Chile busca convertirse en polo latinoamericano de almacenamiento y transmisión de datos
Chile quiere ser una palanca de América Latina para el almacenamiento y la transmisión de datos, mediante el desarrollo de centros de datos, el aprovechamiento de su riqueza en energías renovables y su óptima interconexión digital.
En contrapartida, el gran requerimiento de agua para enfriar los servidores y la resistencia de organizaciones sociales y locales a las que no se consulta aparecen como los obstáculos principales en esta estrategia.
Las autoridades impulsan un hub tecnológico, como se denomina al concentrador o punto de conexión logístico para centralizar numerosos nodos de una red de computadoras, donde converjan empresas, inversiones y talento.
Un paso clave en esa dirección es el Plan Nacional de Data Centers (PData), lanzado por el gobierno del izquierdista presidente Gabriel Boric en diciembre 2024.
El PData se sumó a la Ley Marco de Ciberseguridad, promulgada en abril 2024, que estableció requisitos mínimos para la prevención, contención, resolución y respuesta a incidentes de ciberseguridad, aplicable a organismos estatales y empresas privadas.
El PData apunta a posicionar a este alargado país sudamericano como polo latinoamericano de los centros de datos.
“El desarrollo tecnológico chileno está en un punto de inflexión que definirá nuestra posición como actor relevante en la región. A futuro, esto podría significar contar con la capacidad para alojar infraestructura destinada al entrenamiento de grandes modelos de inteligencia artificial”: Andrés Díaz.
Se lanzó 10 meses después que un tribunal ambiental de Santiago, la capital de este país de 18,4 millones de habitantes, frenó un millonario proyecto de Google en el municipio de Cerrillos, en la periferia santiaguina, impidiéndole usar agua para enfriar los servidores.
La paralización fue un triunfo para pobladores organizados en el Movimiento Socioambiental Comunitario por el Agua y el Territorio (Mosacat), una coalición ecologista surgida en Cerrillos.
Google había anunciado que modificaría el sistema de enfriamiento usando menos de los 169 litros de agua por segundo previstos. Pero, tras la decisión judicial, suspendió el proyecto en que iba a invertir 40 millones de dólares y hubiera sido su segundo centro de datos en el país, tras otro que opera desde 2015 en Quilicura, también en la periferia de Santiago.
Tania Rodriguez, vocera de Mosacat, valoró la fuerza de los pobladores para “convencer a una multinacional de que su proyecto no era posible con un recurso hídrico tan escaso”. “Las empresas son las que tienen que tomar conciencia del uso desmedido de nuestros recursos”, planteó en una entrevista con un medio sindical.
Nueva realidad
Para impulsar los centros de datos, el gobierno de Boric reunió a todas las partes interesadas y logró cuajar el PData, con el objetivo de dar certezas a todos los sectores y posibilitar su instalación masiva en el país.
En la argumentación para el plan, se remarca que Chile cuenta con abundante energía renovable de bajo costo, una infraestructura de 62 000 kilómetros de fibra óptica, conexión hacia una red de 69 000 kilómetros de cables submarinos, así como 3,8 millones de dispositivos conectados a la red 5G.
Alejandro Barros, profesor de ingeniería e investigador del Centro de Sistemas Públicos de Ingeniería Industrial de la pública Universidad de Chile, dijo a IPS que la principal lección tras la crisis con Google fue la necesidad de dotar a Chile con una política pública para el establecimiento y gestión de los centros de datos.
Según Barros, el PData “avanza de manera bien importante al establecer el modo de gobernanza de estos proyectos porque son múltiples instituciones del Estado que van a estar vinculadas. Es relevante cómo se logra una mejor sinergia y coordinación en todos los sectores vinculados a estos proyectos”.
“En Europa se está volviendo a reutilizar energía nuclear y en Estados Unidos empiezan a usar energía basada en fósiles. Chile tiene la ventaja de su producción muy significativa de energías renovables”: Alejandro Barros.
“Mi preocupación es que el plan se presentó al término de una administración”, dijo al recordar que el mandato de Boric concluye en marzo 2026.
“La pregunta es qué va a hacer la próxima administración. Habrá que construir data centers, pero ¿cómo nos ponemos de acuerdo para que Chile cumpla estándares, tenga un buen dialogo con las comunidades y no partamos de cero de nuevo?”, planteó.
Microsoft instala su nube regional
En el 2017 había en Chile seis proyectos de centros de datos. Hoy son 38 los que están en operación.
Parece más cercano que empresas de diverso tamaño exporten datos e información procesada desde Chile para atender la demanda externa.
Según Fitzgerald Cantero, director de estudios y proyectos de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), el crecimiento del uso de inteligencia artificial superará anualmente la tasa de 31 % para 2029.
En la región latinoamericana, 78 % de los centros de datos se concentran actualmente en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México.
Durante el foro Data Centers y Energía, organizado por el Instituto de las Américas y realizado en Santiago el 21 de agosto, Cantero dijo que la inversión en inteligencia artificial en 2025 será de 7000 millones de dólares y saltará a 10 000 millones el 2029.
Juan Carlos Olmedo, coordinador eléctrico de Chile, sostuvo en el foro que la energía eléctrica requerida por los centros de datos en este país se cuadriplicará para 2032, al pasar de los actuales 325 megavatios (MW) a 1360.
