El zumbido vital, escucharlo
El bramar del río, los graznidos de guacamayas, trinos de una gran diversidad de pájaros, gruñidos de monos son los sonidos característicos de la selva. Entre ellos destaca un zumbido, que por constante pasa desapercibido: múltiples especies de abejas sobrevuela la Amazonía haciendo extensos corredores de polinización, un recorrido fundamental para la vida.
A lo largo de América Central y América del Sur, millones de abejas forman parte del intrincado tejido de los ecosistemas ahí presentes, sustentando la biodiversidad, la producción de alimentos, medicina tradicional y favoreciendo los medios de vida a nivel local y comunitario.
La relevancia que ocupan estos insectos en la sostenibilidad ecosistémica es considerada desde el Proyecto de Gestión Integrada de Paisajes Sostenibles para la conservación del bioma forestal Amazonas, impulsado por el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo (MINEC), en articulación con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) y el Fondo Mundial para el Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés).

Este proyecto impulsa la formación y capacitación de la meliponicultura (cría y manejo de abejas sin aguijón) en la comunidad indígena Meliponini, como una acción pertinente para el mejoramiento de medios de vidas de las comunidades indígenas, conservación y equilibrio de la diversidad biológica en el territorio.
La meliponicultura es una práctica ancestral realizada por comunidades campesinas e indígenas en regiones tropicales y subtropicales. En la Amazonía venezolana, diversos pueblos y comunidades indígenas han integrado la cría de estas abejas a sus medios de vida. Una de las formas tradicionales de esta actividad consiste en la construcción artesanal de colmenas, aunque también se conserva la técnica de mantener los nidos en sus troncos originales y trasladarlos cerca de las viviendas para facilitar su manejo.
La comunidad indígena Huottüja (Piaroa) de Paria Grande en el estado Amazonas, Venezuela, desde aproximadamente el año 2003 ha desarrollado una relación de reciprocidad con las abejas meliponas: la comunidad aprovecha la producción de las abejas, y en correspondencia le garantizan un hábitat adecuado para la protección y alimentación, construyendo colmenas artesanales con maderas locales.

La meliponicultura produce valiosos bienes como miel, polen, cera y propóleos, empleados tanto en la alimentación como en la medicina tradicional. Además, en su actividad diaria, estas abejas desempeñan un papel fundamental en la polinización de los árboles de los ecosistemas locales y de los cultivos en los conucos. En la comunidad de Paria Grande, la miel tiene usos medicinales y en rituales shamánicos (prácticas y creencias culturales indígenas), mientras que la cera se destina a la elaboración de artesanías.
En otros pueblos indígenas, la cera producida por estas abejas ha sido utilizada como combustible para fuentes lumínicas. Aunque la cría de abejas se desarrolla de manera ecológicamente responsable, aún persisten prácticas perjudiciales en el territorio, como la extracción de productos de panales silvestres mediante el derribo de árboles, lo que provoca la muerte de colonias y la disminución de las poblaciones naturales.
Importancia de promover la meliponicultura en un proyecto de Gestión Integrada de Paisajes Sostenibles
La Gestión Integrada de Paisajes Sostenibles es una perspectiva de trabajo que aborda la complejidad de los territorios reconociendo las conexiones y complementariedades sistémicas entre los elementos naturales, sociales y económicos que los conforman. Desde esta perspectiva se promueve la colaboración y articulación entre diversos actores (gobierno, comunidades locales, empresas y organizaciones ambientales), teniendo como propósito la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, al mismo tiempo que se fomenta el desarrollo económico y el bienestar social de las poblaciones que habitan el paisaje.
Se trata de un enfoque holístico que busca optimizar el uso de la tierra a través de la planificación participativa y la implementación de prácticas sostenibles en diferentes sectores productivos, como la agricultura y el ecoturismo, por ejemplo.

La Gestión Integrada de Paisajes Sostenibles considera la escala del paisaje en su totalidad, identificando sinergias y gestionando los posibles conflictos entre diferentes usos y necesidades. Al integrar consideraciones ambientales, sociales y económicas desde el inicio, se busca construir paisajes resilientes y productivos a largo plazo, asegurando así un futuro sostenible para las generaciones venideras.
En este contexto, el proyecto Amazonas ha incorporado la promoción de la meliponicultura como parte de su gestión, impulsando procesos de formación en comunidades indígenas del territorio amazónico. Por un lado, esta iniciativa busca mejorar los medios de vida de estos pueblos, y por otro, contribuir a la recuperación y equilibrio de los ecosistemas.
Las abejas puntales de la biodiversidad y la estabilidad de los ecosistemas
La polinización, proceso de intercambio de polen entre las flores, es fundamental para la reproducción de la mayoría de las plantas terrestres. Las abejas son polinizadores extraordinariamente eficientes debido a su comportamiento de forrajeo constante y su especialización en la recolección de néctar y polen, lo que permite que exista una correspondencia entre la abundancia y diversidad de polinizadores (entre los cuales abejas ocupan un lugar preponderante), incidiendo de manera favorable en la salud y productividad de los ecosistemas naturales.
La disminución de las poblaciones de abejas, por lo tanto, representa una importante amenaza para la biodiversidad, pudiendo desencadenar efectos en cascada a través de las cadenas tróficas y comprometer la estabilidad de ecosistemas enteros. La polinización por abejas no solo asegura la reproducción de las plantas, sino que también influye en la diversidad genética de las poblaciones vegetales, haciéndolas más resilientes a enfermedades y cambios ambientales.
Se identificaron 106 especies vegetales que son visitadas por las abejas sin aguijón, proporcionando néctar, polen y resinas para su alimento, protección física y sanitaria de las colmenas. Estas plantas se encuentran en diversos ecosistemas como sabanas, vegetación saxícola, conucos indígenas (unidades de producción agrícola con alta variabilidad florística), vegetación sucesional (rastrojos) y huertos caseros, patios y jardines (con alta diversidad de especies melíferas). El estudio destaca además que la flora apícola de la zona provee recursos durante todo el año debido a la variedad de especies y sus períodos de floración prolongados.

