Cumbres y reuniones de alto nivel de la ONU: más promesas y menos resultados
Las Naciones Unidas acogerán a partir del 18 de septiembre seis reuniones de alto nivel, incluidas dos cumbres de líderes mundiales, en un breve lapso de cinco días, en lo que se ha calificado ya como una serie de encuentros “sin precedentes”.
Entre la seguidilla de reuniones incluyen la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los días 18 y 19; un Diálogo de Alto Nivel sobre la Financiación para el Desarrollo (FpD), el 20; y una reunión ministerial de la Cumbre del Futuro, el 21, preparatoria de la cumbre programada para septiembre de 2024.
El orden del día de la fase de alto nivel del 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas también incluye una serie de reuniones ministeriales de alto nivel, sobre Prevención, Preparación y Respuesta ante Pandemias y (el mismo 20 de septiembre); sobre Cobertura Sanitaria Universal (21 de septiembre), y lucha contra la Tuberculosis (22 de septiembre).
También se espera que se anuncie una Cumbre sobre la Ambición Climática, prevista para septiembre de 2024.
Pero estas cumbres y reuniones ministeriales de alto nivel llegan en un momento en que el secretario general de la ONU, António Guterres, dice que necesita acción, no promesas vacías ni retórica política.
En la cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), celebrada en la ciudad sudafricana de Johannesburgo el 23 y el 24 de agosto, el máximo funcionario de la ONU se quejó de las promesas incumplidas de los donantes occidentales.
“Necesitamos acción para salvar nuestro planeta. Los países desarrollados tienen una responsabilidad especial, por lo que deben liderar y cumplir. También deben cumplir sus promesas a los países en desarrollo», dijo Guterres.
Destacó varios incumplimientos tan solo en el materia de cambio climático, como la promesa anual de 100 000 millones de dólares a los países del Sur en desarrollo, la propuesta de un fondo para pérdidas y daños, la duplicación de la financiación para la adaptación, y la reposición del Fondo Verde para el Clima. Todos compromisos incumplidos pese a que fueron hechas por los gobiernos en reuniones de alto nivel.
Y sobre los planes no implementados para los sistemas de alerta temprana, cuyo objetivo es «proteger a todas las personas del mundo, incluidos los 6 de cada 10 africanos que aún carecen de estos sistemas».
“Por una cuestión de justicia, África debe ser considerada prioritaria en todos estos compromisos cruciales”, señaló Guterres en su intervención en los Brics el día 24.
Sea como sea, los próximos meses serán cruciales para las acciones multilaterales.
“Desde la Cumbre del Clima de África, en la que estaré en Nairobi dentro de dos semanas, la Cumbre del G20 (Grupo de los 20 grandes países industriales y emergentes), hasta las cumbres de los ODS y de la Ambición Climática en las Naciones Unidas en septiembre, y la COP28 (sobre cambio climático) en diciembre, tenemos importantes oportunidades para marcar el camino hacia un mundo mejor, más pacífico y más justo», afirmó Guterres.
En el marco de las Conferencias de las Partes (COP) sobre cambio climático, los países desarrollados acordaron en 2009 movilizar 100 000 millones de dólares anuales desde entonces a 2020.
Este plazo se incumplió y se amplió después a 2025, con vistas a fijar un nuevo objetivo mundial de financiación de la lucha contra el cambio climático para ese año.
En aquel momento, los países desarrollados lo saludaron como un compromiso fundamental que garantizaría que los países en desarrollo del Sur global también pudieran hacer frente a los impactos del cambio climático.
Andreas Bummel, director ejecutivo de Democracia Sin Fronteras, dijo a IPS que las cumbres de alto nivel suelen ir precedidas de una intensa preparación y desempeñan un papel importante al proporcionar a los gobiernos una plataforma para expresar sus compromisos y permitir que sus poblaciones les exija responsabilidades por su acción o inacción.
La cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de este año es crucial, ya que marca el ecuador de la aplicación de la Agenda 2030, recordó.
En paralelo, dijo, “la sociedad civil se convocará para su propia reunión en todo el edificio de la ONU, la Asamblea Mundial de los Pueblos, para aportar su perspectiva y recordar a los líderes mundiales sus promesas”.
Jens Martens, director ejecutivo para Europa del Foro sobre Política Global, dijo a IPS que la Cumbre de los ODS ofrece a los gobiernos del Norte global la oportunidad de demostrar que “se toman en serio su tan cacareada solidaridad global”.
