Mortandad de delfines rosados da aviso de crisis en la Amazonia
Información IPS Venezuela
La muerte de más de 120 delfines rosados y grises (Inia geoffrensis) en el área del lago Tefé en el norte de Brasil, “da cuenta de la grave crisis ambiental que atraviesa la Amazonia”, advirtió el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF en inglés).
Esa crisis “se acerca rápidamente a un punto de no retorno ecológico por la confluencia de la deforestación, el cambio climático y los incendios”, indicó la organización conservacionista en una declaración este miércoles 4.
En los últimos siete días de septiembre se encontraron más de 100 delfines muertos en el lago Tefé, de 145 kilómetros cuadrados y a un costado del Amazonas medio, según reportó el Instituto de Desarrollo Sustentable de Mamirauá (Idsm), una organización científica que monitorea el área del gran río.
Miriam Marmontel, investigadora del Idsm, dijo que aunque es temprano para establecer las causas de la mortandad de delfines, el evento “ciertamente está asociado al actual período de sequía y a las altas temperaturas del lago”.
Esas temperaturas, que suelen bordear los 32 grados centígrados, el mes pasado alcanzaron 40 grados durante muchos días, en el marco de una fuerte y prolongada sequía que afecta a gran parte del norte brasileño.
Se investiga si el calor exacerbó alguna sustancia tóxica, quizá producida por algas, que afectó a los delfines y, como producto de la sequía, al tratar de salvarse no les fue posible ganar el Amazonas, con el que se comunican las aguas del lago.
La entidad WWF dijo que el cambio climático exacerbado por el fenómeno El Niño (vientos que calientan las aguas del Pacífico ecuatorial central y oriental, y distorsionan los períodos secos y lluviosos en muchas regiones) está afectando a unos 60 municipios en el norteño estado brasileño de Amazonas.
Los delfines “han resultado las víctimas más recientes. Solo el 28 de septiembre se verificó la muerte de 70 de ellos”, indicó WWF.
Según sus datos “el escenario podría agravarse en próximas horas debido a que la calidad del aire es desfavorable y la temperatura del agua fluctúa entre los 30 y 39 grados centígrados”, en las aguas lacustres y fluviales, afectando también a miles de ejemplares de otras especies que habitan esos ecosistemas acuáticos.
Además, “la emergencia ha desencadenado una crisis alimentaria y de acceso al agua en comunidades de la Amazonia brasileña, que se ven afectadas por la muerte de peces y la contaminación que estos generan en las fuentes de agua”, expuso el WWF.
Con respecto a la muerte de los cetáceos, WWF recordó que la cuenca amazónica es el mayor sistema de agua dulce del planeta y en ella habitan especies de delfines de río únicas en el mundo.
Esas especies “viven en constante amenaza por la contaminación del agua por mercurio derivado de la minería de oro, las represas y las interacciones negativas con el ser humano como la pesca incidental o competencia por alimento”.
“A ello se suma ahora el impacto del cambio climático, que ha desencadenado temperaturas extremas y reducción de los cuerpos de agua. Se espera que la actual sequía se intensifique en las próximas semanas con graves consecuencias para la fauna acuática y las poblaciones locales”, indicó la declaración de la entidad.
Informó que, con la colaboración entre organismos académicos y gubernamentales “está en curso una operación de monitoreo de los delfines aún presentes en la zona, colección de muestras de agua, carcasas, suelo y posibles contaminantes”.
Junto con los estudios de laboratorio las entidades estructuran un plan de rescate de delfines con el apoyo de profesionales experimentados, para lo cual se ha preparado una casa flotante con una piscina que podrá recibir a los animales en caso de rescate y donde contarán con un monitoreo continuo.
El gobierno autorizó permisos especiales de aterrizaje en el aeropuerto de Tefé para atender la emergencia que ha sido caracterizada como incidente ambiental nacional.
WWF dijo que frente al avance de la degradación ambiental de la región, los científicos han lanzado la alerta de que la Amazonia podría estar acercándose a un punto de inflexión ecológico, después del cual se desencadenaría un proceso de destrucción irreversible del ecosistema.
El punto de no retorno está ligado a la cantidad de bosques en pie, a los incendios y al aumento de temperatura global, y podría alcanzarse dentro de esta década si las tendencias actuales continúan.
El fondo aboga por un cese de la deforestación y de la minería ilegal de oro, y por la protección de 80 % de la Amazonia hasta el 2030, junto a los esfuerzos por detener las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento planetario.