Sociales

Las mujeres venezolanas resisten ante la desigualdad y la violencia

En Venezuela, ser mujer implica enfrentar una serie de barreras en casi todos los ámbitos, incluidos la salud, la educación, la participación política, y la seguridad. Desde la Red de Mujeres Constructoras de Paz, venimos recopilando información sobre estas afectaciones diferenciadas. En nuestro último informe, El alto precio de la desigualdad, expusimos cómo las mujeres, especialmente las de estratos más bajos, deben sortear condiciones de precariedad que limitan su desarrollo y vulneran sus derechos fundamentales.

Hubo varios datos alarmantes, que además siguen una tendencia en los últimos años: el 40% de las mujeres menstruantes no usa métodos anticonceptivos, bien sea por falta de acceso o desconocimiento. Asimismo, el 53% de las madres ha sufrido violencia obstétrica durante sus partos; y dos de cada cinco mujeres ha sido víctima de algún tipo de violencia de género. Estas realidades se agravan aún más en sectores más empobrecidos.

A pesar de este panorama, las mujeres en Venezuela no se rinden. Desde las comunidades, el periodismo y el activismo, continuamos denunciando la desigualdad, exigiendo derechos y construyendo espacios de resistencia y sororidad.

A través de nuestros proyectos como red hemos formado a decenas de mujeres en todo el territorio, mujeres que ya conocen sus derechos y que incluso han podido salir de situaciones de violencia. Asimismo, las activistas y periodistas han logrado generar una comunidad fuerte que impulsa a mujeres en distintos rincones del país, en pro de un bien común.

Este 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer no es solo una fecha para conmemorar las luchas pasadas, sino también el reconocimiento de lo que hoy día hacemos desde los movimientos de mujeres.

Es urgente el cambio y nosotras somo parte de ese cambio. La equidad de género no puede esperar. Es imperativo que desde los Estados se garanticen el acceso a nuestros derechos, que se abran cada vez más servicios de salud sexual y reproductiva, que se promueva más educación integral, que se ejecuten protocolos para la protección contra la violencia de género, que se brinden más espacios de participación política y social real, y finalmente que se generen más oportunidades laborales para todas las mujeres. 

Las mujeres venezolanas resistimos, pero no debemos hacerlo solas. La lucha por sus derechos es una lucha de toda la sociedad.

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