diagnóstico y el tratamiento, y los precios de los productos están bajando, las tasas de cobertura de las pruebas y el tratamiento se han estancado, subraya el informe presentado en la Cumbre Mundial sobre la Hepatitis que se inició en esta capital.
Sin embargo, alcanzar el objetivo de su eliminación en 2030 debería ser posible si se toman medidas rápidas ahora, según el estudio.
“A pesar de los progresos a nivel mundial en la prevención de las infecciones por hepatitis, las muertes están aumentando porque muy pocas personas con esa enfermedad están siendo diagnosticadas y tratadas”: Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La OMS “se ha comprometido a apoyar a los países para que utilicen todas las herramientas a su disposición, a precios asequibles, para salvar vidas y cambiar esta tendencia», declaró Tedros.
Cada día en el mundo más de 6000 personas se infectan cada día con hepatitis vírica, y los nuevos datos de 187 países muestran que el número estimado de muertes por esa causa aumentó de 1,1 millones en 2019 a 1,3 millones en 2022.
De ellas, 83 % fueron causadas por la hepatitis B y 17 % por la hepatitis C.
Las estimaciones indican que 254 millones de personas en el mundo vivían con hepatitis B, y 50 millones con hepatitis C en 2022.
La mitad de la carga de infecciones crónicas por hepatitis B y C corresponde a personas de 30 a 54 años, y 12 % a niños. Los hombres representan 58 % de todos los casos.
En todas las regiones, solo 13 % de las personas que viven con infección crónica por hepatitis B habían sido diagnosticadas, y aproximadamente tres por ciento, o siete millones, habían recibido terapia antiviral a finales de 2022.
Es una cifra muy por debajo de los objetivos mundiales de tratar a 80 % de las personas que viven con hepatitis B y C crónicas para 2030.
La carga de la hepatitis vírica también varía según las regiones. África soporta 63 % de las nuevas infecciones por hepatitis B, pero a pesar de eso solo 18 % de los recién nacidos de la región reciben la vacuna de la hepatitis B al nacer.
En la región del Pacífico occidental, donde se producen 47 % de las muertes por hepatitis B, la cobertura del tratamiento es de 23% entre las personas diagnosticadas, un porcentaje demasiado bajo para reducir la mortalidad.
Bangladesh, China, Etiopía, Filipinas, la India, Indonesia, Nigeria, el Pakistán, la Federación de Rusia y Vietnam soportan colectivamente casi dos tercios de la carga mundial de las hepatitis B y C.
América tiene cinco millones de casos de hepatitis B, con 8000 infecciones nuevas cada año, y 5,3 millones de casos de hepatitis C, con más de 176 000 infecciones anuales. Los decesos por ambos tipos de la enfermedad suman 58 000 al año,.
El informe señala que a pesar de la disponibilidad de medicamentos genéricos asequibles contra la hepatitis vírica, muchos países no consiguen adquirirlos a estos precios más bajos.
Muchos países pagan por encima de los puntos de referencia mundiales, incluso por medicamentos sin patente o incluidos en acuerdos de licencia voluntaria.
Entre las medidas propuestas para avanzar frente a las hepatitis víricas, y acelerar el progreso hacia el fin de la epidemia para 2030, están la ampliación del acceso a las pruebas y diagnósticos, el refuerzo de los esfuerzos de prevención en atención primaria, y el paso de las políticas a la aplicación para un tratamiento equitativo.
Sin embargo, la financiación sigue siendo un reto, ya que los niveles actuales son insuficientes para satisfacer las necesidades.
Según la OMS, eso se debe a una combinación de factores, como el escaso conocimiento de las intervenciones y herramientas que ahorran costos y la existencia de prioridades sanitarias contrapuestas.