Entre inspiración y copia: El derecho de autor en las artes visuales
En los artículos anteriores de esta serie de Simbold, hemos tratado el tema del plagio en las artes visuales. Desde el concepto, pasando por ejemplificar con algunos casos famosos, los jóvenes artistas visuales, no importa la especialidad a la que se dediquen, deben tener en cuenta que esta es una figura que, desafortunadamente, está muy presente en su medio.
Con los avances tecnológicos que se han desarrollado durante el siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI, nuevas posibilidades en la creación de obras artísticas han surgido, al mismo tiempo de novedosas formas de plagiar.
Por ello, ahora más que nunca, los creativos deben tener en mente lo que es la propiedad intelectual, específicamente la figura del derecho de autor, que es aquella que protege al autor de una obra creativa, cualquiera sea la forma de creación y divulgación de la misma, siempre y cuando la pieza sea original, dándole a su creador el poder de disponer de la misma para su beneficio tanto moral como comercial.
El derecho de autor sin duda es el arma fundamental que tienen los creativos para protegerse de las prácticas de plagio y controlar todo lo relacionado con ella. Así que en este artículo les daremos algunos consejos que pueden ayudarlos a blindarse.
El Derecho de Autor y sus beneficios
Ahora bien, como se mencionó en las líneas anteriores, el derecho de autor es la rama de la propiedad intelectual que se encarga de proteger al autor de una obra original sobre la disposición, comercialización difusión y en general la “relación” que esa persona que ha creado tiene con su obra.
Una de las finalidades del derecho de autor es que el éste tenga el reconocimiento como el creador de una obra determinada para de esa manera impedir que terceros se apropien de la obra con fines comerciales o que hagan adaptaciones o alteraciones de la misma sin su debido consentimiento.
En este sentido, el derecho de autor se divide en derechos morales y derechos patrimoniales. Los derechos morales se refieren a la “relación” que tiene el creador con su obra, abarcando la integridad de la obra, el carácter de la “paternidad”, la prohibición de todo tipo de modificación o alteración sin el consentimiento del autor.
Por su parte, los derechos de autor de carácter patrimonial abarcan todos aquellos actos que signifiquen la monetización o comercialización de la obra como su difusión, publicación, adaptación, traducción, en fin, todo acto que tenga un interés comercial.
En Venezuela, la protección del derecho de autor se encuentra establecida en las vigentes Constitución de la República y en la Ley Sobre el Derecho de Autor que data del año 1993.
En consecuencia, la protección de los derechos de los artistas y creativos tiene rango constitucional, esto da cuenta de la importancia de fomentar la creatividad y emprendimiento en beneficio del desarrollo del país.
El registro o certificación del Derecho de Autor
Ahora bien, la protección del derecho de autor se considera efectiva siempre y cuando la obra ya haya sido realizada. Desde ese momento ya ha nacido el derecho de autor de la obra. Sin embargo, en el medio donde estamos una cosa es decir que se posee tal cualidad, sino que hay que demostrarla.
En este sentido, uno puede alegar que se es el autor de la obra, sin embargo, hay que demostrar esta cualidad, y para ello existe el registro o certificación del derecho de autor. Dicho trámite se realiza ante el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (SAPI), el cual tiene una duración de tres meses o menos.
Al culminar el trámite, el SAPI le entrega al interesado un certificado que comprueba su carácter de autor de la obra. Ahora bien, el derecho de autor en Venezuela tiene una vigencia de toda la vida del autor más 60 años contados a partir del año siguiente de su fallecimiento. De esta manera los familiares del autor podrán obtener los beneficios de la obra.
Cuando expira la protección del derecho de autor, la obra pasa al dominio público, lo que quiere decir que la obra podrá ser usada por terceros sin necesidad de autorización del autor ni de sus familiares.
Uno de los grandes beneficios de obtener el derecho de autor es que le da al autor el control al momento de comercializar la obra, pudiendo efectuar contratos de comercialización o cesión y así obtener mejores ganancias. Además con el certificado de derecho de autor se hace más fácil la cualidad de autor afectado al hacer una denuncia ante las autoridades competentes debido a un plagio.
Es importante destacar que si bien las tasas por el pago de la tramitación del derecho de autor pueden resultar costosas, hay que verlo como una inversión que puede ayudar a monetizar la obra, en lugar de ser un gasto.
Medidas a tomar cuando no se tiene el certificado de Derecho de Autor
Ahora bien, como bien se explicó en líneas anteriores, la tramitación del derecho de autor ante el SAPI puede ser costosa para muchos, sin embargo, hay medidas que pueden tomarse mientras se logra obtener el derecho de autor, como las siguientes:
● Anotar en la obra el nombre del autor y su firma: Es usual ver en los cuadros el nombre y la firma del autor, y es que esto es una prueba de la autoría de la obra. En obras tridimensionales pueden colocar la firma o alguna marca que sea distintiva del autor.
● Colocar la fecha de creación de la obra: Otra medida que ayuda a probar la cualidad de autor es poner la fecha de realización de la obra, de esa manera se demuestra que la obra original fue creada primero que la posible falsificación.
● Acompañar con una nota de “Derechos Reservados”, acompañando al nombre del autor y la fecha de la obra, como una manera de reafirmar el carácter de autor de la obra original.
● Llevar un esquema de la elaboración de la obra, de esa manera queda demostrado el proceso de elaboración de la obra original que lleva ese toque distintivo del autor.
Estas medidas ayudan a demostrar la cualidad del autor, pero de ninguna manera sustituye la importancia del certificado del derecho de autor, ya que el mismo le da seguridad al autor ante terceros en relación a su cualidad sobre la obra.
Conclusiones
A lo largo de esta serie hemos visto que el plagio está presente para cualquier tipo de artista, desde los más famosos hasta los anónimos. Sin embargo, son los anónimos o los que no tienen niveles de fama global los que pueden verse más perjudicados por el plagio, privándolos de reconocimiento y de ganancias económicas.
El certificado de derecho de autor sin duda es la mejor arma por medio de la cual los creativos protegen sus derechos, porque no es lo mismo alegar algo que probarlo, así como se tiene el título de propiedad de un inmueble o de un vehículo se hace necesario tener el título de propiedad de la obra.
Además, con el surgimiento de tecnologías como la inteligencia artificial, la cual se alimenta de la creatividad humana se vuelve básico contar con el certificado. Por otra parte, tú que me lees quizás puedas ser el próximo Soto o Cruz-Diez de tu área, porque nunca se sabe lo que el futuro tiene preparado.