Ello porque a mitad de la Agenda 2030 para el Desarrollo, establecida en 2015 dentro de las Naciones Unidas, los resultados son devastadores.
Según la ONU, los países solo van por buen camino en 15 % de los 17 ODS. Para 85 % restante, el progreso es insuficiente, o incluso el desarrollo va en la dirección contraria, señaló el directivo para Europa del centro de pensamiento, con sede en Bonn.
“Una de las principales razones es que los países del Norte global no han puesto los medios necesarios para implementar los ODS. En la Cumbre sobre los ODS, deben declarar su voluntad política de cambiar esta situación”, remarcó Martens.
Lo que se necesita, argumentó, es la movilización de recursos públicos nuevos y adicionales para financiar los ODS. El secretario general de la ONU ha propuesto un estímulo para los ODS de 500 000 millones de dólares al año con este fin.
“Esto sería extremadamente importante. Pero lo que también se necesita es una cancelación efectiva de la deuda, una mayor cooperación en materia fiscal a nivel de la ONU y reformas en la arquitectura financiera internacional”, afirmó.
A su juicio, “si los gobiernos del Norte Global no hacen concesiones en estos temas, la Cumbre de los ODS fracasará”.
“Y entonces la Cumbre del Futuro prevista para septiembre de 2024 también estará condenada al fracaso. En vista de las crisis mundiales, no podemos permitirnos que eso ocurra”, sentenció Martens.
Purnima Mane, ex secretaria general adjunta de la ONU, dijo a IPS que el gran número de reuniones de septiembre en Nueva York podría interpretarse como un esfuerzo genuino por compensar las dificultades experimentadas en los últimos tres años debido a la covid-19 y otros factores.
Además de su importancia para supervisar el progreso y mejorar el compromiso en temas variados, adujo la que fuera también directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), estos encuentros son igualmente relevantes para impulsar una agenda multilateral diseñada colectivamente.
Pero, añadió Mane, el secretario general también espera que los resultados de estas reuniones sean diferentes de los de sus predecesoras, en el sentido de que, en lugar de promesas vacías y retórica política, sean encuentros que conduzcan a la acción.
“Aunque se trata de un paso positivo por parte del secretario general, no está claro qué medidas se tomarán para garantizar que esto ocurra realmente y qué se necesitará para motivar a los Estados miembros para que actúen como deberían haberlo hecho desde el principio», dijo la ex alta funcionaria de la ONU.
Más reuniones de lo habitual sobre temas críticos exigen el compromiso de los líderes políticos a todos los niveles para que se traduzcan en acción, así como recursos y medidas sólidas de planificación y rendición de cuentas.
Pero esa especie de “reunionitis”, no garantizará necesariamente que esa acción se produzca, especialmente durante este periodo de nuestra historia en el que el mundo está dividido por tensiones crecientes que ocupan la atención de los liderazgos nacionales, reflexionó Mane.
En todo caso, consideró que el llamamiento que el secretario general hace a los donantes occidentales, en particular, les transmite el mensaje de que cumplan sus promesas de llevar a cabo lo que él denomina un Plan de Rescate para la Gente y el Planeta.
Ese Plan exige un mayor apoyo a los países en desarrollo y cambios considerables en la arquitectura financiera internacional que supondrán sacrificios por parte de grupos como el G20.
“Queda por ver si se producirán estos cambios. Evidentemente, exigir que se actúe está plenamente justificado y podemos esperar que se actúe, pero el historial hasta ahora no ha sido prometedor”, afirmó Mane, que actualmente es consultora independiente sobre género y desarrollo y salud mundial, centrándose en la salud sexual y reproductiva.
En su intervención durante el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares, el 29 de agosto, el presidente saliente de la Asamblea General, Csaba Kőrösi, criticó cómo se están manejando los fondos públicos a nivel mundial.
Señaló a título de ejemplo que el gasto militar mundial alcanzó la cifra récord de 2,2 billones (millones de millones) de dólares en 2022.
Cuando los fondos públicos se desvían de esta manera y cuando se ignoran nuestras propias palabras, tenemos el deber de preguntarnos: “¿Hasta qué punto son serias nuestras promesas de centrarnos en superar la pobreza y frenar la contaminación, el cambio climático o la pérdida de biodiversidad?”, planteó el diplomático húngaro.
“¿Protegeremos nuestro derecho humano más nuevo: el derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible? ¿O nuestras elevadas promesas no son más que palabras?”, inquirió.