Con un emotiva discurso el Embajador Romain Nadal se despide de Venezuela
«No pierdan su optimismo porque es contagioso», dice Romain Nadal a la sociedad venezolana en un sentido discurso de despedida con el que cierra públicamente su gestión, que termina de manera oficial el 3 de agosto. Su sucesor viene de Honduras y se llama Emmanuel Pineda
Distinguidas autoridades,
Estimada y estimado consejeros de los Franceses en el extranjero Liliane Chosserie y Stéphane Freychet,
Estimadas y estimados embajadores y miembros del cuerpo diplomático acreditados en Venezuela,
Queridas y queridos socios y amigos, franceses y venezolanos,
Gracias a todas y todos por estar aquí y gracias infinitas a los numerosos socios que, año tras año, permiten la organización de esta Fiesta nacional de Francia en Caracas a través de su invaluable apoyo y cuyos logos aparecen en la pantalla. Entre tantos generosos patrocinadores, quiero destacar el gran apoyo que nos brindaron las empresas Maurel & Prom, Chevron, S.C. Johnson, Wayne, Farmacias Saas y Meikan.
Señoras y señores,
Llegué a Venezuela el 18 de junio de 2017, hace ya más de 6 años, en el contexto que todos ustedes conocen – el de una crisis política, económica y humanitaria, a la cual se sumó la crisis sanitaria.
Han sido seis años de trabajo intenso, marcados por cientos – hasta miles – de encuentros con una amplísima gama de venezolanos – no solamente políticos y diplomáticos sino emprendedores, académicos, artistas, periodistas, defensores de derechos humanos, estudiantes, comunidades indígenas y muchísima gente admirable del común.
Han sido seis años en los cuales, con todo el equipo de la Embajada, hemos trabajado alrededor de un eje fundamental: la solidaridad ante la crisis.
En primer lugar, solidaridad con nuestra comunidad francesa. Muchos franceses que habían pasado gran parte de su vida aquí se tuvieron que ir o se volvieron más precarios en los últimos años. Con el equipo consular, los representantes de los franceses en Venezuela, los cónsules honorarios y los chefs d’îlot, hemos procurado atenderlos de la mejor manera posible. Hemos distribuido ayudas sociales a los más necesitados, sobre todo durante la pandemia; mantuvimos becas; brindamos vacunas contra la COVID-19 a la comunidad francesa y a la comunidad del Colegio Francia; repatriamos compatriotas que ya no se podían sustentar aquí; y desarrollamos capacitaciones en emprendimiento. Hemos organizado elecciones para que nuestros conciudadanos puedan tomar parte en el proceso democrático francés, más recientemente con la elección legislativa parcial en abril pasado. Hemos apoyado la organización de solidaridad Présence française y su Casa Chichi para adultos mayores. Présence française está presente hoy con nosotros y todavía necesita del apoyo de todos así que les invito a visitar su stand. También hemos reforzado el Colegio y las Alianzas francesas, permitiendo incluso la apertura de una nueva alianza en Puerto Ordaz.
En segundo lugar, solidaridad con las venezolanas y los venezolanos. Logramos obtener fondos como nunca antes para apoyar organizaciones internacionales y francesas presentes en Venezuela, pero sobre todo para financiar proyectos de la propia sociedad civil venezolana, cuyo dinamismo no me deja de impactar. Son demasiados proyectos para poder nombrarlos a todos, pero abarcan desde promoción de los derechos civiles y políticos, igualdad de género, derechos LGBT+, salud sexual y reproductiva hasta alimentación, desarrollo sostenible, telemedicina para poblaciones indígenas, inclusión de personas con discapacidad y promoción del deporte. Hace tres días estuve inaugurando en Valencia una escuela sostenible con nuestros socios de Lata de Agua. En marzo, lanzamos la cuenta regresiva hacia los Juegos Olímpicos de París 2024 en el gimnasio inclusivo de Asogin. Un año antes, estábamos en los Llanos visitando comedores escolares con el Dividendo Voluntario para la Comunidad, comunidades vulnerables con Fundehullan y la Escuelita de los Llanos con El Semillero. Son unos pocos ejemplos de tantas iniciativas que estamos orgullosos de acompañar. Y a estas acciones de solidaridad, le tenemos que sumar una amplia gama de eventos culturales para compartir con los venezolanos un poco de Francia – su idioma, su cine, su teatro, su deporte, sus debates de ideas y muchas más ventanas al mundo.
