La crítica social, política e histórica en»Los fantasmas de Tulemón» de Gilberto Pinto
“Quise crear una pieza coral donde todos los personajes estén presentes en escena. Ha sido un reto para el Elenco Emergente de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), por la exigencia interpretativa de la obra, que requirió de mucha investigación y esfuerzo actoral. Insistí mucho en la solidez de los personajes y el trabajo colectivo, porque la obra del maestro Pinto, un mural sobre la opresión, así lo merece”, resaltó el director, Ludwig Pineda, sobre el proceso de creación y montaje de «Los fantasmas de Tulemón», que se presentó del 4 hasta el 8 de octubre, fecha en la que se celebró el Día del Teatro Latinoamericano; en el Teatro Alberto de Paz y Mateos, ubicado en la Avenida Andrés Bello, cerca de la prolongación Los Manolos, Colinas de Los Caobos, de la parroquia El Recreo.
«Los fantasmas de Tulemón», una pieza que está empapada de la mirada de un dramaturgo que hace uso de la historia y de la política como temas y como formas de diálogos; escrita en 1969, por Gilberto Pinto, Premio Nacional de Teatro 1999, galardonada con el premio de dramaturgia Anna Julia Rojas, de Ateneo de Caracas en 1970, se estrenó el 28 de agosto de 1979, por el grupo de teatro de la Universidad de los Andes, bajo la dirección de Rómulo Rivas.
Se trato de 14 actores que le dieron vida a más de 40 personajes, que contaron la historia de Tulemón González, esbirro de una dictadura latinoamericana, (un duro alegato contra la dictadura pérezjimenista). Un personaje -de acuerdo a lo que dice el investigador y director teatral, Carlos Dimeo– que «está lleno de matices que van al mismo tiempo construyendo y deconstruyendo al personaje en cuestión. Hay una referencia directa al torturador que se vuelve torturado, o que se vuelve despótico cuando detenta el poder. El poder juega en esta pieza un papel fundamental, porque cambia a cada instante de lugar. Así, en algunas ocasiones Tulemón utiliza la fuerza máxima del poder, pero, en otro sentido, el poder, detentado por otros, utiliza la fuerza máxima contra él mismo.»
Y es que la política no le fue ajena al dramaturgo Pinto, quien le confesaría al periodista Edgard Moreno-Uribe, su activa participación en la lucha popular contra la dictadura pérezjimenista: “Hacíamos teatro contestatario en el día y en la noche nos entregábamos a las actividades políticas. Hacíamos graffitis y repartíamos proclamas y propaganda. Y todo ese grupo estaba en una lista negra. Éramos Rafael Briceño, Héctor Myerston, Humberto Orsini y Román Chalbaud, entre otros. La llegada de la democracia no cambió nada: siguieron las torturas, los asesinatos, las represiones y hasta que afortunadamente, vino una pacificación, pero antes mataron a César Burguillos y Oswaldo Orsini (hermano de Humberto Orsini) entre otros”.
Carlos Dimeo, resalta que en «Los fantasmas de Tulemón» y en la mayoría de las obras de Gilberto Pinto está presente una tesis política, que está más centrada o más cercana a las tesis del economista, jurista, historiador y politólogo alemán Max Weber.
FRESCO TEATRAL
A partir de las imágenes del pintor metafísico, Giorgio de Chirico, se creó un fresco teatral que conjuga una fantasmagórica realidad con las visiones creativas de César Sandoval, en el vestuario; Alejandro Martínez, en la iluminación; y el concepto escenográfico y la musicalización de Costa Palamides y Ludwig Pineda.
EL DIRECTOR
Se ha desempeñado como docente de actuación en los talleres de formación teatral para niños y jóvenes del TET, y como docente de Técnica Vocal: en el Programa de Formación Teatral de la Compañía Nacional de Teatro, en el Instituto Universitario de Teatro y en la Escuela Juana Sujo. Actualmente docente de la ´catedra “Voz y Dicción” en la Escuela Cesar Renjifo y docente en la Universidad Experimental de Las Artes UNEARTE. Ha representado a Venezuela como actor en los festivales de Brasilia , Belo Horizonte Sao Paulo (Brasil), El Paso (Estados Unidos), Ciudad Juárez y Chihuahua (México), Patra y Salónica (Grecia) Puerto Montt (Chile) Bakú (Azerbaiyán) y en los festivales internacionales de Caracas, Barcelona, Margarita y Guanare en Venezuela.
Últimamente, ha participado en lecturas dramatizadas de la nueva dramaturgia alemana y española y formó parte de la delegación artística del país en la II Semana de la Cultura Venezolana en Tokio, Japón. Ha integrado los recitales poéticos del Grupo Aedos donde se destaca “Adios Alejandría” con poemas de Constantino Kavafis, “De Cantares y Sentidos” con poesía de Ramón Palomares, Vicente Gerbasi, Rafael Cadenas, Aquiles Nazoa y José Antonio Ramos Sucre. Participó en el Homenaje a Pablo Neruda en la celebración de los 100 años de su natalicio.
Es integrante de la compañía de danza “Danzas Griegas de Venezuela”. En el año 2004 le fue otorgado el Premio Municipal de Teatro, Mención Honorífica como Actor Docente. En el año 2013 le fue otorgado el Premio Municipal de Teatro como Actor de Reparto por “Tierra Santa” de Elio Palencia. En el año 2017 le fue conferido el título de Maestro Honorario por la Universidad Experimental de las Artes UNEARTE. Actualmente y desde el 2016 es primer actor del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro de Venezuela.