Servicios Ecosistémicos de las Abejas
Las abejas realizan una valiosa función ecosistémica, la cual se podría mencionar resumidamente, de la siguiente manera:
Regulación:
Polinización: La polinización es un proceso esencial para la reproducción vegetal. La mayoría de las plantas con flores requieren la ayuda de polinizadores para producir frutos y semillas. El 75 % de los 115 principales cultivos manejados a nivel mundial dependen de polinizadores. Hasta un 35 % de la producción alimentaria mundial anual por peso depende de polinizadores. Entre los insectos polinizadores las abejas son el principal actor.
Biodiversidad y conservación: Las abejas son un componente fundamental de la biodiversidad. Su labor de polinización repercute en la reproducción de innumerables especies de plantas, lo que a su vez sustenta la vida de muchos otros organismos y mantiene la salud de los ecosistemas y suelos -que nutren los alimentos que son responsables de su calidad nutricional- contribuyendo en la preservación de la biodiversidad y la sostenibilidad ambiental.
Productos: De la producción de las abejas podemos destacar:
Miel: La miel tiene valor terapéutico y nutricional debido a sus propiedades funcionales, incluyendo eficacia antimicrobiana y antioxidante.
Cera de abeja: Es la base de la colonia y tiene una amplia gama de usos humanos, incluyendo cosméticos, productos farmacéuticos, arte, fabricación de velas, barnices y pulimentos.
Polen de abejas: Es la principal fuente de nutrición para las abejas (proteínas, ácidos grasos, esteroles, minerales y vitaminas). Es relevante para la nutrición humana como suplemento.
Propóleo: Exudados resinosos de plantas recogidos por las abejas para sellar la colmena, posee propiedades antibacterianas, y es capaz de reforzar el sistema inmunológico. Tiene un valor nutricional y medicinal significativo.
Los servicios ecosistémicos, incluyendo los beneficios ecológicos proporcionados por las abejas, suelen ser subestimados o pasar desapercibidos, lo que contribuye a su infravaloración. Es fundamental reconocer la magnitud de estos servicios, no solo para mejorar los medios de vida de manera ecológicamente responsable, sino también para garantizar el equilibrio de la diversidad biológica y la supervivencia humana.
Día Mundial de las Abejas, reconocimiento retributivo de la humanidad.
Para sensibilizar y concienciar en torno a la importancia fundamental que tienen las abejas en el equilibrio y conservación de la vida en el planeta, en el año 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas elaboró la resolución para conmemorar el 20 de mayo como el Día Mundial de las Abejas, la fecha escogida corresponde al natalicio del esloveno Anton Janša por sus valiosos aportes a la apicultura.
De manera correspondiente con el reconocimiento de la importancia que las abejas tienen con la vida en el planeta, el proyecto Amazonas inició en abril de 2025 procesos de formación en meliponicultura en comunidades indígenas de los municipios Autana y Atures de la entidad; atendiendo en los dos primeros talleres a un número de 91 personas (67 mujeres y 24 hombres).
El propósito de esta formación es rescatar y promover esta práctica ancestral, para el fortalecimiento de esta actividad como una alternativa socioproductiva y ecológicamente responsable que contribuye al mismo tiempo con la conservación de los bosques del territorio.
Existe un alto potencial para el desarrollo de sistemas alternativos de producción y aprovechamiento de las abejas nativas sin aguijón en el territorio amazónico, pero requiere la protección de la vegetación natural y el enriquecimiento de los sistemas productivos con plantas de interés meliponícola. Se necesita promover la conservación, valoración del uso tradicional y el reconocimiento del servicio de polinización que prestan.
Se trata de recuperar la relación complementaria que ha existido en las cosmogonías de pueblos ancestrales donde humanidad y naturaleza son una totalidad, el vivir bien de las abejas repercute de manera correspondiente con el vivir bien de la humanidad. Para el equilibrio planetario es necesario aprender a escuchar el zumbido vital de las abejas.