Arte y Cultura

Rafael Barazarte: “Los que ríen los últimos es la vida misma”

Por: Eduardo Chapellín

Son doce números de payasos. Son doce números, además, donde ellos empiezan o tratan de en alguna manera encontrar la vía a que ellos ni siquiera saben a dónde. Y se caen….  Y vuelven otra vez.  Y vamos a buscar la vía otra vez.  Y se caen. Y vuelven otra vez.  Es la vida misma, básicamente para el artista, el médico.  Eso es lo que buscamos. Que la gente salga aquí reflexionando”, señaló el director Rafael Barazarte, quien está al frente de Los que ríen los últimos.

La obra ha sido montada originalmente por la compañía española La Zaranda y escrita por Eusebio Calonge. La misma estará en su primera temporada hasta este domingo 13 de julio en el Trasnocho Cultural en Caracas, con función este viernes a las ocho de la noche; mientras sábado y domingo a las 7:00 pm. Cuenta con las actuaciones de Miguel Issa, Antonio Delli y Wilfredo Cisneros.

La trama nos sumerge en la historia de tres artistas, fragmentos de pasiones olvidadas, que se encuentran en un vertedero, aislados y atrapados en la incomprensión. A pesar de haber conocido la gloria, ahora son disidentes de su tiempo, en busca de un nuevo significado para sus vidas. En este viaje, la poesía, la memoria, la reflexión sobre el tiempo y la crítica social se entrelazan con la risa y la alegría para dar sentido a la existencia en medio de la adversidad. Productora de Sueños, bajo la batuta de Carolina Rincón, fue la encargada de traerla al país.

ALTOS Y BAJOS

Miguel Issa, quien es un avezado director teatral y coreógrafo, debió cambiar el encendido, porque ahora su responsabilidad es actuar: “Porque, por supuesto, yo tengo ideas. Estoy viendo, pero de verdad me he entregado a la dirección, acatando lo que dice el director (Barazarte). Si yo lo dirigiera, a lo mejor lo haría de otra manera, pero es muy sabroso estar de este lado y no tener que estar pensando en la producción, en todo lo que implica producción y espectáculo en este momento, sino que uno llega, está el vestuario ahí, tienen hasta empanaditas, el cafecito, y no soy yo quien lo estoy comprando, (risas). A mí me encanta estar en este escenario, de verdad”.

Antonio Delli reflexionó sobre esta trama que en clave de humor negro, deja al espectador meditabundo:  «Una carrera tan con altos y bajos como es la carrera artística, donde la constancia y la perseverancia son el éxito realmente. Entonces, estos payasos que están allí, que tratan de vivir de sus glorias pasadas y tratan de volver al ruedo, donde además los payasos, los circos, están tan venidos a menos hoy en día en el mundo, ya no es lo mismo que antes, salvo excepcionalmente  como el Cirque du Soleil, que es otra cosa”.

«Es un texto difícil, como dice Miguel, comprometido, muy poético, muy divertido por momentos, muy especial y que estamos descubriendo y que en cada función vamos a seguir descubriendo, cómo lo estamos haciendo en esta temporada», agregó siempre emocionado Delli.

Cisneros más entusiasmado, señaló: «Y bueno, en algo coincido, es que hay dos razones por las cuáles un actor acepta un espectáculo. La primera y la más común, por absoluta necesidad, porque hay muchísimos más actores que espectáculos (risas).  La otra razón es por una identificación instantánea con el texto y eso fue exactamente lo que me pasó a mí: me conmovió profundamente porque la obra trata, a veces con mucha risa, acerca de la naturaleza humana, de saber lo que se tiene que hacer para seguir siendo humanos.  Porque una cosa es vivir y otra es existir.  Entonces, las cosas que justifican seguir viviendo y estos tres remolinos con todas sus contradicciones, con toda su larga historia pasada que se evidencia en el espectáculo. Lo sorprendente en este espectáculo es que sea tan breve, (menos de una hora), pero muy emotivo».

Para más información, están las redes sociales de @carorin / @trasnochocultural

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