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«La ballena» puede comerse hasta tres Oscar

De entrada «La Ballena» no es una cinta que busca un final feliz, sino que incita al espectador a confrontarse con sus creencias y fantasmas. Basada en la exitosa pieza teatral del mismo nombre que fue escrita por Samuel D. Hunter, quien también escribió la adaptación cinematográfica, pero realizando pocos cambios al texto, lo que le da fuerza al trabajo actoral.

En una entrevista realizada con el protagonista Brendan Fraser, Hong Chau y la joven Sadie Sink, recalcaron lo importante que fue el encierro por varias semanas del grupo actoral (en total fueron cinco con otro haciendo un cameo) para ensayar y lograr ese acople de grupo, necesario para que se transmite esa naturalidad en la pantalla que exigía la cinta y que se logró muy bien.

Decir lo bueno que es el director Darren Aronofsky, especialista en tramas sicológicas donde los personajes se abren a fondo, es redundante. Prueba de ellos fueron sus exitosas “Requiem para un sueño” (2000), “El Luchador” (2008), “El cisne negro” (2010), “Noé” (2014) y “Madre” (2017). Es indudable que dirigir y sacar el lado obscuro de cada actor y actriz es su especialidad.

Prueba de ello fue Brendan Fraser, quien estuvo prácticamente retirado del cine por casi dos décadas por situaciones personales. La versión en carne y hueso del comic “George de la Selva”, pero sobre todo la trilogía de “La Momia” lo hicieron famoso a finales de los noventa y comienzos de este nuevo milenio. Lo importante es que el salto que da de la comedia, pasando por el semi retiro prolongado, al papel del atribulado Charlie, es grandioso.

En una sinopsis de la cinta podemos señalar que Charlie es un homosexual que salió del closet ocho años antes, dejando a su esposa e hija, para estar con su verdadero amor que fallece tras una enfermedad. Si era gordo, esta tragedia lo lleva a pesar 250 kilos, comiendo sin control. Por supuesto, que los problemas de sobrepeso ya le indican que pronto morirá de un ataque cardíaco. Quiere morir, pero también quiere redimirse ante su hija Ellie (Sadie Sink), quien lo odia; aparte de encontrar un poco de comprensión en más que una enfermera, su amiga Liz (Hong Chau, actriz tailandesa); y lidiar con un fanático religioso, al que le decose sus debilidades.

No contaremos más, porque la idea es que los espectadores vivan esta trama. Sin embargo, los premios recibidos y las tres nominaciones al Oscar: mejor actor (Brendan Fraser), actriz secundaria (Hong Chau) y maquillaje hablan por sí solos. Lamentablemente también por lo menos debió ser nominado el director, Darren Aronofsky, a quien nadie le quitará lo bailado con esta producción

Por: Eduardo Chapellín

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