La solidaridad de Francia ante la crisis también explica nuestros esfuerzos para promover un acuerdo político entre las partes venezolanas. A pesar de las dificultades, seguimos apostando a la negociación como vía para lograr una reconciliación del país alrededor de elecciones libres y democráticas. Compartimos este compromiso con nuestros socios europeos, el Reino de Noruega y los países latinoamericanos de buena voluntad. Por esta razón, Francia organizó el 11 de noviembre pasado una reunión en París con los jefes de delegaciones negociadoras del gobierno y de la Plataforma Unitaria, en la cual participaron los Presidentes Macron, Petro y Fernández. También participé en nombre de Francia en la reunión de Bogotá del 25 de abril. Siempre seguiremos propiciando el encuentro y el diálogo en pro de un acuerdo entre venezolanos.
Finalmente, en estos seis años, la solidaridad ha guiado cada vez más la política exterior francesa a nivel global con numerosas iniciativas en materia de lucha contra el cambio climático y contra la pobreza, ayuda al desarrollo, diplomacia feminista y regulación económica. Los desafíos del mundo de hoy exigen que trabajemos para lograr soluciones concretas, basadas en el multilateralismo, la cooperación y la regla de derecho. Esto es la esencia de un verdadero mundo multipolar y solidario. Un mundo multipolar y solidario no es la invasión imperialista de un país vecino, como lo propone Rusia. Tampoco es el oscurantismo y la represión, como lo practica Irán. Tampoco es la aniquilación de la sociedad civil, como lo plantea Nicaragua. Para Francia, es importante poder contar con Venezuela para enfrentar los retos compartidos. Aún más porque somos vecinos. Compartimos el mar Caribe a través de Guadalupe y Martinica y la selva amazónica a través de la Guyana francesa. Esta vecindad hace que compartimos también desafíos, desde la lucha contra el narcotráfico y la preservación del medio ambiente, en las cuales estamos muy activos.
Señoras y señores,
Después de estos seis años – una duración inusual para un embajador – mi misión en Venezuela culmina el próximo 3 de agosto.
Pronto llegará mi sucesor Emmanuel Pineda, actual embajador de Francia en Honduras. Me cuesta abandonar Venezuela, un país que me ha recibido con tanto cariño, que me ha enseñado muchísimo como diplomático y como ser humano y que siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Pero sé que el trabajo colectivo que ha emprendido la Embajada en los últimos años seguirá y por eso quiero agradecer de manera muy especial a todos y cada uno de los miembros de mi equipo, así como a todos nuestros socios venezolanos.
Para terminar, quisiera dirigirle a la sociedad venezolana unos mensajes:
Nunca pierdan su optimismo, porque es contagioso. Esa forma con la que ustedes enfrentan los problemas y las crisis, que consiste en trabajar sin desfallecer y además con una sonrisa, es realmente maravillosa y es lo que más me ha impresionado. Para mí, que he conocido diversas culturas alrededor del mundo, ustedes poseen una cualidad preciosa que se manifiesta en sus ganas insaciables de conseguir un futuro mejor para sus familias, y para Venezuela.
El precursor, Francisco de Miranda, único latinoamericano cuyo nombre está inscrito en el Arco de Triunfo de París, una vez dijo que: “El trabajo y la moral son las bases fundamentales sobre las cuales reposa el sólido sistema de la libertad”. Esa libertad, conjuntamente con la igualdad y la fraternidad tan apreciada por los venezolanos, son valores compartidos muy arraigados que han unido durante siglos al pueblo venezolano con el francés. Sigamos caminando juntos alrededor de esas convicciones.
El esclarecido héroe continental Simón Bolívar, que tanto luchó por la libertad, escribió que: “La unidad lo hace todo y, por lo mismo, debemos conservar ese precioso principio”. No pierdan nunca ese sentido de unión que aconsejó Bolívar, para lograr el futuro mejor que todos ustedes desean y que con tanto esfuerzo persiguen.
Amigos venezolanos, me voy a trabajar en otro país porque mis funciones así lo exigen, pero dejo mi corazón por siempre en el Ávila, en Roraima, en Petare, en Apure, en Catia, y sobre todo con ustedes. Despedirse nunca es fácil y menos cuando uno no se quiere ir de un sitio que considera prácticamente como el suyo. Gracias por haberme recibido como lo hicieron. Con un cariño sólido y sincero que nunca olvidaré.
Y nuevamente gracias por acompañarnos hoy en este día de Fiesta Nacional.
¡Viva Venezuela!
¡Viva Francia!
¡Y viva la amistad franco-venezolana!