Cepal presenta 14 áreas de trabajo de América Latina con la UE
Con información IPS Venezuela
Desde la producción de minerales hasta la igualdad de género y el turismo sostenible, la región latinoamericana y la Unión Europea (UE) disponen de al menos 14 grandes áreas para acentuar la inversión y la colaboración, planteó este viernes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La Cepal preparó el estudio “Oportunidades para la inversión y la colaboración entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea” como aporte para la Cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se celebrará el lunes 17 y el martes 18 de julio en Bruselas.
El documento busca “contribuir a un mejor entendimiento de los espacios de oportunidad con que cuentan ambos bloques”, observó el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.
Se trata de “dinamizar el crecimiento y el empleo, enfrentar los enormes desafíos del escenario actual y reforzar el llamado a la acción y a la cooperación internacional para superar limitaciones, aprovechar oportunidades y crear espacios de esperanza”, abundó Salazar-Xirinachs.
Los sectores identificados son la transición energética, la electromovilidad, la economía circular, la bioeconomía, el reacomodo geográfico de la producción, la industria farmacéutica y de ciencias de la vida, y la de dispositivos médicos.
Asimismo, la exportación de servicios modernos habilitados por las tecnologías de la información y las comunicaciones, la fabricación avanzada, la igualdad de género y la sociedad del cuidado, la gestión sostenible del agua, el turismo sostenible, el gobierno digital y la seguridad alimentaria.
La publicación destaca que, en materia comercial, la UE tiene acuerdos comerciales vigentes con 25 países de América Latina y el Caribe, cifra que se ampliaría a 29 al concretarse la firma y entrada en vigor del acuerdo alcanzado con el Mercado Común del Sur (Mercosur) en 2019.
Ello convierte a la Unión Europea en el socio extrarregional con la mayor red de acuerdos en la región.
Brasil históricamente ha sido el principal exportador regional a la UE y en 2021 alcanzó una participación de 38 % en el valor total exportado, y en conjunto con los otros socios del Mercosur (Argentina, Paraguay y Uruguay), alcanzaron 49 %.
La canasta exportadora de Mercosur está dominada por los recursos naturales en forma primaria o procesada: petróleo, soja, cobre, hierro, café y celulosa.
México es, desde 2015, el principal importador regional desde la UE, y en 2021 concentró poco más de un tercio de las compras totales. Entre sus importaciones se destacan medicamentos, autos y autopartes, productos químicos y plásticos.
En el país se registra una amplia presencia de fabricantes europeos de vehículos, cuya producción se destina tanto al mercado interno como a la exportación, principalmente a Estados Unidos.
En cuanto a inversiones, la UE ha sido el principal origen del capital extranjero, 43 % de la inversión extranjera directa que ingresó a la región entre 2010 y 2021. En 2021 se recibieron 33 000 millones de dólares (36 % del total), superando a las inversiones de Estados Unidos (24 %) y a las intrarregionales (7 %).
El interés de las empresas europeas en el desarrollo de energías renovables en la región ha contribuido a que los países de América Latina y el Caribe avancen hacia matrices energéticas más limpias, reconoció el texto de la Cepal.
Esas empresas también han desempeñado un papel relevante en el despliegue de infraestructura habilitante para la economía digital.
Además, con inversiones en la industria automotriz, han apoyado el desarrollo de habilidades y capacidades en manufactura avanzada, principalmente en México y Brasil, lo que permite a la región avanzar en la sofisticación de sus economías.
En cuanto a la transformación del modelo de desarrollo económico, la Cepal destaca cinco avances tecnológicos y recursos clave en la región: las energías eólica y solar, el almacenamiento, el litio y el cobre, la electromovilidad y el hidrógeno verde, y las celdas de combustible.
Subraya que América Latina y el Caribe está dotada de vastos recursos de energía renovable y podría obtener hasta 80 % de electricidad renovable de manera asequible, haciendo uso de los abundantes recursos eólicos y solares a medida que su costo continúa disminuyendo.
La región además se perfila como referente mundial de minerales estratégicos, pues posee 47 % de las reservas mundiales de litio, 37 % de las de cobre, 23 % de las de grafito natural, 21 % de las de zinc, 17 % de las de tierras raras, 16 % de las de níquel y al menos seis por ciento de las de cobalto.
En el área de servicios, América Latina y el Caribe es la segunda región del mundo, detrás de Oceanía, con la mayor cantidad de recursos hídricos renovables por habitante, pero 161 millones de personas no tienen acceso a agua potable gestionada de manera segura, y el saneamiento no es seguro para 431 millones.
Existe, por tanto, una necesidad y también una oportunidad de impulsar la inversión para universalizar la cobertura de estos servicios a toda la población, generando además empleos verdes y nuevos ingresos, reduciendo los impactos sobre el medio ambiente y mejorando la salud pública.
Otra área para inversión es el turismo, que representa por ejemplo 40 % de las exportaciones de servicios en México y América Central, y el estudio destaca que, después de las restricciones impuestas por la covid-19, se ha incrementado el interés por reconstruir el sector de una manera inclusiva y sostenible.
Con casi 660 millones de habitantes, América Latina y el Caribe presenta gran crecimiento en el sector de la salud, las ventas de medicamentos aumentaron de 34 300 millones de dólares en 2008 a 69 500 millones en 2017, y las ventas farmacéuticas crecieron 15,6 % durante la pandemia.
La región también ofrece muchas oportunidades en la producción de alimentos y en la economía del cuidado, que puede incrementar el empleo, los ingresos de las familias y también los del Estado, según el documento.
Avanzar en la economía del cuidado supone superar la asignación estereotipada de esas labores como una responsabilidad de las mujeres y avanzar en la corresponsabilidad en la provisión de cuidados, tanto entre hombres y mujeres, como entre el Estado, los mercados, las comunidades y las familias.
Aproximaciones realizadas en la región cuantifican que el trabajo de cuidados, a través del trabajo no remunerado en los hogares, tiene un valor de entre 15 y 27 % del producto bruto, y en promedio 74 % de ese aporte lo realizan las mujeres.
El documento sostiene que dinamizar las inversiones y fortalecer los vínculos productivos pueden reforzar una alianza estratégica que respalde a la región en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y fortalezca la presencia internacional de la UE.