El 18 de junio, Microsoft abrió en Santiago su primera Región de Datacenters para respaldar el crecimiento económico, la innovación tecnológica y el desarrollo social, indicó la empresa transnacional tecnológica.
Según Microsoft, esta infraestructura de última generación brindará servicios digitales a empresas y organizaciones públicas, mejorando su velocidad, privacidad, seguridad y almacenamiento de datos conforme a regulaciones locales y alta disponibilidad.
La nueva red de centros de datos, llamada Región de Nube Microsoft, está también emplazada en Santiago, compuesta por tres ubicaciones físicas independientes, cada una con uno o más centros de datos, y brindará servicios a varios países sudamericanos.
Según la empresa estadounidense desarrolladora de software, la apertura de este Datacenters regional generará 35 300 millones de dólares en ingresos netos nuevos durante los próximos cuatro años, tanto por parte de Microsoft como de socios y clientes que utilizan su nube.
“De ese total, alrededor de 3300 millones de dólares se invertirán directamente en Chile contribuyendo al desarrollo de este país y creando unos 81 041 empleos entre el 2025 y el 2029”, detalló la empresa tecnológica.
En su momento, Boric expresó su alegría por este nuevo proyecto, calificándolo como una muestra de confianza para que Chile siga integrándose y se transforme en un gran centro tecnológico en América Latina.
Chile está ahora conectado a una red global que cruza el planeta, dijo, lo que refuerza al país como “un excelente destino para la inversión, situándonos a la vanguardia regional en innovación y tecnología”.
“Los centros de datos y la economía digital están transformando la sociedad y esto no es algo solo para algunos sectores, es para todos”, subrayó el presidente.
Los pros y contras de los centros de datos
Andrés Díaz, director de la Escuela de Ingeniería Industrial de la privada Universidad Diego Portales, cree que Chile ha logrado posicionarse como un centro tecnológico atrayendo inversiones en infraestructura digital.
Sobre las proyecciones de esta estratégica industria, sostiene que lo importante es dar señales claras de estabilidad y seguridad.
“El país posee condiciones favorables desde recursos naturales hasta capacidades técnicas; no obstante, la confianza para asegurar la atracción de inversión sigue siendo clave”, afirmó a IPS.
Según este académico, “el desarrollo tecnológico chileno está en un punto de inflexión que definirá nuestra posición como actor relevante en la región. A futuro, esto podría significar contar con la capacidad para alojar infraestructura destinada al entrenamiento de grandes modelos de inteligencia artificial”.
Los centros de datos permiten el funcionamiento de aplicaciones como la mensajería instantánea o ver contenidos en plataformas. Y son fundamentales para enviar, almacenar e interconectar la información de empresas, administración pública, hospitales y entidades bancarias.
Si un centro de datos deja de funcionar afectaría desde semáforos hasta el correo electrónico y los cajeros automáticos. El teletrabajo, las videollamadas, la comida a domicilio, el cine en casa son también actividades derivadas de su funcionamiento.
Así que los llamados data centers se han convertido en infraestructura crítica, como los demás servicios básicos.
“Tanto en Europa como en Estados Unidos la demanda por procesamiento de datos masivos es exponencial, sobretodo por lo que está pasando con la inteligencia artificial”, comentó a IPS el profesor Barros.
“Es lo que se ve en los planes de infraestructura tecnológica que impulsan Estados Unidos y China con todas sus variables positivas y negativas”, agregó.
Advirtió por ello riesgos y desafíos, especialmente para el medioambiente, incluyendo el tipo de energía que se usará: renovable o basada en fósiles.
“En Europa se está volviendo a reutilizar energía nuclear y en Estados Unidos empiezan a usar energía basada en fósiles. Chile tiene la ventaja de su producción muy significativa de energías renovables”, explicó.
En el 2024 las energías renovables aportaron cerca de 68 % de la generación eléctrica chilena, con 35 % proveniente de fuentes variables como la solar y eólica.
Pero el desafío principal es el agua por los grandes volúmenes que se consumen para enfriar los servidores, dado que el enfriamiento por aire es menos eficiente.
“Eso significa tener claridad de cuánto es el consumo de agua, qué impacto tendrá en la zona donde se instalarán data center y conocer si es una zona con problemas hídricos o sequía por largos períodos”, subrayó Barros.
Destacó asimismo la relevancia de otorgar mayor transparencia y acceso a información al dialogar el tema del agua con las comunidades locales precisándoles cuánta se requerirá y qué impacto habrá en las cuencas o en el consumo humano.
Las sequías han afectado diversas regiones de Chile en un período de 40 años, desde 1979 al 2019. Además, el norte de Chile es una de las regiones más secas del mundo y la región central, que alberga a 70 % de la población nacional tiene un déficit hídrico permanente desde el año 2010.
Los dirigentes de las localidades involucradas insisten en que se obligue a los centros de datos a someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, lo que incluye a una evaluación gubernamental y una consulta ciudadana.
Actualmente, para instalar un centro de datos solo debe efectuarse una Declaración de Impacto Ambiental donde es la misma empresa la que informa sobre los posibles riesgos.